Parte de la resolución del Zarathustra.
Esto no lo quería decir. Pero ya lo he dicho y escrito por
lo tanto lo público acá. No voy a escribir sobre todo el Zarathustra, sólo voy
a escribir sobre el final, sobre la cuarta parte del Zarathustra.
Voy a hacer una afirmación que parece una locura que la
justificaré con esa cuarta parte del Zarathustra. Va:
Nietzsche a la persona que más valoró, a la que más admiró
fue a Jesús de Nazareth.
No voy a decir que Nietzsche fue un santo ni mucho menos,
como él nos aclara que no lo es en Ecce Homo (lo curioso es porque Nietzsche hizo
esa aclaración: la causa de esa aclaración de Nietzsche va a quedar zanjada después de leer este ensayo). Voy a decir lo que el mismo Nietzsche nos dijo en Ecce Homo: que por
lejos su Zarathustra es su mejor obra, poniéndola a la altura de la divina
comedia o de Shakespeare o aún más arriba, cosa con la que estoy de acuerdo. Es
un lugar común el que dice que Nietzsche parodia la biblia, pero en verdad no la
parodia, en verdad los sigue de una manera muy aguda y particular.
Arranco:
La cuarta parte del zarathustra, en una parte del primer
discurso “la ofrenda de la miel”, dice esto (aunque recomiendo leerlo completo,
sé que después de leer estoque voy a escribir lo leerán)
Especialmente el mundo
de los hombres, el mar de los hombres: - a él lanzo yo ahora mi caña de oro y
digo: ¡ábrete, abismo del hombre!
¡Ábrete y arrójame tus
peces y tus centelleantes cangrejos! ¡Con mi mejor cebo pesco yo hoy para mí
los más raros peces humanos!
- mi propia felicidad
arrójola lejos, a todas las latitudes ylejanías, entre el amanecer, el mediodía
y el atardecer, a ver si muchos peces humanos aprenden a tirar y morder de mi felicidad.
Hasta que, mordiendo
mis afilados anzuelos escondidos, tengan que subir a mi altura los más
multicolores gobios de los abismos, subir hacia el más maligno de todos los pescadores
de hombres. Pues eso soy yo en el fondo y desde el comienzo, tirando, atrayendo,
levantando, elevando, alguien que tira, que cría y corrige, que no en vano se
dijo a sí mismo en otro tiempo:
«¡Llega a ser el que
eres!»
Así, pues, que los
hombres suban ahora hasta mí: pues todavía aguardo los signos de que ha llegado
el tiempo de mi descenso, todavía no me hundo yo mismo en mi ocaso como tengo
que hacerlo, entre los hombres.
Nietzsche dice ser el más maligno de los pescadores, él que con su caña abrió el abismo (pescador es el símbolo usado por Jesús para llamar a sus apóstoles y el símbolo
de perceval, el rey pescador). Esto es interesante
porque inmediatamente después Zarathustra se encuentra con el adivino (schopenhauer como educador") y este le
hace cometer su ultimo pecado: “su compasión por el hombre superior”.
Después de esto Nietzsche tiene siete encuentros con ocho
personas, los hombres superiores. Estos hombres superiores son los estados
interiores, idealizados por Nietzsche durante los distintos periodos de su vida,
el último no está idealizado pues es la misma sombra de Nietzsche. Estos siete
encuentros son un ascenso y un descenso del ateísmo. El primer encuentro lo
hace con los dos reyes, el rey de la derecha y el rey de la izquierda. En verdad
Nietzsche está hablando de una sola persona, de los sentimientos encontrados de intuición y razón, de ciencia y arte, de la dualidad que se pasa de la adolescencia a la juventud. Después se
encuentra con la sanguijuela, que Nietzsche describe en un discurso de la
segunda parte llamado “de los sublimes”, es un hombre de conocimiento critico y
objetivista. Después aparece “el mago”, es alguien que sabe que intuye que
existe algo más allá de lo material, pero se ha desencantado y le parece que le
falta poder a ese otro mundo, se encuentra tan confundido que en el poema del
discurso hasta le pregunta a Dios absconditus si quiere un rescate. El mago
tiene algo del discurso "sobre los poetas" y "sobre el conocimiento inmaculado" que también Nietzsche describe en la segunda parte del
Zarathustra. El cuarto es el papa
jubilado, que sabe que Dios ha muerto, pero él no lo ha matado y vive con esa sensación
de añoranza al pasado. Después viene quien mata a Dios en su consciencia, “el más
feo de los hombres”. Lo mata porque le molesta moralmente a su mala
consciencia. Este es el culmen del descenso al ateísmo.
Luego empieza a ver todo más lindo –empieza a creer de nuevo
en algo- y se encuentra con “el mendigo voluntario”, que huyó de la los ricos y
los pobres pero cree en las vacas, se alojó entre las vacas, porque las vacas
aprendieron a “rumiar”, es decir: el mendigo quiere aprender a tener esperanza,
aprender a esperar, alejarse del apremio del tiempo presente y poder procesar y
entender bien que es lo que está pasando. El mendigo voluntario es el primer
personaje que aparece en el Zarathustra, el santo metido en el bosque, la
figura de san Francisco, a la que Zarathustra mismo le dice “ ¿que es lo que yo
podría daros? ¡será mejor que me dejéis partir cuanto antes, no vaya a quitaros
algo!
Por último la sombra del mismo zarathustra – es decir
Nietzsche mismo-, al comienzo de este discurso la sombra corre a Zarathustra, y
Zarathustra corre al mendigo voluntario. Es gracioso pero bastante elocuente este
pasaje, porque Nietzsche no escribió al
azar quien estaba detrás de quien. Al final del discurso con la sombra,
Zarathustra le dice:”¡guardate de no caer
alguna vez prisionera de una Fe mas estrecha, de una ilusión mas dura y
rigurosa! Pues ahora te tienta y te seduce
todo lo que es riguroso y sólido!” Según entiendo Nietzsche está
hablando de la fe, de tener fe en algo de nuevo.
Después de los encuentros con los hombres superiores aparece
el discurso “a mediodía”. En una parte de este Nietzsche dice: “la noche del séptimo día ¿ha venido ella en
pleno dia? ¿ha errado ya feliz, harta de tiempo, entre cosas buenas y maduras?”
Nietzsche en el discurso de los hombres superiores
claramente está hablando de su propia vida de sus propios fantasmas y
estereotipos o arquetipos por los que pasó o fue viviendo. Y elije el numero 7
pues conoce bastante bien el apocalipsis.
En el final Zarathustra el signo que dice esperar en el
discurso de la ofrenda de la miel, ese signo llega. Zarathustra mete sus manos
en la melena del León, signo de que ha llegado su momento y deja de tener compasion por el hombre superior -o por él mismo-. El león de Judá es
uno de los títulos que se le da a Jesús en apocalipsis 5, 5. También usa ese
símbolo C.S. Lewis en sus crónicas de Narnia. Ese símbolo es el usado también
en el génesis, en la bendición que da Jacob a sus hijos, para nombrar a Judá
como una Leona. El león es más manso que la leona pero sin dudas es
el que manda.
Nietzsche usa en otro momento este símbolo del León, cuando habla
del discurso de la tres transformaciones. Esto del espíritu del león del
Apocalipsis de Juan, Nietzsche medio que lo plagia y lo hace un lindo cuentito
al principio del Zarathustra en el discurso que se llama “De las tres transformaciones”.
Dice que al principio el hombre es como un camello que carga con todo. El camello
es la figura del joven rico y bueno de los evangelios, el cumplidor del deber,
luego de hablar con el joven rico Jesús dice que “es mas fácil que un camello
pase por el ojo de una aguja que un rico entre al reino de los cielos” (Mt
19,24 ). (La aguja era llamada una entrada de jerusalem y el camello para poder
pasar por ella debía descargarse y agacharse), el camello va al desierto, el
espíritu del león conduce al desierto al camello a enfrentarse con el “dragón”,
el “Leviatán”, a oponerse a los “tu debes” explícitos (moral) e implícitos (estereotipos
y modas) de la convención de cada época, el conocimiento que da poder según el
mundo. El león le ofrece una lucha donde se enfrenta el "yo quiero" a los “tu
debes” escondidos que recubren las escamas, la piel del dragón. Cuando se
descubren todos esos falsos “tú debes” comienza la verdadera libertad y también
las tentaciones… pero no nos metamos con las tentaciones. El león como más
arriba dice es un símbolo de la fuerza de la verdad, atribuido a Cristo. El dragón
ya sabemos quién es ( apocalipsis 12, 3) luego de este enfrentamiento el León
se transforma en un niño. Justamente, antes de ese pasaje del joven rico, Jesús
dice que “el reino de los cielos le pertenece a los que son como niños” (Mt 19,15).
Ahora: Zarathustra antes del signo del león no creía en la compasión, pero: ¿después que llegara?
Ahora: hay que cerrar el abismo.
Si quieren saber algo de las demás partes del Zarathustra
pregunten al teléfono 1133747677 y mail santiagofvn@hotmail.com tagoff@gmail.com jajajajaja
Nietzsche q.e.p.d.