falta lo del cántico del cordero y lo del cántico de Moises, eso sí escribi. Pero con eso incluido, a este escrito le faltan tres cuartas partas que nunca escribí
5
Antes de venir la fe, la ley nos
tenía presos esperando a que la fe fuera dada a conocer. La ley, como el
esclavo que vigila a los niños, nos acompañó hasta la venida de Cristo, para
que por la fe alcanzásemos la justicia. Pero
ahora que ha llegado la fe ya no estamos a cargo de aquel esclavo que era la
ley. Porque por la fe en Cristo Jesús
sois todos vosotros hijos de Dios, y
por el bautismo habéis sido unidos a Cristo y habéis sido revestidos de él. Ya no tiene importancia el ser judío o
griego, esclavo o libre, hombre o mujer; porque unidos a Cristo Jesús, todos
sois uno solo. Y si sois de Cristo,
también sois descendientes de Abraham y herederos de las promesas que Dios le
hizo. (Gálatas 3, 21-29)
Voy a arrancar con la 5ta
parte.
En esta parte voy a tratar
de hacer un discernimiento histórico concreto de los signos de los tiempos.
Como dice Jesús: “mas
fácil es que pasen el cielo y la tierra a que caiga un ápice de la ley”. Buen,
voy a tratar de exponer como sucedió esto, como el desenvolvimiento histórico
de la tradición cristiana-occidental responde perfectamente a que la ley, la
tradición no fueron superadas sino que culpa de ser ignorantes de ellas y creer
que las habíamos superado, caímos de manera aun mas grotesca y como a causa de
esta ignorancia, el riesgo que pende sobre nosotros hoy es aun mayor.
Para empezar voy a hacer
una afirmación que parece descabellada, pero que luego, con el señalamiento de
momentos históricos concretos, va a quedar perfectamente justificada.
La afirmación es esta: la
tradición del pueblo elegido, los hebreos, la ley histórica del pueblo elegido
por Dios para que Su hijo nazca entre nosotros volvió a repetirse entre los
cristianos, occidentales, en la historia occidental.
Como arranque explicando
en una parte del primer capitulo de este escrito, toda palabra, ley,
conocimiento de los hombres están completamente ligadas al tiempo y son
totalmente dependientes de este.
Esto se da por ejemplo en
la misma existencia de una palabra, mas allá de que necesitamos “de un tiempo”
para experimentar un representación, necesitamos de un tiempo también para que
cada sonido que dispara un fonema encaje en el ritmo justo para que la voz
proveniente del conjunto de fonemas tenga significado.
Ejemplo: un sonido
solitario, por ejemplo el fonema “a” no significa nada solo, pero si luego de
“a” encajamos otro fonema, por ejemplo una “s”, el fonema que conseguimos
adquiere sentido y tenemos la palabra “as”. Este “encaje” de un fonema con otro
se da en el tiempo mediante un ritmo.
Por ejemplo las palabras o las oraciones largas cuando todavía no
terminamos de decirlas, hasta el final, no sabemos a que nos estamos
refiriendo, que queremos significar. Si nos apresuramos y cortamos la palabra,
y si no aprendemos a esperar “un tiempo” para descifrar el mensaje, nos
confundiríamos al no poder interpretar correctamente.
Otro ejemplo: no es lo
mismo decir “yo creo”(en el sentido de creer) que “yo creo”(en el sentido de
crear), y aunque los fonemas no cambian lo que si cambian son los significados.
Ese significado se da a conocer en el contexto en el que esta esa palabra, por
una oración o en el hablar.
En un primer momento,
cuando hablamos, la representación escrita,
el símbolo, el signo no va a importar, para el oyente no importa la
forma o el símbolo del fonema pues el no tiene que hacer ninguna exégesis, el
oyente no ve el símbolo, sino que esta en una situación pasiva, de espera, para
comprender el significado cuando este sea acabado, plénificado, perfecto.
En esta pasividad, en esta
posición de oyente, de recibir y de aprehender el sonido, nos damos cuenta que
el tiempo y los momentos del tiempo en los cuales aparecen las cosas son
esenciales para poder comprender la realidad.
Por lo tanto respetar este
tiempo, estos momentos en esta situación de pasividad para poder recibir, para
aprehender correctamente, es esencial.
Vemos entonces que el
tiempo es esencial no solo para la producción de experiencia. También
aprehender el manejo de los mecanismos del tiempo es fundamental para que el
producto de la experiencia (los contenidos del conocimiento) se transmitan y se
enseñen correctamente.
Esto es lo que se llama
ley y es lo que Dios enseño a Moisés en la cima del horeb.
Y acá empezamos a entrever
que no todo es cuestión “de actitud” o de interpretación.
La posibilidad de aprender este mecanismo solo
se da si entendemos la importancia radical que tiene “la jerarquía” o los
momentos en el que se describen y aparecen los sucesos que nos van llenando,
que van completando y plenificando nuestra experiencia-existencia, haciéndola
perfecta y acabada.
Acá entendemos también que
la supuesta posibilidad de prescindir del símbolo o del signo concreto, como yo
dije mas arriba, en verdad es imposible, es una fantasía. Y no estoy hablando
solo de símbolos y signos escritos.
Esta posibilidad, de
pretender no necesitar del símbolo concreto, es una des-gracia en verdad y es
culpa del pecado original que el hombre puede sentir la posibilidad de esta
intuición. Esta intuición es falsa, arma mundos paralelos y lleva a la mentira,
la mentira mas difícil de erradicar, que termina en esa visión de Juan en el
desierto, la prostituta escarlata tratando de domar la bestia.
Y acá entendemos también
que el origen de la impiedad se da cuando por una cuestión de comodidad,
conveniencia o simplemente de aparentar seguridad actuamos, pensamos, hablamos o vivimos como
ya acabados, plenificados, terminados intentando controlar lo que a Dios
corresponde, y cuando en verdad mucho es lo que nos queda por recorrer.
Como acabo de decir, es
imposible prescindir de los símbolos o la tradición. Esto no quiere decir que
el hombre sea esclavo de la tradición, o que la tradición, la ley y el
conocimiento tengan un valor absoluto sobre el hombre. Esto simplemente quiere
decir, que el hombre para formar su identidad, para poder desarrollarse y
entenderse con los demás, para saber cual es su camino y para que vino a la
tierra, para que es un “ser viviente” y no un “ser muriente”, para esto el
hombre debe reconocerse necesitado primero de Dios de su fuente inagotable de
amor que nos provee la eternidad, y luego de las cosas que Dios nos alcanzo,
para que lleguemos a ser con El y por fin así lograr nuestra redención. Estas
cosas que Dios nos alcanzo, primero fueron sus leyes, a su pueblo elegido. Luego
nos envió sus profetas y, finalmente, cuando vio que muchos no íbamos a poder
ser redimidos, envió a su propio hijo Jesucristo, el Mesías, para que todo
aquel que desde el fondo de su corazón quisiera ser redimido, lo pudiera ser.
Estas cosas, el conocimiento
de estas cosas nos llega por el testimonio de los profetas, de los santos, de
los mártires y de los misioneros. De todos aquellos que gastaron su tiempo
sobre la tierra transmitiendo el testimonio que nos alcanzo el Dios viviente.
Para “vivir” y plenificarnos
cada vez mas debemos saber que estamos peregrinando hacia El, acercándonos cada
vez mas a su misterio.
Jesús en el evangelio dice
“el que esta conmigo recoge quien no esta conmigo desparrama.”
Tenemos que aprender a
respetar las cosas de Dios, para eso tenemos un tiempo, respetarlas
interesándonos en ellas, tratando de saber que fue, que es y que será lo que
significan.
La creación no arranco
cuando mis papas me tuvieron, o cuando conocí a mi novia, o cuando mis abuelos
me regalaron la Biblia ,
o el día de la independencia. La creación de la vida la comenzó Dios, y
solamente vamos a aprender a respetarla como es debido, a ser dignos de
participar de ella, si ponemos a Dios, del que toda la gracia proviene, en el
lugar donde tiene que estar.
Dios lo que Dios viviente
significa para los hombres, tomo forma humana en su único hijo, Jesús de
Nazareth, y este Dios a través de su hijo, Su palabra creadora, se entrego a
nosotros, por amor, un amor tan grande que quiso hasta morir por nosotros para
plenificarnos y rescatarnos de la muerte a la que nos condenamos.
Después de esto, después
de esto que hizo Jesús por nosotros, los signos que El nos dejo, Su cuerpo y Su
sangre, el pan y el vino, tienen una importancia mas que “real”, estos signos
tiene una importancia viva para nosotros, son palabra viva porque ellos son los
que nos vivifican. Todos los símbolos, signos de Dios, todas los demás regalos
que nos dejo Dios para que lo podamos alcanzar son las cosas mas valiosas que
los hombres tenemos acá sobre la tierra y tenemos que cuidarlos, se hace
imperioso poder empezar a rescatarlos y a hacerlos brillar de nuevo. Y este
rescate tiene que ser, sobre todo, a través de la escritura, de la tradición,
tenemos como iglesia que volver a apoyarnos en lo concreto de la tradición
judeo-cristiana para comprender mejor que es lo que Dios quiere de nosotros,
concretamente.
Creo ahora que, para que
este rescate sea efectivo, debemos ver los momentos donde la ley histórica-
general sigue sin ser redimida y por lo tanto se repite, el eterno retorno, del
que nietzsche habla, es “real” para la humanidad caída. Tenemos que ver como
estos momentos históricos de los pueblos que acogieron la iglesia coincide con
los de la ley del pueblo elegido, Israel. Creo que hacer este discernimiento es
esencial para poder leer en que momento histórico estamos.
Por eso voy a comentar lo
que llamamos la antigua ley o el antiguo testamento, tratare de mostrar los
momentos mas relevantes de la historia del pueblo elegido, y hacer una analogía
con los momentos mas relevantes de la historia cristiano occidental, después de
Cristo.
Primero voy a hacer una
aclaración que creo necesaria: los libros del antiguo testamento pertenecen
a la revelación del Padre. Los
evangelios son la revelación del Hijo del Hombre. Y el Apocalipsis es la
revelación del Espíritu Santo.
Esta aclaración, es una
creencia mía en particular, pero es una creencia que quedara quizás justificada
con lo que voy a escribir ahora.
Estas revelaciones,
“Apocalipsis”, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, son el testimonio que tenemos de Dios, los
elementos que tenemos para discernir los signos de los tiempos. En esta parte voy a hablar concretamente de “la
ley” que se encuentra en el antiguo testamento, como se relaciona con la ley
histórica de la iglesia. Para esto me voy a servir, del evangelio de san Juan,
y del Apocalipsis.
Empiezo:
En el antiguo
testamento, en el génesis, se describe la caída del hombre y como desde esta
caída se origina toda la ley y toda explicación de porque las cosas para el
hombre son como son.
En los libros
del antiguo testamento hasta la aparición de Elías, se describen los tres
momentos donde el hombre va haciendo fracasar el camino que Dios nos propone.
Estos tres fracasos son por los tres órdenes de tentaciones que sufre el
hombre: la serpiente (el demonio, diablo, Satanás,), el mundo y la carne. En
ese orden pues toda tentación se origina de serpiente y va afectando en ese
orden el alma del hombre.
El primer
fracaso, la tentación de la serpiente, nos introdujo directamente en los otros
dos, por eso me ocupe mas de explicar esto en los capítulos anteriores, porque
esta “caída” nubla el resto de nuestra mirada, influye directamente en nuestra
percepción de la realidad.
También
describí en el escrito 2 como afecta y funciona la tentación del mundo, del
Leviatán, como funciona, como aparece en la realidad y como confunde a los
hombres. Ahora, la tentación de la carne, ya no se puede describir en forma sistémica
pues es algo que se manifiesta a cada uno en particular, en su tiempo personal,
es una cosa que no se puede generalizar.
Lo que voy a
intentar hacer ahora es mostrar como se dio esta tentación en el pueblo elegido
y en la historia cristiana-occidental, y la importancia que tiene conocer su
real significado para no caer totalmente confundido por los otros dos orígenes
de tentación.
La tentación
de la serpiente, del mundo y de la carne están descriptas en el libro del
génesis.
La primera
tentación, la de la serpiente, aparece cuando Eva seducida por serpiente induce
a la caída a Adán, la serpiente les hace dar cuenta que están desnudos… y al
tener miedo por esta desnudez piensan que se pueden esconder de Dios. (Como se
da esta tentación lo explique en el escrito tres.)
La segunda,
“el mundo” comienza con Caín confundido y ofuscado por el mundo, matando a su
hermano y concluye su descripción especifica con la torre de babel, con la
torre de babel se termina de tergiversar todo este sentimiento de vergüenza por
nuestra desnudez a un sentimiento de bronca hacia a Dios, no respetando nuestro
estado, tratando de alcanzarlo a El. (Esto lo trate de decir bien en el escrito
2 y 4.)
Pero antes
que se manifieste plenamente la tentación del mundo, comienza a manifestarse la
tentación de la carne. La tentación de la carne siempre estuvo y actúa en cada
uno de nosotros, particularmente, es el cuerpo que tenemos que redimir porque,
como dice san Pablo, mientras dure este mundo nuestro cuerpo se encuentra
sometido a la ley.
Pero en la
historia del pueblo elegido hay abierta alusión a esta tentación en el momento
antes del diluvio.
Luego de ver
Dios el desastre que el mundo ocasionaba en los hombres, como los hijos de Dios
se mezclaban con las “hijas del mundo” Dios decide eliminar de la faz de la
tierra a los hombres. No quiere más la carne sobre la tierra y decide
erradicarla. Pero encuentra un “justo”: Noe.
Con Noe Dios sella una alianza
que protege la vida sobre la tierra, que se simboliza con el arco iris que es
el que preanuncia “el buen tiempo”, el final del diluvio. Noe simboliza el
tiempo justo de Dios, la vida que sigue en armonía con el plan del Dios
viviente. Si uno lee de atrás para adelante la palabra Noe da Eón. El Eón es la
medida del tiempo de Dios. En el español esta coincidencia se da muchas veces.
Por ejemplo si damos vuelta la palabra Adán obtenemos “nada” que es lo que Adán
introduce a la creación del Viviente, como paginas arriba explique. También
esto se observa en la palabra que designa el nombre que Dios se da a si mismo frente a Moisés. Dios le dice: yo
soy el Yo Soy.
La palabra
“yo soy” es un palíndromo, se lee de adelante para atrás y de atrás para
delante de la misma forma.
El idioma
español es un idioma especial.
Sigo con la
explicación sobre el significado de las tentaciones, en este caso la de la
carne.
A pesar de la
alianza de vida, esa vida sigue en estado de tentación, y no alcanza esa
alianza para el hombre caído.
La primera
manifestación de esa debilidad se da en Cam. Cam junto con Jafet y Sem eran los
tres hijos de Noe.
Jafet es el
patriarca de las culturas caucásicas, de las razas que poblaron Europa.
Sem es
patriarca de las razas semíticas, árabes, hebreos etc.
Cam es el
patriarca de las razas negroides.
Se cree que
el tronco racial mongoloide seria la descendencia de Caín. Esto quizás se
explica en la gran antigüedad de estas culturas. También que la raza mongoloide
genere culturas tan dispares y tan alejadas geográficamente como lo son los
amerindios, los sinicos, japoneses, mongoles, celtas, esquimales etc. Igualmente afirmar esto hoy es peligroso, porque
gran parte de la humanidad todavía no entiende que la salvación, desde el
nacimiento de Cristo, es individual y que, gracias a esto, toda connotación
grupal no tiene un sentido peyorativo sino que es necesaria para esclarecer con
inteligencia la historia, cuestión radical para comprender correctamente los
nuevos acontecimientos.)
Como decíamos
recién, luego de la alianza con “la carne”, la vida, Cam es el primero en
cometer una caída en este orden. Cam ve la desnudez de su padre, esto significa
que tuvo relaciones con la esposa de su padre Noe. Por esta desviación de Cam,
Noe lo maldice y le dice que será “siervo de siervos” para sus hermanos.
Y
descendiente de Cam, de esta excesiva sensibilidad de la carne, es Nemrod el
primer “prepotente sobre la tierra”. Nemrod es rey de babel y decide entonces
construir la torre.
Luego de ver
esta desmedida fuerza “carnal” Dios decide confundir el lenguaje de los
hombres. La confusión simplemente es provocada por los mismos hombres y su
fuerza vital de Dios, pues para construir la torre cada cual se “especializo”
en su función, perdiendo de vista un lenguaje de comunión entre los mismos
hombres. De esta manera la inteligencia de los hombres es ofuscada por segunda
vez, luego de la ofuscación producida por el pecado original.
Las
desavenencias de la carne y la impiedad frente al Dios vivo continuaron,
entonces Dios, decide llamar a un hombre en particular, una carne y una sangre
particular para formar su propio pueblo. Acá se empieza a vislumbrar bien como
Dios va eligiendo su pueblo, tratándolo de librar de la tentación de la carne a
través de sus preceptos, pero en verdad estos preceptos eran mas que nada para
que ese pueblo sea capaz de engendrar una mujer tan pura, tan clara, libre de
la mancha original, una mujer tan perfecta que Dios mismo quiso engendrar en
ella, esta mujer es el arca de la nueva alianza, la verdadera arca que viene
a acoger a todos los hombres, es la
virgen Maria.
Pero sigo con
la descripción de cómo se va manifestando esta tentación a lo largo de la
historia. Esta descripción es necesaria para ver los signos de los tiempos para
ver donde estamos parados hoy.
En la
historia del pueblo elegido la iniquidad de esta tentación se muestra en primer
lugar con Sodoma. Dios termina
destruyendo esta ciudad. Ciudad esta, totalmente corrompida por esta tentación
de la carne, donde los habitantes habían querido tener relaciones carnales con
los Ángeles de Dios enviados allí.
Los Ángeles
rescatan a Lot, sobrino de Abraham, pues era el único justo que se encontraba
en esa ciudad. La mujer de Lot “mira hacia atrás”, a sodoma, y se convierte en
una columna de sal.
Las hijas de
Lot emborrachan a su padre para que el tenga relaciones con ellas. De ellas
nacen Moab y Amón.
Todo esto
encierra un misterio grande, que tiene que ver con la carne, pero voy a
explicar mas adelante.
También se
hace una contraste entre la carne y el espíritu, entre Ismael hijo de la carne,
de la necesidad, e Isaac hijo de la promesa.
De Ismael,
igualmente, el ángel de Dios se compadece y forma de el una gran nación.
Luego esta
selección se produce entre Esau, que vende su primogenitura por un plato de
lentejas a Jacob, y Jacob que luego lucha mano a mano con Dios quedando herido
su muslo y Dios bendiciéndolo cambiándole el nombre, llamándolo Israel.
Una vez que
Dios sella la alianza con Israel, ya la bendición no va a caer sobre un solo
hijo, sino que cae sobre todos los hijos, los cuales formaran las doce tribus,
y termina de manifestarse esta tentación cuando la preferencia de Jacob por los
hijos de su esposa amada generan celos en sus hijos y estos deciden eliminar a
su hermano José. Lo que no entendían los hijos de Jacob era que la bendición
caía sobre todos, y Dios no iba a permitir que ninguno se perdiera sin su
consentimiento. Por lo tanto Dios permite que los hijos de Israel caigan en la
esclavitud de Egipto, para que se instruyan. Los hermanos de José, en vez de
matarlo, como hizo Caín con Abel, lo “venden” a unos mercaderes ismaelitas
(descendientes de Ismael), con esta venta, los hijos de Israel caen bajo el
yugo de la civilización, de la ley.
José una vez
en Egipto rechaza la tentación de la carne una vez más. Este rechazo le
ocasiona la cárcel primero, pero luego lo llena de bendiciones.
José, una vez
próspero en Egipto, recibe la visita de sus hermanos de sangre agobiados por la
sequía de su país (Como Dios dijo a Caín: “esta tierra no te será mas fértil”),
a los cuales, José, felizmente acoge.
Comienza el
éxodo.
Los
israelitas s hacen numerosos y comienzan a molestar a los egipcios en su país.
Lo egipcios deciden eliminar a todos los primogénitos hebreos.
Al ver la
crueldad con que los egipcios comienzan a tratar a los hebreos, Dios vuelve a
compadecerse de su pueblo, y les manda un profeta, moisés nace de una hebrea,
pero es ordenado, “sacado de la aguas”, por la cultura egipcia. Con Moisés Dios
se compadece se su pueblo, de la dureza con que el orden egipcio trataba a los
hebreos, por eso Dios manda a Moisés un “niño hermoso” que genero compasión
primero en su madre que lo escondió por tres meses y después de la egipcia que
dijo: “te he sacado de las aguas”(éxodo 2, 10)
Moisés es
ordenado por la fuerza, en la violencia moral egipcia, Moisés es sacado del
caos que genera “el agua”, de la vida,
para luego volver a ella cuando vio que su corazón se había endurecido hasta el
homicidio. Moisés renace desde las agua
para ordenar a todo el pueblo, para que el pueblo pueda ir a la tierra
prometida.
El
endurecimiento de moisés a causa de su educación egipcia es suavizado cuando el
tiene que huir cuando se da cuenta que “el que a espada mata a espada muere”.
Voy transcribir el pasaje donde esto se muestra:
“Moisés, siendo ya adulto, salió un
día a visitar a sus hermanos de raza, y se dio cuenta de que sus trabajos eran
muy duros. Y vio que un egipcio estaba golpeando a uno de sus hermanos hebreos.
Entonces
miró bien por todas partes y, no viendo a nadie por allí, mató al egipcio y lo
enterró en la arena. Al
día siguiente volvió a salir, y vio que dos hebreos se estaban peleando.
Entonces preguntó al que maltrataba al otro:
–¿Por qué golpeas a uno de tu propia
raza?
Aquel hebreo le contestó:
–¿Y quién te ha puesto a ti por jefe
y juez entre nosotros? ¿Acaso piensas matarme, como mataste al egipcio?
Al oír esto, Moisés tuvo miedo, pues
se dio cuenta de que ya se había descubierto la muerte del egipcio. Y en
efecto, en cuanto el faraón supo que Moisés había dado muerte a un egipcio, lo
mandó buscar para matarlo; pero Moisés huyó y se fue a vivir a la región de
Madián. Allí se sentó cerca de un pozo.(exodo 2, 11-15)
Otra vez el
pozo de agua. Moisés, el que fue criado como egipcio, vuelve al agua, a la vida
de pastor, de hebreo.
Moisés
elegido por Dios para librar a su pueblo de la esclavitud material a la que los
sometían los egipcios comienza a comprender las palabras del Dios viviente.
Moisés libera
a su pueblo y recibe las leyes espirituales por las cuales ahora su pueblo deberá
ordenarse. Pero por las leyes a él confiadas en la cima del Horeb, Las tribus
de Israel, se “libraron de Egipto” se fueron ordenando mediante la fuerza, no
mediante el dialogo y la comprensión.
Cuando Moisés
bajo del Horeb y vio la idolatría al
becerro pregunto “quien esta con Yahvé” y aparecieron los levitas a los cuales
les dio unos cuchillos para que mataran a
los que habían adorado al becerro.
De ahí la
institución de los levitas como sacerdotes para los israelitas, pero por fuerza
y para el orden. No por la justicia y para la paz como Jesús para la humanidad
(san pablo: carta a los hebreos). Una vez en la tierra prometida comienza el
periodo de los jueces. Los jueces eran personas con características especiales
a los que el espíritu del Señor arrebataba, dándoles poderes extraordinarios,
para salvar a su pueblo de los vecinos.
Gedeon, Jefte, Sansón, Samuel fueron algunos de los jueces mas importantes.
Primero yerra Jefte proponiendo a su hija en
sacrificio, luego Sansón, juez de la tribu de Dan, codicia los encantos y “el
glamour” de una cortesana de un templo de extranjeros, los filisteos. La
tentación de la carne sigue actuando en el pueblo elegido por Dios.
Esto significa que un juez de Israel se deja
seducir por el mundo. Hasta ese momento los israelitas no habían tenido nunca
templo eran pastores, sus mujeres eran simples.
Sansón queda seducido por la riqueza de ese “templo
mundano”. Una vez humillado dentro del templo extranjero, Sansón le pide a Dios
que le otorgue fuerzas de nuevo, Dios se las da, y Sansón decide derribar la
columna a la que se hallaba atado y derribar todo el templo filisteo aplastando
a las cabezas de dicho pueblo pero a él mismo también. Este contacto de Sansón
con dicha cultura, y lo que a el después le ocurre es simbólico.
Luego la tribu de Dan adora equivocadamente, forma
un altar apostata.
Entonces se comienza a vislumbrar la necesidad de
orden.
A Samuel, profeta y juez, el pueblo le exige un
rey. Los israelitas quedaron, como su juez Sansón, seducidos por el reino
material, la realeza mundana. Y acá se pone interesante. Samuel
se niega, les dice que un rey tendrá excesivos derechos sobre ellos y seria, de alguna forma, parecido a volver a caer
en la esclavitud material al faraón de la que venían en Egipto.
Pero
no les importa e igual le
piden que les de un rey. Les da a Saúl. Saúl falla. Elige el Señor a David.
David derriba
al gigante filisteo, Goliat.
Dios le
promete a David una descendencia eterna, Jesús.
Pero David es
hombre y codicia la mujer de un extranjero. Sigue manifestándose la tentación
de la carne.
Fruto de esa
mujer de David, Betsabe se llamaba, es Salomón, que siendo rey, codicia
los dioses de sus mujeres extranjeras. Cae en la apostasía.
Después del
error de Salomón de adorar dioses extranjeros, y a partir de este, la dinastía
terrena, real judía, se aleja de la verdad del Dios vivo.
Desde este
problema que cometió el pueblo elegido, los pueblos de la tierra no nos
libramos más de esos dragones, “leviatanes” que incorporo Salomón dentro del
“templo humano-mundano”, de la ley externa y general del mundo. Una vez que
Salomón adora falsos dioses todo el pueblo cae en un gran desorden.
Pero aparece
Elías como la figura del precursor del que iba a venir. Elías enseñorea su
espíritu hacia Yahvé, después de la apostasía generalizada en la que había
caído el pueblo, a causa de la falta de su rey, Elías era el único profeta de
Yahvé que quedaba. Después de degollar a los profetas de baal Elías empieza a
ser perseguido por jezabel, la reina bruja, y Elías “tuvo miedo y escapo para
salvar su vida” hasta que cansado, se
acuesta debajo de un árbol y desea la muerte. Transcribo otra vez:
Ahab contó a Jezabel todo lo que
Elías había hecho y cómo había degollado a todos los profetas de Baal.
Entonces Jezabel mandó un mensajero a decirle a Elías: “¡Si tú eres
Elías, yo soy Jezabel. Y que los dioses me castiguen con dureza, si mañana a esta
hora no he hecho contigo lo mismo que tú hiciste con esos profetas.”
Elías se dio cuenta de que corría
peligro, y para salvar su vida se fue a Beerseba, que pertenece a Judá, y allí
dejó a su criado. Luego él se fue hacia el desierto, y caminó durante un día,
hasta que finalmente se sentó bajo una retama. Tenía tal deseo de morirse, que
dijo: “¡Basta ya, Señor! ¡Quítame la vida, pues yo no soy mejor que mis
padres!”
Se acostó allí, bajo la retama, y se
quedó dormido. Pero un ángel llegó, le tocó y le dijo: “Levántate y come.”
Elías miró a su alrededor y vio,
cerca de su cabecera, una torta cocida sobre las brasas y una jarra de agua.
Entonces se levantó, y comió y bebió; después se volvió a acostar. Pero
el ángel del Señor vino por segunda vez, le tocó y le dijo: “Levántate y come,
porque de otro modo el viaje sería demasiado largo para ti.”
Elías se levantó, y comió y bebió.
Aquella comida le dio fuerzas para caminar cuarenta días y cuarenta noches
hasta llegar a Horeb, el monte de Dios. Al llegar entró en una cueva, y
allí pasó la noche. Pero el Señor se dirigió a él, y le dijo: “¿Qué haces aquí,
Elías?”
Él respondió: “He sentido mucho celo
por ti, Señor, Dios todopoderoso, porque los israelitas han abandonado tu
pacto, han derribado tus altares y han matado a tus profetas a filo de espada.
Solo yo he quedado, y andan buscándome para quitarme la vida.”
El Señor le dijo: “Sal fuera y
quédate de pie ante mí, sobre la montaña.”
En aquel momento pasó el Señor, y un
viento fuerte y poderoso desgajó la montaña y partió las rocas ante el Señor;
pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto;
pero el Señor tampoco estaba en el terremoto. Y tras el terremoto hubo un
fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Pero después del fuego se oyó un
sonido suave y delicado. Al escucharlo, Elías se cubrió la cara con su capa, y
salió y se quedó a la entrada de la cueva. En esto llegó a él una voz que le
decía: “¿Qué haces ahí, Elías?”
Él contestó: “He sentido mucho celo
por ti, Señor, Dios todopoderoso, porque los israelitas han abandonado tu
pacto, han derribado tus altares y han matado a tus profetas a filo de espada.
Solo yo he quedado, y andan buscándome para quitarme la vida.”
Entonces el Señor le dijo: “Ve,
regresa al desierto de Damasco por donde viniste. Ve y consagra a Hazael como
rey de Siria, y a Jehú, nieto de Nimsí, como rey de Israel; y a Eliseo, hijo de
Safat, del pueblo de Abel-meholá, conságralo como profeta en lugar tuyo. De
esta manera, a quien escape de la espada de Hazael, lo matará Jehú, y a quien
escape de la espada de Jehú, lo matará Eliseo. No obstante, yo dejaré en Israel
siete mil personas que no se han arrodillado ante Baal ni lo han besado.”
(1 Reyes 19,1-18)
Acá Elías da
muestra de toda su nobleza comprende muy bien que es mas importante
gobernar su espíritu, ser “rey” es “ser
rey” del templo de su propio cuerpo, ser rey para tener justicia y paz en su
alma, no es ser rey para gloria y vanidad del mundo, vendiéndose al mundo,
esclavizándose a el, a lo que la moda pasajera del mundo ordena, no, Elías
entiende que la grandeza de Dios el hombre no la puede definir en un templo, se
trata de otra cosa, se trata de Espíritu,(ver dialogo de Jesús con samaritana:
Juan 4, 1-42)
Elías se da
cuenta de esto porque esta nobleza o gracia de Elías para con el y su familia,
prefiere morir y terminar su sangre antes que seguir viviendo en un mundo
falso, apostasiado. Una nobleza como la de Abraham, como la de Maria.
Nobleza o
gracia que hace que el ángel del Señor se conmueva y crea en Elías, baja, se le
aparece, y le dice que debe seguir su camino. La carne comienza otra vez a
librarse del pecado. Elías camina de nuevo, como Moisés, hasta llegar al Horeb,
la misma montaña donde Moisés había recibido las tablas de la ley.
Con esta acción,
Elías, muere a la ley simbólicamente, pues estaba prohibido por la ley de
Moisés, bajo pena de muerte para cualquier ser viviente, caminar por esa
montaña.
Elías
trasciende la ley, empieza a caminar sobre ella, sabe que en esa montaña, por
esa ley, nadie se iba a animar a buscarlo y camina por la montaña, pero en
lugar de subir a la cima, Elías sigue desolado, se mete en una cueva y el Señor
le dice: “¿que haces aquí Elías?” lo hace “salir fuera” de la cueva.
Una vez que
Elías reconoce como se manifiesta el espíritu de Yahvé, vuelve a su país.
Como cuando
el pasaje de los evangelios que Jesús habla con los negociantes del templo
(Juan 2,19), Elías aprende que el único “templo” de la verdad para el Dios vivo
es su propio cuerpo, su propia carne. Elías aprende cual es el valor de la
libertad.
Jezabeel, la
reina fornicaria que buscaba matar a Elías, el cuerpo de Jezabel, luego de ser
arrojado, es aplastado “por los caballos”.
Elías, el
cuerpo de Elías es arrebatado por un “carro con caballos de fuego” al cielo, y
tres cuartas partes del espíritu de Elías quedan para su sucesor Eliseo.(2
reyes 2, 1-18)
"Te aseguro
que el que no nace del agua y del Espíritu
no puede entrar en el Reino de Dios.
Lo que nace de la carne es carne,
lo que nace del Espíritu es espíritu.
No te extrañes de que te haya dicho:
"Ustedes tienen que renacer de lo alto".
El viento sopla donde quiere:
tú oyes su voz,
pero no sabes de dónde viene ni adónde va.
Lo mismo sucede
con todo el que ha nacido del Espíritu".
que el que no nace del agua y del Espíritu
no puede entrar en el Reino de Dios.
Lo que nace de la carne es carne,
lo que nace del Espíritu es espíritu.
No te extrañes de que te haya dicho:
"Ustedes tienen que renacer de lo alto".
El viento sopla donde quiere:
tú oyes su voz,
pero no sabes de dónde viene ni adónde va.
Lo mismo sucede
con todo el que ha nacido del Espíritu".
Este pasaje
del dialogo de Jesús con Nicodemo le muestra el Señor, a un “fariseo bueno” en
que consistía esencialmente lo que enseñaban sus escrituras.
Elías renace
del espíritu. Elías es un profeta intransigente, pero no porque el lo quiera
así, sino por las causas de su época. Por eso, para que no le pasara más a
nadie lo mismo que a él, funda una comunidad de profetas en el monte Carmelo.
Comunidad alejada del "mundo" para mantener mejor la pureza en
las conciencias de los futuros profetas. Fue el primero que se dio cuenta del peligro
que ocasionaba en el pueblo, el adorar otros Dioses más allá de Yahvé. Elías
aprende que el espíritu de Dios no se manifiesta externamente en la letra, ni
por la fuerza, sino que Dios trabaja en armonía, para la salvación de la
mayoría fiel.
Hasta acá la
tentación de la carne en el pueblo elegido. Luego con la concepción de Juan el
bautista, y el Si de la virgen Maria al ángel, esto es realizado, hecho real.
En el medio
se encuentra el periodo de los profetas. Los profetas eran hombres elegidos por
Dios, que comienzan a sentir en el Yo del hombre las fuerzas puras del Yo Soy
de Yahvé, la fuerza de verdad que puede redimir al hombre de su iniquidad.
Estos
profetas son los encargados de dirigir al pueblo, de mantenerlo fiel hasta la
llegada del Salvador.
Las
tentaciones y como estas hacen fracasar el plan que Dios tiene para los hombres
están demostradas de manera explicita en el Via Crucis de nuestro Señor.
Tres son las
caídas de Jesús, que corresponden a las tres tentaciones, luego de la primera caída,
es ayudado por el “Cireneo”, siendo este ultimo figura de los elegidos que
desde set se mantuvieron fieles al mensaje de Yahvé, hasta que Jesús naciera.
Como dice
Isaías:
“¿quien podrá creer lo que nosotros
hemos visto?, y ¿a quién se le revelo el brazo del Señor?”(ISAIAS 53, 1)
Jesús, en el
desierto, venció las tres tentaciones que confunden el juicio de los
hombres, y luego en Getsemani, venció la
fuerza del mal y pudo cumplir la voluntad de Dios, el Padre de todo lo
viviente, a favor nuestro.
Nosotros
podemos ayudar a Jesús si discernimos en nuestro fuero intimo, en un dialogo
solo con Dios, que es lo que El nos pide, que quiere que nosotros realicemos de
su plan, que quiere que nosotros llevemos a cabo. Pero esto es doloroso. A
Jesús esto le costo sudar sangre, la transfixión, y tan grande era ese Su dolor
que pidió al Padre que lo librara de semejante carga, pero que se cumpliera Su
voluntad, y no la de El.
En su pasión
Jesús acepto en su carne, libre de toda mancha y con la fuerza infinita que viene
del Padre, toda las iniquidades de los hombres, se entrego como oblación en
reparación de todos nuestros pecados, para que, nosotros si lo deseamos, a
través de el, podamos acercarnos a Dios también.
Su ejemplo,
Su hijo estuvo entre nosotros.
Ahora voy a señalar que momentos son los que coinciden, de la historia del pueblo elegido, desde Abraham, con los de la historia del cristianismo. A mi manera de ver son dos los caminos de coincidencia, dos ramas, una va en ascenso y la otra en descenso…
Sigo
después
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