miércoles, 16 de diciembre de 2020

Sobre el narcisismo contemporáneo: una salida por el Logos y la filosofía.



En este ensayo voy a tratar de mostrar como el fenómeno contemporáneo de las redes sociales y su alta carga narcisista está relacionado con el devenir del mundo del saber humano y como quizás es posible una re-flexión (reflexión también en el sentido de agacharse) sobre y de este narcisismo a través de la filosofía.    


El des-cubrimiento del Logos.


Karl Jaspers, con gran pericia, calificó lo que sucedió en la humanidad entre el siglo VIII y II antes de Cristo como era Axial. La aparición de la filosofía en Grecia, los grandes profetas Judíos, Zoroastro, Buda, Confucio, Lao Tse, generaron cambios en las sociedades, cambios de los que no habría vuelta atrás. Comenzó a existir una comprensión más racional en las sociedades humanas, un intento de aprehensión dialógica del Ser, una “des-mitoligización” del accionar divino (por ejemplo en los profetas judíos “más misericordia y menos sacrificios”). Con la aparición de la filosofía en Grecia ocurrió el famoso pasaje del Mythos al Logos y el giro antropológico, con Sócrates-Platón. Este pasaje fue criticado por Friedrich Nietzsche, aduciendo que con la introducción del espíritu critico del racionalismo filosófico al contrario de la tragedia griega, se entró en una larga decadencia de superficialidades que luego se transformó en el cristianismo, y luego en las ideas de la secularización moderna. Pero, como también le mostró Ulrich von Wilamowitz-Moellendorf, este punto de vista de Nietzsche es un error, pues el avance del Logos, aunque a veces superficial, como bien Nietzsche señaló, era y es una cuestión irrefrenable y no es eso lo que genera la larga decadencia narcisista. Aunque Nietzsche tiene un punto, y es el de la división de los ámbitos del saber. 

Nietzsche señala esta división entre el espíritu apolineo y el espíritu dionisiaco, que la tragedia había logrado unificar, división que aun no estaba en los presocraticos. Los presocraticos eran poetas en el sentido de la poeisis griega, eran creadores, buscadores del Arjé, o principio del Ser. Luego sí hubo una división entre el espíritu científico y el artístico, división que Nietzsche ataca y considera que la salida de esta decadencia o superficialidad moderna de hallaría en la música. Todo el siglo XX y la cuantiosa aparición de variados géneros musicales quizás le daría la razón a Nietzsche. Pero ya en los albores y entrados el siglo XXI vimos que la música también puede encontrarse al servicio de esta decadencia performateando las sensibilidades a través de tecnologías y algoritmos, al servicio de esta disolución del espíritu que Nietzsche criticaba. Vemos entonces que la salida o toda la salida de esta larga decadencia no estaba en la música. 


Para el ensayo vamos a quedarnos con este tema de la división de los ámbitos del ser y el saber humanos, ahora más allá de Nietzsche. 


La division del Logos.


El gran filósofo español Javier Gomá Lanzón tiene una tesis y es que existe otro periodo axial de mayor importancia que el antes señalado por Jaspers. Este periodo estaría dado entre los siglos XVII y el siglo XIX. Javier Gomá explica que el paradigma anterior basado en la armonía del cosmos se rompe para dar nacimiento a la subjetividad moderna, el romanticismo y el surgimiento inagotable del yo como fundamento. Este super desarrollo de la subjetividad trae aparejado el descubrimiento de la dignidad individual del hombre, desarrollo muy positivo y Gomá tiene razón esto es así y sucede hasta hoy, recomiendo esta entrevista https://www.abc.es/cultura/cultural/abci-javier-goma-ejemplaridad-debe-ideal-dignidad-no-aparato-linchamiento-201902100205_noticia.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com.ar%2F


Veamos ahora porque sucede este acrecentamiento de la subjetividad. Lo que se observa es que este desarrollo de la subjetividad tiene que ver con un nacimiento por vía negativa, por la división, y para ello me voy a basar en Sigmund Freud y lo que el llamó las tres heridas narcisistas. El descubrimiento de Nicolas Copérnico que la tierra ya no era el centro del cosmos, el descubrimiento de Charles Darwin sobre la evolución de las especies y el del mismo Freud del inconsciente generaron muchas consecuencias en la subjetividad humana. El quiebre que produce el descubrimiento de Copérnico es probablemente lo que produce este vuelco hacia la subjetividad en el ámbito de la sensibilidad artística. Veamos lo que produjo en el ámbito científico. En la edad media y la edad moderna hubo un progresivo desprendimiento de la teología a la filosofía y finalmente con el descubrimiento de Copérnico - su herida a Aristóteles, base de la escolástica- y, fundamentalmente, a través de Immanuel Kant se terminó suplantar a la filosofía por la ciencia. 


Y volvemos al tema de la división de los ámbitos del saber humano y aclaro una de mis primeras tesis: la progresiva cientifización y tecnificación del mundo y su consecuente división de los ámbitos del saber produjo un daño incalculable en el espíritu humano, y esta división del Logos  hasta hoy sólo la hemos tratado de tapar con el más burdo narcisismo.


A partir de Kant y su concepción del noumeno y el fenómeno, de lo que se puede conocer y lo que no se puede conocer, se le dio pié a las ciencias para que comenzaran rápidamente a independizarse de la filosofía y a dividirse los campos del saber humano. Antes un Wilhem Leibniz o un Isaac Newton eran filósofos antes que científicos, eran filósofos de la ciencias naturales, su base era fundamentalmente la filosofía y los ámbitos humanos y naturales estaban íntimamente ligados en su concepción de la ciencia. A partir de Kant, por un lado la ciencia comienza a aferrarse a un objetivismo fenonémico, y ya en pleno idealismo alemán e imbuidos en esta subjetividad descubierta, la filosofía comienza refugiarse y a verse cada vez más estrechada a una lógica, o a una lógica historicista podría decirse, donde lo que empieza a rivalizar como teoría son los puntos de vista desde los cuales esta lógica acontece. Hay puntos de vista más objetivos, más subjetivos, los hay que tienen más que ver con la voluntad, o con lo material o con el espíritu, o con la misma lógica. Las filosofías dominantes, así, quedan confinadas al ámbito del desarrollo histórico y/o lógico y sus diversas disciplinas: ética, estética, la misma lógica etc. Un siglo después de Kant se independiza otra hija para intentar pasar al dominio de lo científico, la psicología. Y con la psicología se lograron muchos avances. Por ejemplo Freud, como antes dije, descubre el inconsciente, sus estructuras y funcionamiento y, aunque sus descubrimientos son discutidos por la ciencia, mucha de la psiquiatría, en medicina, se basan en los descubrimientos de Freud.


¿Que nos dice la Psicología?


Siguiendo mi tesis podemos ver que esta progresiva invasión y división de la ciencia y de la técnica en el mundo humano -ademas de todos los indiscutibles avances- produjo diversas consecuencias en el espíritu, como las tres heridas narcisistas antes citadas y como otras cuestiones que ahora vamos a tratar de dilucidar. Y esta es la segunda tesis que se desprende de la primera: las teorías científicas y los avances técnicos no sólo son revolucionarios por el sentido de los descubrimientos que realizan sino que también el constante aumento del flujo de información que deviene de ellos hacen que el aparato psíquico se  desestabilice; por un lado como consecuencia de estas heridas narcisistas y por otro lado por la simple relativización a causa de las diferentes millares de “verdades” y técnicas que se parecen descubrir que constantemente son validadas y luego puestas en jaque o directamente descartadas a medida que hay avances en ellas. Esta vorágine de información de aumento y cambios constantes producida por la ciencia y proporcionada por medios técnicos, como los medios de comunicación, hacen que el espíritu humano se sienta muy frágil, mermando su autoridad frente al mundo, impidiendo que esta dignidad descubierta sea garantizada, y este daño producido al espíritu sólo es tratado de reparar con una hipertrofia narcisista donde la consideración de lo diferente o ajeno a uno mismo o a autoridades aceptadas acríticamente, es completamente descartado o imposible de ver. 

Hubo otros momentos históricos, ademas del contemporáneo donde un cambio en el influjo de información a través de saberes y técnicas comunicativas produjo este avasallamiento de lo diferente o ajeno. El primero que podemos observar es el de la Roma imperial, y su maquinaria de guerra, y su relación con el auge de los teatros y anfiteatros, donde lo que se representaba ya no eran tragedias y comedias donde hacer catarsis sino que eran sobre todo espectáculos bélicos donde el espectador “participaba” de las matanzas o “hazañas” guerreras. El original pan y circo. Luego podemos ver este malestar y efecto de los influjos de información antes de la primer guerra mundial con la germinación de cientos y miles de manifiestos y folletines, que luego decantó en los nacionalismos y la gran guerra. En tercer lugar puede observarse la radio y el cine que ocurren conjuntamente con el despliegue de todos los totalitarismos y la uniformación ideológica donde el enemigo ya no es el extranjero o externo al imperio o a la patria sino que es interno y tiene que ver con el pensamiento, es ideológico.  

Ahora considero estamos frente a un nuevo cambio de paradigma, o una nueva era axial a decir de Jaspers o Gomá Lanzón. Es donde entran las redes sociales. Durante el siglo veinte hubo una progresiva canalización de este daño narcisista de la ciencia y el estado del mundo del saber. No sólo apareció la mayor valoración del arte y las vanguardias sino que el mundo de la comunicación viró no solo a informar sino sobre todo a entretener. Aparecieron variedades de deportes y sus respectivos eventos en gigantes estadios comunicados a través de diversas tecnologías. Aparecieron diversos programas de radio y canales de televisión, luego canales de cable, internet, flow y las plataformas de series. Pero hubo un nuevo instrumento que apareció hace poco mas de una década pero que se hizo masivamente accesible hace menos tiempo que es el smartphone. Con el smartphone e internet no sólo aumenta la gama de las posibilidades de entretenimientos e información sino que con el smartphone e internet se producen dos nuevos fenómenos. Por un lado el smartphone hace que el flujo comunicativo este siempre con nosotros al alcance de la mano, y con internet sus plataformas y redes sociales ya no sólo se participa pasivamente sino que nuestro narcisismo se defiende y activamente volcamos en las redes nuestra propia información, nuestras opiniones, nuestros me gusta, nuestros comentarios a notas etc. Esta nueva posibilidad de interacción donde el individuo ya no sufre pasivamente el flujo de información del mundo circundante sino que puede salir del anonimato y participar de lo que antes era un mero espectador es una singularidad difícil de dimensionar hoy. 


El problema es que esta singularidad, esta capacidad de participación en el mundo se ve reducida por este sesgo narcisista. Durante décadas esta herida narcisista por y sobre la información dividida y recibida quizo ser “exorcizada” por el inconsciente colectivo a través de figuras arquetípicas. Por el lado de la ciencia teníamos al nerd encerrado en su torre de marfil que mucho podía saber del mundo científico pero era un alíen en el mundo social. Por otro lado teníamos al político que conocía todo el mundo social las matufías de la información y el chusmerío pero que era moralmente denigrado. Estaba el deportista atlético, ganador o la modelo bella pero eran frívolos o superficiales. Y teníamos a los artistas pero generalmente considerados fifís y descomprometidos de la vida real. La necesidad de estos exorcismos sobre figuras que dañaban el narcisismo fue gradualmente desapareciendo con el auge de las redes sociales, pues estos ya no se muestran tan cerrados y la posibilidad de interacción es mucho mayor gracias a las redes. Ya no se necesita más leer libros, hacer política, practicar un deporte o desarrollar un arte, o, mejor dicho, a través de las redes podemos hacer que participamos de estos eventos, podemos hacer que sabemos de que se trata. Y esto genera un problema en el narcisismo, una hipertrofia desmedida del yo y un daño o sesgo en la visión del mundo, pues la frustración narcisista antes causada por el mundo y su información ahora es acusada hacia el lado opuesto al que creemos adherir, como sucedía en el imperio, los nacionalismos y los totalitarismos, hoy día formando lo que se llaman las “grietas”. 


Freud en psicología de las masas y análisis del yo nos dice que el auge de los totalitarismos es como una especie de regresión al estadío de la horda primitiva donde había un empobrecimiento del yo identificado con el padre de la horda, y en el caso de los totalitarismos con el conductor de la masa. Pero esto creo que es un error. En los totalitarismos lo que sucede es que mayoritariamente surgen dos tipos de psicología, una dominante que es la de los individuos que se identifican con el conductor: todos los fanáticos se sienten co-conductores y el conductor aparece como un Dios ad hoc, como una ideología justificatoria, que sirve para validar cualquier desmán en pos de la causa. Y aparece otra psicología dominada, que actúa por cobardía como un burócrata sin estar convencido, sin sentirse identificado y sin poder cuestionar nada por temor y llevándole la corriente al orden imperante. Esto es el combo de lo que sucede también en las redes sociales hoy. Herbert Marcuse y Theodore Adorno y su teoría de la doble alienación cultural a través de la figuras parentales y los medios de comunicación se quedan cortos para describir el fenómeno de lo que sucede hoy. Anthony Elliot en “teoría social y psicoanálisis en transición” justamente les hace una crítica diciendo que no tomaron en cuenta desarrollos pre-edípicos, y es que con la introducción del smartphone haciendo el objeto siempre presente y parcial en la elección de información buena/mala, quitando la falta, a través de esta identificación inmediata y ad hoc con los “conductores” de la información, hace necesaria una revisión de la teoría, y este tipo de psicología nos retrotraería más al estadío esquizo-paranoide desarrollado por Melanie Klein donde el objeto justamente nunca está ausente, es siempre presente y parcial bueno/malo. El smartphone como un espejo reflejando inmediata y constantemente todas las vicisitudes del yo, ceba al yo, hipertrofia el narcisismo y esto confunde al yo y al super yo generando un efecto catastrófico, donde el super yo que marcaría el ideal tiende a desaparecer en un yo completamente satisfecho en su propia burbuja.      

 

Pero vayamos a Freud, ahora para reivindicarlo. En la Negación, Freud, intenta dilucidar como se organizan las funciones del juicio humano. 

Nos dice que el primer juicio es el juicio de atribución, la posibilidad de adjetivar las cosas, lo bueno/agradable, lo malo/desagradable, es la primera operación que divide a la psiquis del mundo externo tiene que ver con el principio de placer. Luego recién se establece un segundo juicio, el juicio de existencia, ligado al principio de realidad, donde se analiza si la representación existe o no en la realidad exterior. Lo que quiero señalar es que esta progresión constitutiva en la que se desenvuelve el aparato psíquico humano es problemática a la hora de generar criticas, divisiones, análisis, teorías, filosofías, ciencias y políticas que intenten explicar el ser y el saber humano, pues lo que primero analizamos y validamos es si algo es placentero o no, y luego recién podemos conjeturar si es real. O sea nuestro aparato psíquico está constituido de forma tal que primero aprobamos las cosas según nos guste o no, y luego recién si son reales.    

Ahora lo que conjeturo es que esta división entre lo que nos gusta (y siguiendo el hilo de lo que vengo escribiendo los que nos gusta serían los medios de entretenimiento: sea juegos electrónicos, arte, deporte, política, ciencia desde una mirada meramente estética) y entre lo que es (según lo que vengo escribiendo serían los medios de producción, la ciencia y la técnica reales) articuladas por la política “lo que es posible”, permanecerían en esferas completamente distintas y ahora gracias a la creencia en la participación en ellos a través de las redes sociales, la burbuja narcisista permanecería intocable, en una indolencia y embrutecimiento masivos producto de la muerte del Ideal, del super yo. El problema radica en la facultad intrínseca del aparato psíquico para negar la frustración que genera el principio de realidad, y sus medios de producción, y correr a través de la proyección en dirección del principio de placer y los medios de entretenimiento, a través de actividades políticas (lease ciudadanas). Lo que diría parafraseando a Nietzsche es que lo que está muriendo es el super yo. En este estado de cosas el diálogo a través de las redes ya no sería un autentico intercambio sino la búsqueda de confirmación de lo que me gustaba de antemano, la capacidad crítica y creativa se encontrarían en ruinas. 


Volver al Logos.


Pero más allá de la redes sociales y el smartphone hay una salida genuina a esta presión del narcisismo y la telaraña que el mismo narcisismo crea tratando de reivindicarse. Existe una puerta que nos puede ayudar a salir de esta lógica de la división cientificista para el control de la realidad. Para el hombre adulto el principio de realidad es mas importante que el principio de placer, pero este principio de realidad no se encuentra únicamente en los medios de producción ni en la ciencia, ni en el arte. Los presocráticos buscaban el Ser y creo que Heráclito lo encontró. Esa salida está en el Logos, en el lenguaje, el lenguaje es lo que unifica los sentidos y nos hace salir de esa indignidad aplastante de la lógica divisoria del mundo y que, como traté de describir, también se vuelve ilusoria. Hablo el lenguaje más allá del lenguaje escrito, más allá de la lógica digital y su análisis y división del tiempo y el espacio en números estadísticas y big data. Hablo del lenguaje analógico donde no existe la lógica de suma cero. La Filosofía como madre de las ciencias debería volver a ocupar su rol central y dignificante de la experiencia humana, pues es en la mirada filosófica es donde rompemos la burbuja narcisista, donde el individuo a través de esta mirada puede contemplar el mundo y acercarse a la creación sin divisiones, sin buenos y malos, a traves del Logos es donde puede encontrar este lenguaje creacional fuera de él mismo y su burbuja de protección narcisista cada vez más cebada. El lenguaje como un signo o símbolo de una dinámica primordial donde todas las voluntades puedan reunirse en Paz.

Seguramente puede sonar muy ingenuo esto, pero creo que no hay otra salida.