domingo, 2 de abril de 2017

fragmento 5

falta lo del cántico del cordero y lo del cántico de Moises, eso sí escribi. Pero con eso incluido, a este escrito le faltan tres cuartas partas que nunca escribí

5

Antes de venir la fe, la ley nos tenía presos esperando a que la fe fuera dada a conocer. La ley, como el esclavo que vigila a los niños, nos acompañó hasta la venida de Cristo, para que por la fe alcanzásemos la justicia. Pero ahora que ha llegado la fe ya no estamos a cargo de aquel esclavo que era la ley. Porque por la fe en Cristo Jesús sois todos vosotros hijos de Dios, y por el bautismo habéis sido unidos a Cristo y habéis sido revestidos de él. Ya no tiene importancia el ser judío o griego, esclavo o libre, hombre o mujer; porque unidos a Cristo Jesús, todos sois uno solo. Y si sois de Cristo, también sois descendientes de Abraham y herederos de las promesas que Dios le hizo. (Gálatas 3, 21-29)




Voy a arrancar con la 5ta parte.

En esta parte voy a tratar de hacer un discernimiento histórico concreto de los signos de los tiempos.
Como dice Jesús: “mas fácil es que pasen el cielo y la tierra a que caiga un ápice de la ley”. Buen, voy a tratar de exponer como sucedió esto, como el desenvolvimiento histórico de la tradición cristiana-occidental responde perfectamente a que la ley, la tradición no fueron superadas sino que culpa de ser ignorantes de ellas y creer que las habíamos superado, caímos de manera aun mas grotesca y como a causa de esta ignorancia, el riesgo que pende sobre nosotros hoy es aun mayor.
Para empezar voy a hacer una afirmación que parece descabellada, pero que luego, con el señalamiento de momentos históricos concretos, va a quedar perfectamente justificada.
La afirmación es esta: la tradición del pueblo elegido, los hebreos, la ley histórica del pueblo elegido por Dios para que Su hijo nazca entre nosotros volvió a repetirse entre los cristianos, occidentales, en la historia occidental.