“El que ve con lucidez los
abismos de nuestra era, ve en ellos la acción de potencias que actúan para
disgregar las relaciones entre los hombres. El cristiano puede descubrir
entonces que su misión de “exorcista”, debe reconquistar aquella actualidad que
poseyó en los inicios de su fe. La palabra “exorcismo” no ha de entenderse
aquí, por supuesto, en sentido técnico. Se refiere a la actitud de la fe en
general, que “vence al mundo” y “arroja a los príncipes del mundo”. El
cristiano sabe - si verdaderamente llega a divisar el abismo – que debe prestar
un servicio al mundo. No nos dejemos contagiar por la mentalidad predominante
que cree que “con un poco de buena voluntad podemos resolver todos los
problemas”. En realidad, aunque no tuviéramos fe, pero fuéramos al menos un
poco realistas, nos daríamos cuenta de que sin la ayuda de una fuerza superior
-que para el cristiano es solamente el Señor- estamos prisioneros de una
historia sin remedio”
(Joseph Ratzinger, Benedicto XVI)
Porque El castiga y tiene compasión,
hace bajar hasta el Abismo y hace subir de la gran Perdición, sin que nadie
escape de su mano.
Si vuelven a El de todo corazón y con toda el alma, practicando la verdad en Su presencia, El se volverá a ustedes y no les ocultará más Su rostro.
Si vuelven a El de todo corazón y con toda el alma, practicando la verdad en Su presencia, El se volverá a ustedes y no les ocultará más Su rostro.
(Tobías
13,2.6.)
Lo primero que transcribí es
de un librito de 1985 se llama “informe sobre la fe” donde Vittorio Messori,
periodista italiano, entrevista a nuestro actual Papa.
Lo que me sorprendió sobre
todo, lo que dice al final: “En realidad, aunque no tuviéramos fe, pero
fuéramos al menos un poco realistas, nos daríamos cuenta de que sin la ayuda de
una fuerza superior -que para el cristiano es solamente el Señor- estamos
prisioneros de una historia sin remedio”. Esto ultimo, si uno tiene o no tiene
fe, tarde o temprano, lo experimenta. Eso es lo que expresa el cántico de
Tobías, del libro de Tobías, de la
Biblia.
Lo que un cristiano cree es
que, en un principio antes de la venida de Jesús, la realidad del hombre no es
buena porque, por consecuencia del pecado original, es una realidad caída. El
hombre no se debe estancar en esa realidad, porque esa realidad equivale a la
muerte, el hombre se debe esforzar por alcanzar el reino. Por eso, salir de esa
realidad, no es solo una cuestión puramente intelectual, una cuestión de
entendimiento, es mas algo mas visceral, un sentimiento, una cuestión de
Fe. No es solo algo teórico, abstracto, es algo donde, nos percatemos o no, se
juega el futuro de nuestra vida.(SIGUE)