jueves, 19 de febrero de 2015

Parte de la resolución de "Así habló Zarathustra".



Parte de la resolución del Zarathustra.

Esto no lo quería decir. Pero ya lo he dicho y escrito por lo tanto lo público acá. No voy a escribir sobre todo el Zarathustra, sólo voy a escribir sobre el final, sobre la cuarta parte del Zarathustra.
Voy a hacer una afirmación que parece una locura que la justificaré con esa cuarta parte del Zarathustra. Va:
Nietzsche a la persona que más valoró, a la que más admiró fue a Jesús de Nazareth.
No voy a decir que Nietzsche fue un santo ni mucho menos, como él nos aclara que no lo es en Ecce Homo (lo curioso es porque Nietzsche hizo esa aclaración: la causa de esa aclaración de Nietzsche va a quedar zanjada después de leer este ensayo). Voy a decir lo que el mismo Nietzsche nos dijo en Ecce Homo: que por lejos su Zarathustra es su mejor obra, poniéndola a la altura de la divina comedia o de Shakespeare o aún más arriba, cosa con la que estoy de acuerdo. Es un lugar común el que dice que Nietzsche parodia la biblia, pero en verdad no la parodia, en verdad los sigue de una manera muy aguda y particular.

Arranco:
La cuarta parte del zarathustra, en una parte del primer discurso “la ofrenda de la miel”, dice esto (aunque recomiendo leerlo completo, sé que después de leer estoque voy a escribir lo leerán)

Especialmente el mundo de los hombres, el mar de los hombres: - a él lanzo yo ahora mi caña de oro y digo: ¡ábrete, abismo del hombre!
¡Ábrete y arrójame tus peces y tus centelleantes cangrejos! ¡Con mi mejor cebo pesco yo hoy para mí los más raros peces humanos!
- mi propia felicidad arrójola lejos, a todas las latitudes ylejanías, entre el amanecer, el mediodía y el atardecer, a ver si muchos peces humanos aprenden a tirar y morder de mi felicidad.
Hasta que, mordiendo mis afilados anzuelos escondidos, tengan que subir a mi altura los más multicolores gobios de los abismos, subir hacia el más maligno de todos los pescadores de hombres. Pues eso soy yo en el fondo y desde el comienzo, tirando, atrayendo, levantando, elevando, alguien que tira, que cría y corrige, que no en vano se dijo a sí mismo en otro tiempo:
«¡Llega a ser el que eres!»
Así, pues, que los hombres suban ahora hasta mí: pues todavía aguardo los signos de que ha llegado el tiempo de mi descenso, todavía no me hundo yo mismo en mi ocaso como tengo que hacerlo, entre los hombres.

Nietzsche dice ser el más maligno de los pescadores, él que con su caña abrió el abismo (pescador es el símbolo usado por Jesús para llamar a sus apóstoles y el símbolo de perceval, el rey pescador). Esto es interesante porque inmediatamente después Zarathustra se encuentra con el adivino (schopenhauer como educador") y este le hace cometer su ultimo pecado: “su compasión por el hombre superior”.
Después de esto Nietzsche tiene siete encuentros con ocho personas, los hombres superiores. Estos hombres superiores son los estados interiores, idealizados por Nietzsche durante los distintos periodos de su vida, el último no está idealizado pues es la misma sombra de Nietzsche. Estos siete encuentros son un ascenso y un descenso del ateísmo. El primer encuentro lo hace con los dos reyes, el rey de la derecha y el rey de la izquierda. En verdad Nietzsche está hablando de una sola persona, de los sentimientos encontrados de intuición y razón, de ciencia y arte, de la dualidad que se pasa de la adolescencia a la juventud. Después se encuentra con la sanguijuela, que Nietzsche describe en un discurso de la segunda parte llamado “de los sublimes”, es un hombre de conocimiento critico y objetivista. Después aparece “el mago”, es alguien que sabe que intuye que existe algo más allá de lo material, pero se ha desencantado y le parece que le falta poder a ese otro mundo, se encuentra tan confundido que en el poema del discurso hasta le pregunta a Dios absconditus si quiere un rescate. El mago tiene algo del discurso "sobre los poetas" y "sobre el conocimiento inmaculado" que también Nietzsche describe en la segunda parte del Zarathustra.  El cuarto es el papa jubilado, que sabe que Dios ha muerto, pero él no lo ha matado y vive con esa sensación de añoranza al pasado. Después viene quien mata a Dios en su consciencia, “el más feo de los hombres”. Lo mata porque le molesta moralmente a su mala consciencia. Este es el culmen del descenso al ateísmo.
Luego empieza a ver todo más lindo –empieza a creer de nuevo en algo- y se encuentra con “el mendigo voluntario”, que huyó de la los ricos y los pobres pero cree en las vacas, se alojó entre las vacas, porque las vacas aprendieron a “rumiar”, es decir: el mendigo quiere aprender a tener esperanza, aprender a esperar, alejarse del apremio del tiempo presente y poder procesar y entender bien que es lo que está pasando. El mendigo voluntario es el primer personaje que aparece en el Zarathustra, el santo metido en el bosque, la figura de san Francisco, a la que Zarathustra mismo le dice “ ¿que es lo que yo podría daros? ¡será mejor que me dejéis partir cuanto antes, no vaya a quitaros algo!
Por último la sombra del mismo zarathustra – es decir Nietzsche mismo-, al comienzo de este discurso la sombra corre a Zarathustra, y Zarathustra corre al mendigo voluntario. Es gracioso pero bastante elocuente este pasaje, porque  Nietzsche no escribió al azar quien estaba detrás de quien. Al final del discurso con la sombra, Zarathustra le dice:”¡guardate de no caer alguna vez prisionera de una Fe mas estrecha, de una ilusión mas dura y rigurosa! Pues ahora te tienta y te seduce  todo lo que es riguroso y sólido!” Según entiendo Nietzsche está hablando de la fe, de tener fe en algo de nuevo.


Después de los encuentros con los hombres superiores aparece el discurso “a mediodía”. En una parte de este Nietzsche dice: “la noche del séptimo día ¿ha venido ella en pleno dia? ¿ha errado ya feliz, harta de tiempo, entre cosas buenas y maduras?”


Nietzsche en el discurso de los hombres superiores claramente está hablando de su propia vida de sus propios fantasmas y estereotipos o arquetipos por los que pasó o fue viviendo. Y elije el numero 7 pues conoce bastante bien el apocalipsis.


En el final Zarathustra el signo que dice esperar en el discurso de la ofrenda de la miel, ese signo llega. Zarathustra mete sus manos en la melena del León, signo de que ha llegado su momento y deja de tener compasion por el hombre superior -o por él mismo-. El león de Judá es uno de los títulos que se le da a Jesús en apocalipsis 5, 5. También usa ese símbolo C.S. Lewis en sus crónicas de Narnia. Ese símbolo es el usado también en el génesis, en la bendición que da Jacob a sus hijos, para nombrar a Judá como una Leona. El león es más manso que la leona pero sin dudas es el que manda. 

Nietzsche usa en otro momento este símbolo del León, cuando habla del discurso de la tres transformaciones. Esto del espíritu del león del Apocalipsis de Juan, Nietzsche medio que lo plagia y lo hace un lindo cuentito al principio del Zarathustra en el discurso que se llama “De las tres transformaciones”. Dice que al principio el hombre es como un camello que carga con todo. El camello es la figura del joven rico y bueno de los evangelios, el cumplidor del deber, luego de hablar con el joven rico Jesús dice que “es mas fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre al reino de los cielos” (Mt 19,24 ). (La aguja era llamada una entrada de jerusalem y el camello para poder pasar por ella debía descargarse y agacharse), el camello va al desierto, el espíritu del león conduce al desierto al camello a enfrentarse con el “dragón”, el “Leviatán”, a oponerse a los “tu debes” explícitos (moral) e implícitos (estereotipos y modas) de la convención de cada época, el conocimiento que da poder según el mundo. El león le ofrece una lucha donde se enfrenta el "yo quiero" a los “tu debes” escondidos que recubren las escamas, la piel del dragón. Cuando se descubren todos esos falsos “tú debes” comienza la verdadera libertad y también las tentaciones… pero no nos metamos con las tentaciones. El león como más arriba dice es un símbolo de la fuerza de la verdad, atribuido a Cristo. El dragón ya sabemos quién es ( apocalipsis 12, 3) luego de este enfrentamiento el León se transforma en un niño. Justamente, antes de ese pasaje del joven rico, Jesús dice que “el reino de los cielos le pertenece a los que son como niños” (Mt 19,15).

Ahora: Zarathustra antes del signo del león no creía en la compasión, pero: ¿después que llegara?

Ahora: hay que cerrar el abismo.

Si quieren saber algo de las demás partes del Zarathustra pregunten al teléfono 1133747677 y mail santiagofvn@hotmail.com tagoff@gmail.com jajajajaja

Nietzsche q.e.p.d.