sábado, 10 de agosto de 2019

Trabajo para materia psicología social (mayo-junio 2018)

Introducción:
De la lectura de un articulo de opinión (Artículo del diario Perfil de autoría del periodista Jorge Fontevecchia) sobre la capacidad de influencia y manipulación de Google y Facebook y el escándalo de Cambridge Analytica surge el interrogante de como explicar que el uso de estas plataformas sea tan masivo, y porque a las personas no les interesa el riesgo que representa para ellas la manipulación de sus datos personales. Y parándome desde la perspectiva del uso de Facebook voy formular las siguientes preguntas:¿Por qué las personas ofrecen gratuitamente su intimidad? ¿Que las motiva? ¿Que beneficio obtienen del uso de estas plataformas?
Con el objetivo de contestar estas preguntas me voy a servir especialmente de tres autores: Freud, Bauman y Byung Chul Han (BCH). A través de la discusión con los textos Bauman y BCH trataré dilucidar como fue afectada la subjetividad humana en el devenir histórico del capitalismo y como el devenir histórico del capitalismo fue afectado por está subjetividad, postulando así yo, que existe un fenómeno de retroalimentación simbiótico  entre la psiquis del hombre y el desarrollo del capital. Para explicar como y por qué se evolucionó del capitalismo industrial a el capitalismo financiero según BCH, o de la modernidad pesada (hardware) a la modernidad liviana (del software) al decir de Bauman, me serviré de Freud y tomaré su segunda tópica “ello, yo y superyó" tratando de demostrar como estas estructuras psíquicas son correlativas al desarrollo del capitalismo.
Desarrollo:
En los textos de Bauman y BCH se repiten varios puntos de vista, el punto más parecido es aquel en el que hablan que hubo una evolución en el capitalismo donde se paso de un estado más pesado, concreto o industrial a otro estado más liviano, liquido o neo-liberal, yo lo llamaría un capitalismo más abstracto, ideal o virtual. Esta tendencia a lo abstracto encaja con la posición de la burguesía capitalista frente al mundo por esto (y voy a hacer la primera afirmación intempestiva): en un comienzo, en el capitalismo pesado, industrial o hardware el movimiento del capital se asemeja o copia al movimiento del conocimiento, esto es, hay un ahorro del capital, ahorro que permanece en lo virtual o ideal, ese ahorro es riesgo hasta que ese ahorro, en el largo plazo permite una inversión y un cambio de status donde el capital crece, se expande. Piaget nos enseñó con su epistemología que los conocimientos de las culturas se van a acumulando hasta un momento crítico, de muchos conocimientos donde se empiezan a hacer “inversiones” (inversiones en sus dos acepciones) que logran cambiar el paradigma del conocimiento. El problema de esta analogía es que los conocimientos erróneos son descartados con facilidad pues no eran conocimientos eran virtualidades, meros errores, pero en cambio el capitalista que erró su inversión no implica solo un error, implica una vida - o varias según dependan de el-, y este hombre va a intentar protegerse de esa virtualidad en la que lo sumerge el riesgo del capital. (Este descubrimiento de Piaget (que luego verifica en el aprendizaje de los niños), y su analogía de como el movimiento del capital se asemeja a la forma que avanza el conocimiento nos muestra lo absurdo de combatir al capital. Ahora, el problema es que en el capitalismo liviano, software, neoliberal, los roles se invierten y en una sociedad burocratizada es el conocimiento el que sigue al capital, y se arruina la capacidad creativa del hombre. Pero esto es para otro trabajo).   
Primero vamos a hacer un pequeño recorrido histórico del capital, del capitalista como nuevo personaje histórico. En la tardía edad media y comienzos de la moderna, en el renacimiento, cuando el capitalista emergió como nuevo agente social respetable, la característica principal del capitalista fue su virtualidad, su falta de identidad frente al señor feudal dueño de la tierra, su falta de identidad frente a los artesanos y campesinos dueños de un oficio, el capitalista se presenta como un personaje despojado de cosas reales salvo la posesión del mismo capital, si el capital desaparece, el capitalista desaparece con el. Frente a este desvalidamiento inicial, la burguesía capitalista fue desarrollando actividades e instituciones que la protegieran de esa virtualidad esencial, el capitalista financió la construcción de catedrales y se crearon los bancos, las aseguradoras de empresas de barcos de comercio. Luego, en el siglo XVIII aparecieron los “periodicos”, los “diarios” (en esto ya estaba el germen de la “instantaneidad” de la que nos habla Bauman) donde en publicaciones diarias se buscaba respaldar, blindar la vida burguesa frente al poder de las otras clases dominantes. Luego finalmente se crearon los estados nacionales, impersonales. El problema de está protección de la virtualidad es que fue contagiando a toda la sociedad de esa virtualidad, aparecieron las primeras crisis producto de la industrialización y de la globalización, y finalmente cuando la burguesía consiguió crear bancos centrales en países, esto generó las burbujas  financieras, y las crisis cíclicas del capital. Por otro lado los diarios, y ahora, los medios de comunicación al servicio del poder aumentan la virtualidad de la sociedad (y la aumentan más al ofrecer muchas veces sólo desinformación, “fake news”). Y en lugar de financiar catedrales se crearon los estados de bienestar donde comenzó a aparecer una clase nueva diferente a la burguesía o el proletariado, la clase media.
Lo que predijo Marx no se dio, se crearon los estados de bienestar, y el aumento de bienestar fue mutando los roles y convirtió al proletario en un empresario de si mismo como nos ilustra BCH. En esta “virtualidad” que surge primordialmente del ahorro y la inversión, ahora conjugados con el creciente conocimiento y la tecnología, los medios de comunicación y la posibilidad de un futuro mejor, desplazaron las motivaciones del proletariado: ya no se trata de luchar contra la burguesía, sino que se trata de pertenecer en un futuro a esta burguesía, pues sumergidos en esta virtualidad todo es posible. En esta virtualidad, a través de los medios de comunicación, la identificación es inmediata con el idolo sea Messi, George Soros o Bill Gates. El individuo trata de mantener esta virtualidad al alcance de la mano, literalmente, al alcance del control remoto o del mousse o el celular, de esa manera puede vivenciar pertenecer virtualmente a lo que quiere a través de un click. Y todos quieren identificarse y pertenecer pues en esta virtualidad del pertenecer se olvida el tener que sobrevivir (no es llamativo entonces la cantidad de antenas de direct tv en la villa 31). Lo que antes solo era una motivación de la clase alta, el pertenecer (coleccionistas, filantropos, círculos sociales, clubes de ricos), ahora todas las clases pueden y hacen sus esfuerzos para pertenecer, la virtualidad lo permite, consiguieron el celular marca tal o ven tal serie de televisión, y así fácilmente se olvidan de las penurias del tener que mantenerse o meramente sobrevivir. Si pensamos a la persona humana y pensamos sus motivaciones veremos que primordialmente la primera motivación es sobrevivir, poder satisfacer las pulsiones que le vengan como sea, principio de placer, la segunda motivación o incentivo es mantenerse, es decir mantener las distintas pulsiones en equilibrio, principio de realidad. Y la tercera motivación o incentivo es pertenecer, identificarse con un modelo ideal que se crea tenga resuelto todo este discurrir pulsional. Los incentivos o las motivaciones de las distintas personas y las distintas clases sociales tienen que ver con un transcurrir dialécticamente entre estos tres estados: sobrevivir, mantener-perdurar y pertenecer. Pero haciendo un pequeño análisis al paso podemos vislumbrar que en general una de estas motivaciones tiende a predominar históricamente según la clase social. En la clase baja, el sobrevivir, en la media, el mantener, y en la clase alta el pertenecer. Hoy en día estas motivaciones primordiales de las clases media y baja desaparecen frente a la posibilidad de pertenecer mientras la virtualidad nos garantice esa pertenencia. Pero para lograr esa pertenencia, tenemos que auto-explotarnos y producirnos según esa imagen de pertenencia que tenemos. Como dice BCH ya no hace falta un poder disciplinario. Ahora solo hace falta un televisor, una computadora, un celular una pantalla que nos ofrezca un modelo identificatorio, un ideal que nos guste y respondamos a él. Freud quiere indicar en “Malestar en la cultura” que el hombre de la cultura pierde de felicidad lo que gana en seguridad. Y esto es falso, el uso de las redes sociales como Facebook que no dan ninguna seguridad lo demuestra. Reformulando la frase de Freud diría que el hombre de la cultura pierde de felicidad lo que gana en identificación y pertenencia. Y así como los destinos de las pulsiones mutan de un trastorno hacia lo contrario  (sadismo primordial -conocimiento-) a una vuelta contra si mismo (masoquismo, autoconocimiento), la estructura psíquica del ello-yo-superyó logró que la sociedad capitalista vaya mutando, y en esta última fase del capitalismo al hacer a cada un individuo un empresario de si mismo, que lucha contra sigo mismo para lograr esta pertenencia al ideal neoliberal, el capitalismo logró no solo consolidarse a través de la estructura psíquica del superyó, sino que el mismo capitalismo a su vez consolida la estructura psíquica del superyó. Facebook y las redes sociales nos dan ese sentido de pertenencia gratis, eso explicaría las pregunta de la introducción, en parte.
Pero hay otra arista que explicar.
El capitalismo también licúa las identidades, las vuelve liquidas usando la terminología de Bauman.
Y explico.
Al igual que el hombre del conocimiento, o el sabio asceta, o el filósofo frente a las ideas, el burgués capitalista se aísla especulando en la búsqueda de más capital, es el amo cuyo amo es lo virtual. Pero frente a la actualidad y materialidad de la vida cotidiana en la que el burgués se interesaba -no en las meras ideas como el hombre del conocimiento- el burgués no buscaba aislarse pues necesitaba capital, entonces deducimos que se debe haber aislado sólo. Hablando en términos de Bauman, hay que pensar qué espacio fue el que permitió y posibilitó el desarrollo del burgués capitalista. Burgués viene de burgos, los burgos eran las poblaciones que se iban erigiendo alrededor de castillos durante la edad media. Ahí comenzó el auge del comercio, luego el capitalismo. De los burgos devinieron luego las ciudades medievales hasta las metrópolis como las conocemos hoy. Y la ciudad tiene una característica que denuncia Bauman. La liquidez. En las ciudades con todo al alcance de la mano, el valor del tiempo y el espacio comenzaron a disminuir. Pero al disminuir el valor del tiempo y el espacio también empezó a disminuir la identidad del hombre. Nadie se conoce, nadie sabe nada sobre nadie, en un edificio viven apiladas personas a pocos metros que quizás nunca se van a conocer. Bauman nos habla de lugares públicos pero no civiles armados artificialmente donde se falsifican las experiencias de identidad como los shoppings en los que se ofrece un equilibrio casi perfecto entre seguridad y libertad. También nos habla de los no lugares: aeropuertos, autopistas, estaciones de servicio, transporte publico, cuartos de hotel, y nos dice que su semejanza en todas las partes del mundo nivelan o vacían toda subjetividad idiosincrática. También señala Bauman que la característica esencial de estos lugares es esterilizar la interacción con los extraños, es decir como es inevitable interactuar lo que se busca es que esa interacción resulte irrelevante. Hasta el desarrollo de las grandes metrópolis en estos tres últimos siglos, para el antiguo hombre de pueblo o de campo, esta sensación de falta de identidad no existía, pues en las pequeñas poblaciones todos se reconocen y saben quienes son, no existen estos lugares públicos no civiles, todo contacto humano es una excusa para un encuentro real, una interacción rica en experiencias.Y quizás ante esta falta de identidad o vacuidad de la experiencia que siente el hombre en las grandes ciudades es posible que con el uso de redes sociales se genere el espacio identificatorio que siente que le falta.
...(((((Me quedó una tercera arista que explicar acerca de porque usamos tanto las redes sociales, es un tanto más difícil de explicar, e involucra más que nada a los nativos digitales, a los niños que nacieron se criaron con smartphones alrededor de ellos.
Basándome en la recomendación del texto de Elliot, en la página 108, donde dice que Marcuse y Adorno descuidan importantes fenómenos psíquicos  del desarrollo pre-edípico voy a acudir a los autores Melanie Klein, Winnicott y Piaget para tratar de dilucidar esta tercera arista. También voy a  tratar el tema de la saturación del yo de Gergen y algo del imaginario social instituyente.
Byun Chul Han, criticando a Marx, nos dice que no es posible superar la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción dominantes en una revolución proletaria, nos dice que es insuperable esta contradicción y que es de carácter intrínseco esta “insuperabilidad" y que por este carácter intrínseco nuca se llega a una revolución sino que la contradicción escapa hacia el futuro, mutando, en este caso de un capitalismo industrial a uno financiero. Tiene razón BCH, pero se olvida de explicar la razón por la que no es posible superar la contradicción. Yo digo que no es posible superar la contradicción porque nunca llega a platearse tal contradicción en la realidad. Para explicar esto voy a remitirme a lo que dije al principio en el otro trabajo, lo que Piaget postulaba: que hay una continuidad entre el mecanismo del funcionamiento del conocimiento individual, y el mecanismo en que la sociedad crea conocimiento, y como también explique más atrás, el capital sigue al conocimiento y lo imita en su funcionamiento (Quizás en esta explicación se entrevea porque digo que en esta fase de capitalismo financiero los roles se invirtieron y ahora es el conocimiento el que sigue al capital). El mismo Piaget en su teoría plantea que ante un nuevo objeto -nuevas fuerzas productivas-, en el sujeto hay un proceso de adaptación, con equilibrio entre la asimilación y la acomodación, hablando en términos sociales, nunca hay una revolución que desecha de cuajo las categorías aprehendidas anteriormente sino que es un proceso gradual en el cual los esquemas de acción -las instituciones sociales- se van modificando gradualmente en equilibrio con inteligencia, y ante desequilibrios por perturbaciones externas o internas por compensación y regulación se vuelve a un nuevo equilibrio mejorante, mayorante y maximizador que incluye al elemento perturbador. Por eso nunca se llega a la contradicción, aunque sí hay un desequilibrio. 
Winnicott a esto lo ve de una manera más dinámica en el juego. Nos dice que el uso que el niño-sujeto hace del objeto en el juego le sirve para familiarizarse con el, para conocerlo. Este jugar -playing- cuando comienza a repetirse genera códigos, reglas, deviene en el juego reglado -game-. Desde el punto de vista social la evolución de las fuerzas productivas genera un nuevo movimiento entre el sujeto y el objeto, pero este movimiento no hace que se entre en contradicción sino que a través de un juego de fuerzas el movimiento se adapta a lo nuevo, luego esto “nuevo” es estandarizado a través de reglas, aparecen las leyes, nuevas instituciones y así queda establecido.
La cuestión entonces aparece cuando estas instituciones y leyes son tantas que generan una saturación social al decir de Gergen que impide este juego y este crecimiento del yo individual, el yo individual se frustra o satura ante tanta información disponible. En el trabajo dijimos como el auge de la burguesía y sus intentos de consolidarse fueron virtualizando el mundo moderno. Primero aparecieron diarios, revistas y luego folletines como medios de comunicación escritos. Luego los medios audiovisuales la radio el cine y la televisión ampliaron la instantaneidad y la ampulosidad de la información recibida. Finalmente en estos últimos 20-30 años el individuo empezó a poder “actuar” más frente a la información recibida, empezaron a aparecer más revistas, mas radios y  canales de cable que ampliaron la gama de elección del individuo. Finalmente con la aparición de internet el individuo no sólo puede actuar eligiendo que ver sino que también puede interactuar a través de la redes sociales, puede mostrar su intimidad, dar su “me gusta” y su opinión. El smartphone es el instrumento que se adaptó a esta demanda interactiva como señala BCH.
Ante este aumento constante de flujo de información externa el yo interior queda valorizado como absurdo, superficial, limitado y deficiente como nos dice Gergen, ante el publico interior va aumentando la omnipotencia de la sociedad externa. Hasta hay tres instituciones que por su positividad o negatividad aparecieron como obturadoras de este yo en el imaginario y que el mismo yo en el imaginario se quiso defender, sobre todo en la década del 70 al 90 pero que continua hoy: por un lado teníamos a la omnisapiente ciencia y tecnología que, llena de positividad, nos decía que todo lo puede saber frente al desválido individuo, y frente a esta prerrogativa, para defendernos nos construimos la imagen del nerd o del científico encerrado en su torre de marfil, ajeno al “mundo real”. En el lado contrario, contrastando, teníamos y todavía tenemos a la denostada institución política, el político chanta que sabe todo del “mundo real” pero que no produce nada y vive del rumor y la corrupción. Y hay una tercera institución que aparece como obturador del yo pues en esta sensación de omnipotencia y saturación de la sociedad tienen mucho que ver, son los medios de comunicación y su creciente omnipresencia, que aunque vienen escapando de un estereotipo en su relativización de todos los hechos van perdiendo credibilidad día a día.
Frente a estas tres significaciones que cerraron una posible sana interacción creativa del hombre con el mundo fuera del estereotipo, los mismos hombres crearon espacios masivos donde esa omnipotencia de la sociedad frente al individuo disminuya, estos espacios son las redes sociales. Y ahora esta omnipotencia con que la sociedad y los medios trataban al individuo trocó en omnipresencia a través de los smartphones. Las 24 hs estamos conectados. 
Y voy a traer algo arriesgado. Esta omnipotencia con que la sociedad trata al individuo y esta omnipresencia mediática a través de los dispositivos moviles me hacen recordar a algo. Tanto Melanie Klein (aniquilación del objeto persecutorio) como Winnicott (crear lo dado) nos hablan de la experiencia de omnipotencia del niño frente al mundo. Melanie Klein también nos dice que en la posición esquizo paranoide el objeto siempre está presente, es decir, es omnipresente. Freud nos dice como el niño tiene una tendencia a hacer activo lo pasivo, entonces digo que está sensación de omnipotencia es aprendida por el niño en como el mundo lo trata a el, es decir el niño utiliza el mismo lenguaje con el mundo que el mundo utilizó con él. Hoy el individuo, sobre todo las generaciones más jóvenes, ante la omnipresencia y omnipotencia del mundo externo se comporta muy semejante a la posición esquizo paranoide introyectando el objeto ideal en la información “buena” que recibe y proyectando la información “mala” los objetos persecutorios, y esto las 24 hs a través de las redes. Ya no hay una fusión de las pulsaciones de vida y muerte y una tristeza ante la perdida del objeto, ahora el objeto está constantemente y es parcial, es bueno o malo, me gusta o no me gusta, ante una nota hago un comentario laudatorio o lo aborrezco, hasta puedo evitar completamente la frustración, hay una selección omnipotente de los objetos, puedo elegir ver sólo lo que “me gusta” (el exceso de positividad del que habla BCH). Sumergidos en esta virtualidad podemos desviar la frustración, así se posibilita como una regresión: escindimos al objeto ideal y lo enviamos a la posibilidad de encontrarlo en un futuro así esta contradicción que plantea Marx nunca se soluciona y queda supeditada a la posibilidad que en un futuro cercano conseguir ese objeto ideal, solo tenemos que producirnos a nosotros mismos para cuando ese futuro acontezca, así el individuo se explota a si mismo, como dice BCH, para “pertenecer” a ese futuro. Y esto genera una gran frustración si no se alcanza ese futuro, y genera a su vez en un circulo vicioso un volcarse cada vez más al mundo virtual, a las redes para confirmar o dar la propia opinión, así al menos se cree se logra algo, aunque quizás solo se este polarizando la sociedad. 
Pero paremos: hasta acá podemos decir que la tercer arista sobre la razón que usamos las redes sociales está contestada: se usan para contrarrestar la saturación a la que nos somete la sociedad, y la información que deviene de ella a través de sus medios.
Me gustaría expandirme un poco, a modo de epílogo, sobre los riesgos de está especie de semi retorno a una posición esquizo-paranoide. 
El problema ante está escisión entre objetos ideales y objetos persecutorios, ademas de la frustración que provocan, es que se arman grietas insalvables ya que esta positividad para algunos significa una cosa pero para otros quizás todo lo contrario. Hoy el mundo está a agrietado, no solo argentina, basta con ver lo que pasa con Trump y con el auge de los partidos nacionalistas en Europa y su gran radicalización frente a los medios.
 
Por lo menos menos recuerdo tres épocas donde exceso de modernización respecto de los modelos anteriores y la consiguiente saturación social llevaron a la sociedad a esta polarización. La primer época de estos excesos que esté registrada es la Roma Imperial. A partir de la época imperial, con sus exceso institucional  de edictos, leyes y burocracias, generó un embrutecimiento progresivo en la sociedad que termino en el famoso lema Panem et circenses, pan y circo. En los anfiteatros romanos que germinaron en todas las ciudades de roma imperial, los ciudadanos devenidos en masa hacían que “participaban” en la decisión de ejecutar o salvar al gladiador. No es extraño que el símbolo fundador de Roma sea una loba que alimenta con sus pechos a dos niños, Romulo y Remo ( haciendo una alusión: la teta buena, teta mala de Melanie Klein). La decadencia de Roma fue progresiva, duró 4 siglos.
Las otras dos época que recuerdo donde hubo una saturación del yo, fue durante la primer y segunda guerra mundial y coincidió con un exceso de información, muchísimos diarios, periódicos y folletines en antes de la primer guerra, y el uso de la radio durante la segunda. De la saturación social que se sentía antes de la primer guerra y que cristalizó en los nacionalismos patrióticos dan cuenta escritores como Thomas Mann en la “Montaña mágica”, Hermann Hesse en “Demian" y “Peter Camezind” y hasta el mismo Nietzsche. Estos autores en lugar de hablar de saturación, nos hablan de un hastío de saber que rondaba en la época. De la saturación social antes de la segunda guerra mundial, saturación social mucho más veloz y efectiva dan cuenta los totalitarismos emergentes (nazismo, fascismo, comunismo) y la utilización de nuevos medios de comunicación como la radio y el cine donde el enemigo -el objeto persecutorio- era ideológico y ya no era solo externo como en los nacionalismos sino que era también interno: el judío, el capitalista, el republicano, había que cerrar filas y uniformizar la población. Esta idea de uniformizar la población siguió luego rondando, debido a la escisión que sufrió el mundo durante la guerra fría, pero esta uniformidad y polarización fue matizada por el auge de las competencias deportivas que sublimaron gran parte del espíritu agonístico que impera en la sociedad. Ahora, lo que sucede hoy en día como sucedió con los juegos del circo, como sucedió con el auge de los diarios-revisas-folletines antes de la primera guerra y como sucedió con la radio antes de la segunda gran guerra, hoy día la introducción del smartphone y de una constante omnipresencia del objeto e información nos introduce en una nueva psicología de las masas, hay una nueva escisión a las puertas. Freud dice que lo que sucedía en su época tenía que ver con una vuelta sobre una anterior de la psicología humana, la de la horda primitiva. A modo de síntesis y después de este escueto análisis quizás podemos decir que en lugar de una vuelta a la horda primitiva, lo que sucede cuando a las masas humanas se las somete a nuevas tecnologías de interacción, es una especie de regresión colectiva a esta posición esquizo paranoide, hay que tener mucho cuidado con esto.)...
Conclusión:
A partir de los análisis de los textos de Freud, Bauman y BCH y de las dos posibles respuestas que doy en el desarrollo a la pregunta ¿que nos motiva a usar las redes sociales? se desprende una rápida conclusión: el sentido de pertenencia e identidad es más poderoso que el sentido de seguridad o del mismo bienestar: la gente no deja de usar las redes sociales a pesar de saber que esos datos que vuelcan en las redes se pueden usar en contra de ellos mismos. 
De esta conclusión se puede dilucidar que disiento con Bauman en al menos una cosa. Creo que Bauman, al hablar como las personas se posicionan respecto a la instantaneidad se equivoca al decir que los más elusivos y los que pueden cambiar en cualquier momento son los dominantes pues a ellos los domina el capital y su flujo según la moda, como nos enseña BCH. Bauman cree que los que consiguen mantener sus actos en libertad y sin regulación son los dominantes. Pero entendiendo esto del sentido de pertenencia, por más en libertad que se crea que se está, siempre se responde a un modelo identificatorio. Los dominantes en verdad serían aquellos que están mejor identificados, los capaces de, a partir de sus raíces empatizadas con los demás, ser igualmente capaces crear dentro de un sistema que tiende a la homogeinización de las experiencias y a la vacuidad. Es más, la primacía de este concepto de instantaneidad pierde valor cuando las motivaciones de las personas se corren a lo virtual para “pertenecer”, y hoy cuando las posibilidades de movimiento social en el mundo real se ven cada vez más acotadas, este correr al mundo virtual es lo habitual, como sucede con las redes sociales. Y en esta virtualidad el concepto de instantaneidad queda atrapado por el Big Data, ya no hay nadie libre en el sentido de libertad como la plantea Bauman (a no ser un eremita en una cueva, lejos de la civilización). 
Como conclusión final se puede decir que las redes sociales vienen a dar ese sentido de pertenencia e identificación que, aunque sea una identificación liquida o liviana, se fue perdiendo por el influjo del capitalismo y la vida en las grandes metrópolis.  
Bibliografía:
Bauman, Zygmunt “Espacio/tiempo” (pp. 99-138). En Modernidad liquida. Fondo de cultura económica. 2002.
Freud, Sigmund. Obras completas, (1920) Psicología de las masas y análisis del Yo Hyspamerica, Bs As. 1988.
Freud, Sigmund. Obras completas. El porvenir de una ilusión. El malestar en la cultura y otras obras. (1927-1931). Amorrortu editores
Han, Byun Chul. Psicopolítica: Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder. Barcelona. Herder. 2014.  
Le Goff, Jaques. Mercaderes y banqueros de la edad media. Eudeba. 1962.
Romero, José Luis . La edad media.
Elliot, Anthony. Teoría social y psicoanálisis en transición. Amorrurtu editores.
Segal, Hanna. Introducción a la obra de Melanie Klein. Paidos. 1986.
Gergen, Kenneth. El yo saturado. Editorial Paidos. Buenos aires 1991.
(Winnicott. Realidad y juego, el prologo.)
(apuntes de Castorina sobre Piaget

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