Sobre el pecado original, el lenguaje y las escrituras.

1- ¿Qué significa el misterio del pecado original?

Pecado original se llama al momento histórico en el que el primer hombre y la primer mujer, Adan y Eva, fueron tentados, inducidos por una potencia creada por Dios, de gran pero desviada inteligencia -que el relato del génesis denomina serpiente-, a desobedecer el mandato de Dios.

todo esto parece muy dogmatico muy alejado de la racionalidad, pero la consecuencia directa de este desajuste es que el hombre, a pesar de supuestamente "conocer" sus actos, jamas puede conocer a ciencia cierta las consecuencias de dichos actos.

El género humano, a causa de esta desobediencia a Dios, permitió que se le planteara un poder que, en ese momento, lo superaba en inteligencia y, por ello mismo, lo seducía. Pero este poder no era caritativo con la humanidad sino que, más bien, en su funcionamiento la subyuga, la esclaviza inmovilizándola, inmanentizandola para su propio uso y forma.

Este poder que se nos plantea consiste en un exceso de sensibilidad, pero una sensibilidad en sentido externo, en el sentido de sentir el si mismo como algo separado de la realidad natural en la que se encuentra inmerso. Desde los comienzos el hombre abandono el equilibrio con la naturaleza, no es cosa de ahora nomas, todos los nuevos descubrimientos de arquelogía antropologica eso demuestran: como el hombre desertificó la isla de australia, la cantidad de animales que extiguio cuando los primeros hombres cruzaron el estrecho de bering, etc. la teoría del hombre natural tan proclamada por rousseau es un fiasco. todos estos descubrimientos nos dicen que existe una tendencia inmanente e inevitable que el hombre padece, tendencia que lo aleja y aliena de su propia naturaleza, y esto demuestra, creo, que no es una cuestión de llevar a cabo políticas o soluciones externas para mitigar el efecto de las innovaciones y cambios que generan los hombres en si mismos y en el mundo natural, ya que estos hombres antiguos no eran conscientes de llevar acabo ningún cambio planificado, -sino que simplemete hacían lo que les resultaba- por lo tanto menos acaso una política planificada. Esta “política planificada” debería ser instintiva en el hombre, espontánea: es decir natural no política, debería estar en los genes si fuéramos iguales a los animales… pero no está…

O capaz sí está, pero quizás también la mayoría de los hombres responden antes de poder “oír” esta carga genética a otro poder que se les ha planteado frente suyo, una posibilidad que otro animal no posee y que el hombre difícilmente puede dejar de admirar . Esta posibilidad, este poder es la mismidad, el si mismo, y embelesados frente a este poder perdemos de vista el verdadero llamado a lo distinto, nos alienamos de a poco y dejamos de “oír” esa voz.

A raíz de este hecho el género humano, algo dentro de el, su inteligencia y espíritu, quedaron ofuscados, dañados, permitiendo que su alma sufra y se dañe, se corrompa también, y “queden sujetos a la muerte”.

Por eso para un creyente, el misterio del pecado original significa que el principal problema del poder, no es algo exterior, sino que se plantea en una la lucha dentro de uno mismo de Dos potencias, la de Dios y la demoníaca. Una lucha en la que se plantea eso que con el fruto del árbol del conocimiento quisimos resolver “por nosotros mismos”: ¿que es lo verdaderamente bueno para mí?


Esta lucha entre esas dos potencias, hoy en día, la mayoría de las veces es desapercibida en los hombres, pero que sea desapercibida no significa que no exista.

Como dice san Juan Bosco: “el mayor éxito del diablo es hacer creer que no existe”. lo mismo se podría decir del pecado original.

y acá voy a parar un poco, voy a tratar de demostrar este poder en el hombre, como este poder lo saca de su naturaleza, lo aliena hasta de su misma naturaleza.

Esta lucha como hombres no entendemos porque sucede, ¿que culpa tenemos nosotros? O ¿porque tenemos que luchar? Lo bueno esta afuera, nos lo dice saber lo de afuera, lo que la epoca-moda de hoy, el estado, las costumbres de mi pueblo, de mi familia, aprender todo esto nos hace entender, para nosotros que es lo bueno. Pero acá hay un problema.

Si vemos la realidad humana, veremos que además de “cosas buenas”, también esta plagada de errores y horrores, sufrimientos vanos, y cosas sin sentido. Estos últimos suponemos, en un primer momento, existen porque existe la ignorancia, y cuando esa ignorancia desaparezca tendera a desaparecer esa gama de eventos desagradables para la vida. Pero esto es fácil. Siempre creemos que los otros son ignorantes y listo, hay que enseñarles a la fuerza o, sino, los suprimimos por necios. Pero además nos queda algo sin poder obviar, ni ignorar verdaderamente y ese algo es la muerte, nuestra muerte.

Y el que no quiere morir? Y el que ama vivir? Y si quiero seguir viviendo para siempre? Este deseo de querer vivir para siempre y, aparentemente, no poder inevitablemente me trae una impotencia, un dolor, un miedo.

Por eso para el creyente ese mal no es solo por la “ignorancia”, sino que también, es producido por una potencia, no tan poderosa como Dios, pero si lo bastante para confundirnos y engañarnos. El creyente cree que el hombre quedo enredado con esa potencia a partir de un hecho que la fe denomina “pecado original”.

Con el pecado original, con el ofrecimiento, la tentación, que nos sugiere la serpiente, se nos plantea un poder delante de nosotros, una visión grandiosa de las cosas -“seréis como Dioses”-, y esta clase de poder, aunque la desconozcamos y no sepamos bien que es, nos atrae.

En esta atracción esta la tentación. Si la atracción vence a lo que nosotros somos en el momento presente, ya no nos podemos ver más y desesperamos, quedamos a merced de las palabras de serpiente, la posibilidad de ser como Dioses, de conocer lo que esta bien y lo que esta mal, la posibilidad de juzgar objetivamente, la posibilidad de que nuestra visión de la realidad sea la realidad.

Entonces el hombre de esta forma, solo el, por la soberbia de mantener “su” realidad como “la” realidad, se escinde de la única posibilidad verdadera que lo conduciría a una realidad eterna con el Ser que lo creo. El hombre engañado y auto-escindido cognocitivamente, espiritualmente, decide, conciente y/o hereditariamente, mantener su realidad hasta la realidad final que es la muerte.

Este poder de “la posibilidad de” nos ciega de nosotros mismos, ofusca la visión de lo que nosotros somos y nos lleva a interpretar la realidad, nuestra realidad, de manera dañada, influida por un poder que, al ser superior a nuestras verdaderas posibilidades, seduciéndonos nos ciega cada vez mas, alejándonos de nosotros mismos, buscando donde no deberíamos.


Cuando personas cristianas, católicas, hablan de individuo o individualismo, lo hacen en este sentido de sentir que es lo que somos nosotros mismos, hablan de saber encontrarse a uno mismo, poder dar cuenta de uno, hablan de responsabilidad de conciencia, hablan de interioridad, interioridad espiritual, aprender a sentir Lo Uno en uno para poder reconocerlo en lo Otro. Si no acallamos “nuestras posibilidades de”, y nos centramos en nosotros y tratamos de oír esa única voz o manifestación de Lo Uno en nosotros, difícilmente la reconozcamos en los demás.

Por eso este momento, es un momento delicado. Acá no hay “bien común” que valga, no hay regla externa en la cual apoyarnos, no hay seguridades ni objetividades ni justificaciones. Y esto es así porque tenemos que estar atentos, claros, sin miedo, entregados a Uno solo.

Solo esta El, y a donde El nos quiera llevar.

El poder de Dios, a través de Cristo y el Espíritu Santo, vino en ayuda del hombre, que había creado a Su imagen y semejanza, para liberarlo de este perverso funcionamiento en el que había caído. El costo de esa ayuda fue doloroso a Dios, por eso doloroso es también, generalmente, para nosotros transparentar ese mundo de posibilidades para llegar a ser uno con el que Es Uno. Para liberarnos y acabar con ese poder externo y tiránico, que funciona por la desesperación que nos genera la posibilidad que uno mismo pueda ser otra cosa, Dios mismo decidió hacerse uno como nosotros y, para los que lo aceptáramos, Uno con nosotros.

Entender bien que significa el pecado original, que significa que “somos pecadores”, es esencial para hacer de nuestra vida algo verdaderamente útil a los ojos de Dios.

La individualidad la “sabemos” por el pecado, y por el pecado nos individualizamos y dejamos la especie.

Pero, por la individualidad también, podemos ser salvados si nos animamos, en nuestro fuero intimo, a reconocer ante nosotros mismos que erramos y carecemos de eso que creíamos buscar y saber por nosotros mismos, y que ahora lo podemos reconocer en Aquel que en la cruz nos salvo. Este reconocimiento se da, necesariamente, siempre primero en nuestro fuero íntimo, por eso la necesidad de personas que se sepan individuos, pues la lucha es interna de nuestra fe en El y lo que El, Dios, nos quiere mostrar, frente al mundo de posibilidades que nos se nos abre, y tienta, con el conocimiento del mundo.

Transcribo lo que Sören Kierkegaard, en su tratado de la desesperación, dice (es su párrafo preferido del libro pues lo repite dos o tres veces):

“he aquí, pues, la formula que describe el estado del yo, cuando la desesperación es enteramente extirpada de él: orientándose hacia sí mismo, queriendo ser él mismo, el yo se sumerge, a través de su propia transparencia, en el poder que le ha planteado.”

En ese libro “Tratado de la desesperación”(O también: “De la enfermedad mortal”. Son los dos nombres posibles), Kierkegaard describe, con una lucidez impresionante, todos los tipos de “desesperación” que corresponden a las patologías espirituales que hoy la moderna psicología denomina “neurosis”.

Entonces, aclarado un poco, que significa el misterio del pecado original y como funciona en la vida de los hombres, en primer lugar, voy a tratar de diferenciar algo que a veces se confunde.

Cuando hablamos de misterio, decimos misterio en el sentido de que es misterioso el “porque” ocurrió esto o aquello, es misterioso el “porque” se permitió esto o aquello.

Aunque a veces, también, resulta misterioso el “como” sucede o sucedió esto o aquello. Pero este “como” es en segundo lugar y no siempre se relaciona al misterio “el como” sino que en lo estrictamente misterioso siempre se hace referencia el “porque”.

Siendo más explicativo, lo que quiero decir es que concierne al intelecto del hombre intentar averiguar “como” se desenvuelve un misterio, pero no alcanza a sus facultades intelectuales aspirar a encontrar el “porque”. No podemos saber porque Dios permitió el pecado original, pero si esta en nuestras manos el poder ver como nos efecta dicho poder, dicho pecado.

El porque nos ocurrió esto, o porque Dios permitió que nos pasara la caída es un misterio, es algo que va a permanecer velado a nuestro entendimiento, pues por ello mismo, es decir, a raíz de una falla de nuestro entendimiento es que nosotros nos dejamos caer, y cometimos el primer pecado. Y por esto mismo, por estar sumergidos en este mundo -por nosotros también esclavo del pecado- es que no podemos entonces averiguar el porque caímos, pues este pecado forma nuestra realidad intrínsecamente a raíz de nuestra naturaleza herida por el.

Lo que si podemos, con nuestra naturaleza herida y todo, es, a traves de las escrituras, entender como afecta al hombre este pecado. Podemos con la ayuda de las escrituras ver como funciona en nosotros el movimiento espiritual que este pecado produce, descubrir en que lugares de la personalidad se ceba para inutilizarnos frente a los ojos de Dios.


introducción sobre las implicancias cognitivas de este pecado.


El misterio del pecado original según nos cuenta el libro del génesis (génesis en griego significa comienzo).

El libro del “comienzo” del hombre transcurre desde la creación del universo hasta que Israel con sus hijos se exilia en el país de Egipto y allí muere, pasando por el diluvio universal y la descripción de como es realizada la promesa de Dios a los tres patriarcas, Abraham, Isaac y Jacob.

Según se cuenta en este relato, la mujer seducida por la serpiente, “el mas astuto de todos los animales del campo que el señor Dios había hecho”, come del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal y luego se lo da a su marido.
Antes de que todo esto ocurriera, Dios, luego de terminar la creación, le había dicho al hombre que podía hacer lo que quisiera en el jardín del edén, pero le advirtió que si comía de ese árbol quedaría sujeto a la muerte.
Dios, al ver que el hombre no encontraba una ayuda adecuada entre todas las cosas que El había creado, decide hacer caer al hombre en un “profundo sueño”. Del hombre dormido, Dios tomo una costilla y con ella formo la mujer, luego se la presento al hombre, y entonces el hombre si acepto a la mujer como esa ayuda que necesitaba, los dos “estaban desnudos y no sentían vergüenza”.
Después de esto la mujer es tentada por la serpiente a comer de los frutos del árbol que esta en el medio del jardín, el hombre es tentado por la mujer y sobreviene la caída.
La serpiente seduce a la mujer, la tienta, le dice:


“¿así que dios les ordeno que no comieran de ningún árbol del jardín? La mujer le respondió: podemos comer los frutos de todos los árboles del jardín pero del árbol que esta en el medio del jardín, Dios nos ha dicho: “no coman de el, ni lo toquen, porque de lo contrario quedaran sujetos a la muerte”. La serpiente dijo a la mujer: “no, no morirán. Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y serán como dioses, conocedores del bien y del mal”.(génesis 3, 1-5)

Así engaña serpiente a la mujer.

Le dice: "hacelo, proba, vos tenes el poder moral, porque en verdad Dios te esta ocultando algo".
Para la serpiente no existe la categoría "verdad", la serpiente engaña, manipula la mentira y la verdad. Busca confundir. La verdad depende de Su enemigo Dios, no le conviene a ella la verdad y por eso busca confundir. Solo especula en como mejor le sale eso.

Esa mitad verdad y mitad no verdad, genera tibieza en el hombre.

Serpiente quiere engañarnos, hacer caer al hombre lo mas libremente en sus brazos, así después le va a costar mas poder arrepentirse y sentirse perdonado.
Lo que hace serpiente es mostrarle que moralmente, supuestamente en lucha "por la igualdad" -frente a Dios-, la mujer -y el hombre, después- tiene derecho de probar de esos frutos a pesar de la advertencia de Dios. Lo que hacen  es desconfiar del amor infinito que nos tiene Dios Padre, cree que Dios esta siendo mezquino con el hombre. Se cree capaz de juzgar a Dios y a su plan.

Dios no les prohibió nada, solo les advirtió que quedarían "sujetos a la muerte" y después de comer, los hombres “abrieron sus ojos y descubrieron que estaban desnudos”. Al darse cuenta que esta desnudo, el hombre se esconde de Dios, tiene miedo de el:

“oí tus pasos en el jardín y tuve miedo porque estaba desnudo. Por eso me escondí” (génesis 3, 10)

Adán “se da cuenta que está desnudo”, siente miedo, y le da vergüenza. La vergüenza es una de las cosas mas humanas que existe y es lo que Jesús decidió soportar al de enfrentar su pasión y así salvarnos.
Adán cuando sintió vergüenza se oculto de Dios. Pero no fue por la vergüenza por lo que quedo excluido del paraíso. Dios conoce que Adán probo lo que no tenia que probar porque Adán pensó que podía ocultar algo a Dios, que podía hacer algo por el mismo, que se podía "esconder", guardarle un secreto.
Adán no entendía que exactamente "en lo secreto" es desde donde Dios nos mira.
Lo que tenemos que lograr como cristianos, es llevar nuestra cruz y tratar de no tener que sentirnos avergonzados ante eso secreto, porque en eso secreto es desde donde mira Dios. Tenemos que aprender a descansar, a sentirnos bien con eso.
Si para creernos que vencemos nuestras vergüenzas, o lo que llamamos represiones, hacemos la que nos pinta, en realidad, nos volvemos como esclavos de tener que hacer la que al "mundo" le pinta y, dice que es lo que está bien, y caemos en esa "posee" esclava de hacer lo que para "el mundo" está bien . Por eso es bueno conservar cosas intimas, tuyas, en lo secreto, y hacerlo porque lo crees, porque sentís que esta bien mas allá de lo que digan los demás.

En lo secreto es donde esta el corazón del hombre.


"En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará".( Mateo 6, 1-6. 16-18)


No tenemos que llenarnos de cosas del mundo para tapar nuestra “desnudez”. No importa nuestra desnudez y fragilidad en el mundo frente a Dios. El quiere que nos llenemos de El, no de cosas del mundo, que reconozcamos nuestra vergüenza, pero no para sentirnos humillados sino, para reconocer la verdad: que estamos necesitados de El. Por eso Dios no nos mira desde la mirada externa del mundo, sino que Dios nos mira desde el interior desde lo secreto. Allí se haya resguardado Su amor en la fuerza del Espíritu que, si aprendemos a obedecerlo, todo lo puede, todo lo crea.
Nietzsche fue un personaje de su época, decía ser ateo, muy "glamoroso", "aristocrático", con mucha "buena voluntad", el nunca quiere "avergonzar"... pero esa actitud genera muchísima falsedad y genero un gran caos en toda la alta esfera cultural del mundo.

Nietzsche en un discurso impresionante del Zarathustra que se llama "de la hora mas silenciosa" escribe así: "pensamientos con pies de paloma son los que gobiernan al mundo". O como dicen los evangelios, pensamientos “en lo secreto”.

Nietzsche sabía muy bien que era lo que estaba haciendo.

En esa frase sintetizo esos pensamientos que le hacen decir y pensar al hombre que entiende algo que en verdad no entiende, y que a la larga, ese sentimiento de "tener que" disfrazar, cubrir su ignorancia, su desnudez, para enfrentar “el mundo” lo comienza a gobernar conciente o inconscientemente de a poquito. Y la larga al hombre no queda mas que recurrir y apoyarse, justificarse en toda esa apariencia, abstracción social, chusma, porque cree que no puede seguir más la verdad, o lo que es peor, ya no le interesa. Se cubre de mentiras y se confunde, y desgasta, mucho por culpa de ello.

Si yo me oculto de Dios, de El que "ES", voy a empezar a no ser, y a no ser cada vez más, generando un abismo cada vez más grande entre a donde va el movimiento de la creación y a donde voy yo. Estar en gracia con Dios significa aprender a seguir el camino hacia El. Estar en gracia con Dios no significa estar radiante, lustroso, o estar en una aparente "paz".

Es lo mismo decir que Jesús, o cualquier santo, cuando sufrían tentaciones, martirios, persecuciones, como no aparentaban estar radiantes, sino que todos golpeados, perseguidos o humillados no estuvieran en gracia. Todo lo contrario, en esos estados es cuando la gracia abunda. Solo hay que aprender a verla. Los santos piden y aceptan con alegría los sufrimientos porque ellos se saben bien pecadores, entienden bien que es el pecado original, saben que sin Dios nada seriamos. Entonces el dolor los vuelve “mas reales” en este mundo dañado por el pecado original, el dolor los vuelve sobre si y hacia Dios porque el dolor es la consecuencia de la caída, y sentirlo al dolor garantiza el verdadero contacto con “lo real”, les hace comprender mas, les hace tener mas merito y gloria delante de Dios.

Mirar solo la apariencia exterior es un error. Jesús lo señalo muy bien cuando llamo a los fariseos sepulcros blanqueados, porque por afuera brillan pero por dentro están carcomidos por la lascivia y la ambición.

A Jesús todas las cosas, toda la creación le es dócil, y cuando camino sobre la tierra le era más dócil que a nadie que jamás la haya pisado ni la vaya a pisar. Solo los demonios se le resistían un poco, pero finalmente le eran dóciles porque sabían que resistírsele por ese momento luego le iba a ocasionar más sufrimiento, por lo tanto siempre terminaban obedeciéndolo.
Toda la creación le es dócil porque El es la palabra de Dios, el brazo de Dios por el que fue creado el mundo. El hombre por culpa del pecado original se desbando y si quiere puede elegir no serle dócil, y hacer le que le pinte, hasta creer o inventarse la creencia que le conviene, que se le adecue a su soberbia, para acomodarse mejor a todo, para estar en paz con el mundo y poder disfrutar plácidamente su estancia en el mundo. Pero eso es un error en el que muchos caen. El tiempo en este mundo es algo fugaz.)

Pero volvamos al pecado original:

¿Que es lo que significa que los hombres al probar los frutos del árbol del conocimiento se hayan dado cuenta que estaban desnudos?

Significa que los hombres se hicieron concientes, se supieron hombres, por eso Adán es a la vez el primer hombre y a la vez es el primer caído. Es el primer hombre, porque es el primer hombre que “se sabe” hombre. “Se sabe”: ese saber lo tiene gracias a que probo del árbol del “conocimiento”. Aquí comienza el conocimiento y la historia, “el tiempo” de los hombres. Cuando probo sus frutos se dio cuenta que podía controlar algo pero sobre eso que podía llegar a controlar, no tenia dominio, estaba desnudo. “serán dioses” le dijo la serpiente, no les dijo cuando ni como, solo les dijo “serán dioses” y el hombre se tentó, desobedeció el plan que Dios tenia para el.

Este saber, esta conciencia del tiempo y del devenir de la creación, hace que el hombre puede observar en el movimiento evolutivo de la naturaleza. Y la evolución es insensible a lo particular, no considera lo individual, esta evolución ve el conjunto, la especie, y la posibilidad de observacion de esta insensibilidad hacia lo particular genera inhumanidad en el hombre, pues el hombre es un individuo, independiente del movimiento evolutivo, con su propio tiempo y su propia alma, y esta nueva conciencia de la evolución lo confunde mucho, lo va congelando, nos resiente, nos va arrinconando, nos abisma, nos aliena no podemos conocer como dioses si no lo somos, eso nos hace mal si no estamos preparados, solo El nos puede guiar a la vida y a la verdad, nosotros, por nosotros mismos, NADA conocemos, todo es Don divino. Por querer conocer y así ser como dioses descubrimos la nada y no queremos vivir más.

Ahora el hombre, entonces, tiene una nueva experiencia, el haber probado esos frutos. Pero esa nueva experiencia le hace ver que el se encuentra vació. Esa nueva experiencia, en verdad, es una contra experiencia, “un pecado”, porque esta experiencia en lugar de dejarle algo, lo deja desnudo, le hace creer que no tiene nada y que ahora va a tener que tapar ese vació, esa desnudez de alguna manera. Va tener que empezar a luchar con su ambiente, ya no puede ser nunca mas todo armonía porque, como quiso conocer y controlar, ese conocimiento le hace saber que en algún momento esa armonía se va a ir, puede estar equivocado o puede llegar a fallar, de ultima ahora sabe que va a morir y “no sabe” si lo que conoce será verdad cuando el muera, entonces ese conocimiento, esa experiencia en si misma no le deja nada al hombre, nada. Por eso ahora Dios luego de sacarlo del edén le dice “comerás el pan mediante el sudor de tu frente”, se va a tener que esforzar para alcanzar la vida.
Como ahora “se da cuenta” de las cosas, se da cuenta también que ese conocimiento le sirve hasta un punto. Esa manera de conocer y controlar y así de alguna forma “creerse Dios” lo puede manejar hasta cierto lugar. Ese lugar donde el hombre pierde el control es la muerte, la muerte como incertidumbre frente a todo lo antes conocido, como “el fin”, lo que escapa a esa manera nuestra de conocer, lo desconocido. Esa sensación de incertidumbre, de no saber que viene después, o bien, si hay “un después”, le causa terror. Ese miedo pone al hombre frente a una barrera infranqueable porque, aparte de desconocer y no poder controlar lo que le va a venir en algún momento de su vida, le empieza a tener miedo. De esta manera, el hombre, queda sujeto a la fuerzas de la muerte tal como Dios le había dicho: “no coman de el, ni lo toquen, porque de lo contrario quedaran sujetos a la muerte”.

El pecado origina ocasiona una esclavitud espiritual a la ley.
San pablo habla muy bien de esta cuestión cuando dice que Jesús nos vino a salvar de quedar esclavos de la ley para hacernos libres por la fe en El. El venció la muerte. Si podemos creer en eso, no necesitamos ningún conocimiento que nos justifique.
Adán dejo a un lado el árbol de la vida y comió del árbol de la ciencia y todos los hombres “caímos a la realidad” según cada uno la ve, la conoce, porque ahora, gracias al pecado original, todos podemos conocer “por nosotros mismos”.
El pecado de Adán introdujo la muerte, la enfermedad, porque el “conocer” implica el “desconocer”. La inocencia y la posibilidad de ruptura de esa inocencia, de que las cosas no sean al final como estamos acostumbrados, como “queremos” de antemano, nos genera angustia, ansiedad, miedo que no son otra cosa que ser concientes de la posibilidad de estar equivocados, que las cosas “no sean” como acostumbramos.
Esta posibilidad que nos ofrece el conocimiento de creer que las cosas “no sean”, “no existan”, es la esencia de la falta de fe, la posibilidad del “no ser”, la conciencia “de la nada”, es la conciencia de la no-conciencia, la muerte. Eso es imposible porque la vida representa exactamente lo contrario a esa oposición, la vida es armonía en movimiento, solo nuestro limitado conocimiento ve oposiciones, limites, imperfecciones, errores.
Ese miedo, ese darse cuenta que estamos “desnudos”, hace que desconfiamos de Dios y de su plan, por eso quedamos fuera del paraíso. Pensamos que necesitamos “saber porque, para que”. Si no confiamos en la creación, en lo que Dios hizo existir para que nosotros podamos vivir, en los frutos del árbol de la vida, ¿Qué queda? ¿Que hay fuera de la creación? La nada.
El único que puede crear las cosas de la nada y generar el milagro es Dios, por El es que hacemos todas las cosas nuevas, El es El que nos ayuda a cambiar la mirada, la conciencia. Si tenemos fe todo puede suceder.
Pero la nada, ¿es algo? No, es solo una invención del hombre. Nosotros, con el pecado original, introdujimos la nada, la muerte donde todo era vida.
La nada, lo que “no es”, es el resultado de una definición, de lo que hay fuera del límite que marca esa definición, lo que queda fuera de nuestra limitada definición de la realidad. Cuando uno define algo encuentra el límite hasta donde “es” ese algo. Del otro lado del limite esta lo que “no es” ese algo. Pero eso que “no es”, no existe como algo absoluto, del otro lado siempre “hay algo”, lo que supuestamente “no hay” es lo el objeto o la realidad que nosotros mismos definimos.
la desnudez del hombre, el miedo que le provoca esta, y su efecto, la necesidad de conocer para controlar “la realidad”, generan definiciones y estructuras que nos dejan dentro de un circulo dialéctico del que nos es imposible salir por nosotros mismos. Quedamos esclavos del conocimiento, “de la ley” como diría san Pablo. Caemos en nuestra particular y miserable “realidad” de la que solos no podemos salir pues en verdad seguiríamos construyendo otra y otra y otra.
Jesús vence la muerte. Al aceptar su muerte en cruz Jesús se hace cargo en El, de nosotros y nuestros pecados. La falta de fe de los paganos y la fe equivocada de los fariseos y saduceos, son aceptadas y perdonadas por El. Si nos reconocemos pecadores podremos aceptar ese perdón.
De esa manera nos muestra el camino a seguir a todos los hombres. Por eso es que se dice que todos los hombres morimos en Adán y renacemos en Cristo. Si podemos creer en El, habremos vencido la muerte.

La serpiente, al ofrecernos el fruto del conocimiento, nos dijo “se les abrirán los ojos, serán dioses, conocedores del bien y del mal”. La serpiente nos dijo “serán dioses”, “serán” ¿Cuándo “seremos”? Ah, eso no lo preguntamos, “Serán” dijo la serpiente, no “son”, ahí reside su engaño, una cuestión de tiempo… No entendíamos que significaban la esperanza y la fe, sino supimos ni creer en lo que Dios nos dijo, ni esperar que El realice el plan, lo desobedecimos. El único que puede hacerte como El, es el creador. Nosotros no nos creamos a nosotros mismos, fuimos creados, por lo tanto, tampoco decidimos ser como El por nuestras propias fuerzas. Ahí esta el error, el pecado.

Adán es el primer hombre, Jesús es Dios hecho hombre y El es el único que nos puede llamar a ser como El. Porque el como Dios que es, descendió para salvarnos, para sacarnos de nuestra envilecida “realidad” y llevarnos al cielo otra vez. Solo tenemos que aprender a aceptarlo, a creer otra vez en El.

Y si el conocimiento, la cultura no es lo que define al hombre, ¿que es? Es la libertad, no tenerle miedo a esa libertad, poder hacernos cargo y disfrutar de ella. La libertad para el hombre significa poder sentir la sensación de liberarse de sus viejas estructuras mentales y culturales, de sus “realidades”. Esto no quiere decir despreciarlas sino no dejar que estas nos determinen hasta llegar a ni darnos cuenta de la determinación en que caemos. Ser libres significa poder desprenderse de todo interiormente, llegar a ser uno mismo otra vez, para poder enfrentar y disfrutar todo de nuevo, sin quedar atado, ensombreciendo todo con las viejas estructuras sin darnos ni cuenta. Para esto hay que tener fe, es la lucha de la fe, animarse a salir de la comodidad que esas estructuras nos dan, mantenida por nuestra posición, basada en la soberbia, que no nos deja aceptar lo nuevo.

Por eso esta libertad a veces se vuelve angustia y es algo bueno, porque nos hace sentir la necesidad de Dios, nos hace sentir la “sed de justicia” para los demás hombres, nos hace reconocer que la verdad del Dios vivo va mas allá de una teoría abstracta o una letra de ley muerta, esa verdad se siente, pasa que Dios no puede intervenir, Dios es amor y como amor que es, hasta que nosotros no aprendamos no puede hacer mas que sufrir con y por nosotros.

Kiekegaard dice Asi:

“Dios es el amor...ni siquiera puedes imaginar como sufre, pues sabe exactamente hasta que punto te hace daño el sufrimiento. Pero no puede cambiar, pues entonces se trasformaría en otra cosa distinta del amor.”

Jesús en un pasaje del evangelio dice esto:

“He venido a traer fuego a la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Pero también he de recibir un bautismo y ¡qué angustia siento hasta que no se haya cumplido! ¿Creen ustedes que he venido para establecer la paz en la tierra? Les digo que no; más bien he venido a traer división. Pues de ahora en adelante hasta en una casa de cinco personas habrá división: tres contra dos y dos contra tres. El padre estará contra del hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra»”(Lucas 12, 49-53)

Este pasaje ya lo comente mas arriba, que significa, al final de la parte 2. Pero lo vuelvo a repetir porque se deja bien en claro como la angustia que Jesús sufre por nosotros se convierte en misericordia para nosotros, porque El espera a que nosotros seamos bautizados, que seamos capaces de seguirle libremente, nos viene a enseñar esto, El ve nuestro amor y siente misericordia por nuestra impotencia, porque sabe que nuestra ofuscación por el pecado original es la que nos vuelve pecadores, y El quiere lavar nuestros pecados, nos quiere salvar. La angustia de Jesús, y luego de muerto, la lanza que atravesó su costado y corazón, “la sangre y el agua” que brotan desde ahí nos sumerge en Su misericordia, y esa misericordia hacia con nosotros va a estar siempre, hasta el día del juicio. Esa misericordia consiste en los dones del espiritu santo, el fuego sobre la tierra, que es tan poderoso que hasta puede cortar los vinculos familiares, grupales, nacionales. Por eso mientras estamos vivos debemos aprovechar para “liberarnos”, animarnos, aprender y poder seguirLo, El nos esta continuamente ofreciendo Su misericordia. Ya después, una vez muertos, es tarde.

Para el hombre este seguimiento de Dios, en la libertad de los hijos de Dios, es algo muy difícil, el hombre es continuamente tentado y cuando comienza a querer justificar su tentación, su impotencia, comienza a construir una realidad sobre otra y otra, para enmascarar temores o para entretenernos creyéndonos que así logramos “escaparnos de algo”.

Esto hace que en verdad nos hundamos y adormezcamos cada vez más en el “abismo”y como dice el dicho griego:

“oh ipnos adelfos tu tanatu estin”.( “El sueño hermano de la muerte, es.”)

Por este pecado de Adán, de la verdad-realidad paradisíaca que Dios nos había creado, caemos a nuestras verdades-realidades particulares e imperfectas al habernos dejado engañar por la serpiente.



De como funciona el pecado original.



El hombre desobedece a Dios, lo desobedece y quiere ser el mismo el único que ordene la realidad a su manera. La quiere controlar a la realidad.

Eva es tentada por la serpiente. Lo que nos quiere decir el relato del génesis, aunque la coincidencia de nombres no quita su historicidad, es que la materialidad de la tierra otorga al hombre una aparente posibilidad de control sobre esta, surge un conocimiento a partir de la comparación por las relaciones temporales gracias a la materialidad. El tiempo es cosa complicada para la conciencia del hombre. Ese conocimiento comparativo se da gracias a la causalidad de las relaciones de la materia en el tiempo, la serpiente representa la sensibilidad, que es la intuición que controla esa causalidad, ese conocimiento causal, y sabe mejor que nadie que se debe estar “en el medio” (“el árbol que estaba en el medio del jardín”). Mirando desde el medio, no jugándose en la realidad, sino abstrayéndose de ella es como vamos a llegar a ser dioses… según la serpiente.
Pero el hombre, al igual que toda la creación, es creado por Dios, no esta fuera de la creación sino todo lo contrario, es lo más importante y debe participar más que nadie en ella. Serpiente seduce al hombre, lo quiere sacar de la creación, lo quiere para ella, le dice: si “probas” desde el medio, si no te jugas, “tocando desde afuera”, es como llegas a ser Dios. Pero si no se lo concede Dios, el hombre no tiene el poder de la palabra de Dios, es decir, no puede crear desde la nada, ni ordenar la realidad directamente a partir de su pensamiento, entonces, el hombre al “quedar en el medio”, “queda sujeto a las fuerzas de la muerte” porque desde esa abstracción que genero el conocimiento, el hombre no tiene ningún poder, solo puede disfrazar su impotencia especulando y agigantando cada vez mas esa abstracción para conseguir cosas y acomodarse de la mejor manera en esa “abstracción” que, ahora, para el hombre se transformo en parte de “su realidad”.

“Se te abrirán los ojos” dijo la serpiente… el exceso de nuestra propia sensibilidad exacerbada por serpiente no coincide con las posibilidades de nuestro entendimiento y entonces el hombre para subsanar esto comienza a generar abstracciones que terminan por consumir todo su esfuerzo. Queda encerrado en un círculo vicioso. Queda alienado, enajenado de si mismo. Culpa de acrecentar su sensibilidad genero abstracciones innecesarias y asi perdió la capacidad de una comunicación armoniosa con lo que le rodea. A lo ultimo, estas abstracciones se convierten en el filtro invisible por la cual “su realidad” le llega a el, y eso se convierte en su todo, fuera de eso cree que no hay nada más.
Así, el hombre, comienza a creer posible la abstracción de “la nada”, comienza a creer en la muerte y toda la “seriedad” o “solemnidad” de su abstracción se basa en que, fuera de lo que su abstracción le ordena, existe la nada y la muerte. Este hombre cree que lo que esta afuera de la abstracción esta mal, no tendría que existir. A esta clase de hombre todo lo que se encuentra fuera de su abstracción de “cómo tendrían que ser las cosas” no le interesa, no lo ve, no lo entiende, no es nada para el. El hombre entonces se tiene que aferrar a algo fijo y quieto, a un conjunto de creencias o conocimientos que lo empiezan a determinar y no le permiten cambiar, porque el cree que esos conocimientos le sirven para vivir y que fuera de esa creencia no hay nada, porque, como no “conoce” lo demás, se siente desnudo y eso le da miedo. Entonces ese fijamiento a conocimientos o creencias no lo hace por amor sino por miedo a la nada, a la muerte, porque se siente frágil y desnudo busca tapar esa desnudez como pueda.

Sin duda el hombre fue engañado por la serpiente, quedo sujeto a la nada por temor a ella.

Jesús, al vencer la muerte, es quien vino a hacer “todas las cosas nuevas”, las cosas del mundo no tienen poder sobre El, no hay mas cosas fijas y quietas a partir de El, lo que hay es el cambio y lo que mejor podemos hacer es aceptarlo y tratar de adaptarnos a el, arriesgándonos a ser lo que tengamos que ser, pero no escapando en abstracciones o realidades, engañándonos y armándolas para nosotros mismos, para asegurarnos acomodándonos a la supuesta realidad, olvidándonos de la mejor manera del riesgo que implica ser un viviente. Si para olvidarnos de nuestra finitud, por la impotencia que sentimos frente a la idea de la muerte, nos queremos acomodar, no queremos cambio en verdad, si porque tememos el cambio buscamos que todo quede fijo, quieto, estable y estamos sirviendo de alguna manera a que toda esa abstracción nos esclavice, quedamos, queriéndolo o no, sujetos a la muerte.




Las consecuencias materiales del pecado original



El pecado original es un hecho espiritual que afecta la materialidad, acto de desobediencia que no aparenta ser malo en si, sino que explica porque es un pecado esa soberbia necesidad de controlar. Esa soberbia producto de la ambición que se genera del sentimiento de vanidad del mundo, hace que queramos vernos enseguida reflejados en el mundo, que enseguida y a nuestra orden el mundo nos pertenezca, nos obedezca, sin respetar el plan que Dios armo para cada uno de nosotros.

La tentación que nos deja el sentimiento de quedar abrazados para siempre en los brazos de una madre que todo lo acepta, de alguna forma nos adormece. Eva y el conocimiento que se origina a partir de ella, nos cierran en un círculo dialéctico del que después nos es muy difícil salir porque estamos muy cómodos. La abstracción originada a partir del conocimiento causal que nos ofrece la temporalidad del mundo material nos deja dependientes de el y no podemos alcanzar la verdad del espíritu.

Digo esto porque el hombre en principio es materia, nace de la materia y si el mismo comienza a ordenarse solo según su propia ciencia y sabiduría, le seria imposible salirse del circulo material, y quedaría finalmente esclavizado a la materia. Mas alla que el conocimiento originado de las relaciones materiales le da cierta libertad, cierta espiritualidad al final este conocimiento no le serviría de nada porque el hombre por si mismo, siendo en su principio materia, no podría alcanzar nunca la verdad del espíritu si no lo acepta, nunca lo alcanzaría, nunca se realizaría, nunca alcanzaría la única realidad en Dios, el cielo.

El pecado de Adán es un pecado de desobediencia, no obedeció al espíritu del Padre, se dejo seducir, quiso, siendo aun material, ordenar el propio mundo material en el que el mismo estaba. Quiso crear una realidad dentro de otra realidad, sin tener el verdadero poder para hacer eso.

Cuando uno empieza a conocer y a definir la realidad, si no se esta abierto a la verdad de la fe, esta realidad empieza a ser solo su realidad particular. Solo su propia experiencia particular que el mundo le mostró forma su realidad. Pero el conoce otros hombres, por lo tanto esta enterado de otras realidades, y ahí se da cuenta que su realidad solo se mantiene en su cabeza, y que esta sujeta al error porque como hay realidades peores que la de el, también lo hay mejores, y esa sujeción al error le causa mucho miedo, miedo a que se derrumbe esa realidad a la que todos sus sentimientos pertenecen, le da mucho miedo y comienza a engañarse o a odiar sobre lo que le muestran las otras realidades para no tener que cambiar su realidad. Esto le pasa a Caín.

Entonces el hombre se fija cada vez mas a su “realidad” porque en realidad no tiene otra cosa, pero el se engaña y se dice que “el sabe como son las cosas”, no le interesa nada mas Dios, pero sigue necesitando algunos hombres que le respalden su realidad. Entonces empieza a engañar y a transmitir su manera de ver las cosas a los demás hombres, los empieza a dominar por miedo, porque no quiere que ninguno le moleste su realidad de cómo son mejores las cosas, su sistema de creencias. Empieza a creer que necesita cada vez más de poder para dominar y que no caiga su abstracción de cómo son las cosas. Este engaño se va transmitiendo a los demás hombres con los que vive y de a poco, todo se va corrompiendo hasta que ese engaño, y el odio que van ocasionando los desengaños que se sufren por estar sujetos al miedo y al error, se hacen mas grandes en el hombre que la verdad del amor creador que Dios nos tiene. Esa es la esencia del poder en el mundo. Jesús vino a acabar todo este engaño que a la larga genera ese odio.

Cuando el hombre se fija tanto a abstracciones y sistemas de conocimientos, y queda de esta manera engañado, tan engañado, que ni puede ver cual es su propio prejuicio, nos paramos desde nuestros prejuicios y desde ahí juzgamos todo, porque creemos que nuestro prejuicio es la “realidad”, nos empieza a dar temor todo lo que hace tambalear ese prejuicio y a la larga empezamos a engañarnos o a despreciar lo diferente para no poder contemplar las diferencias que cuestionen ese prejuicio nuestro.

Ese que acabo de describir, ese sentimiento y pecado, el que origina el abismo, esta descrito en el génesis en el relato de Caín y Abel.

Caín y Abel eran dos hermanos, los hijos de los primeros hombres. Eran dos los hijos, y eran algo diferentes. Abel criaba animales, era un pastor nomade. Caín cultivaba la tierra no era nomade, vivía en un lugar fijo.
El sacrificio de Abel (el fruto de su trabajo de pastor) agradaba a Dios. El de Caín (trabajo de agricultor) Dios no lo miraba. Eso a Caín lo puso celoso, y decidió eliminar a su hermano. En vez de tratar de agradar más a Dios, en vez de intentar cambiar el mismo su sacrificio por Dios, en vez de cambiar decide eliminar, arrancarse a su hermano que molestaba sus pensamientos y no lo dejaba en paz. Caín estaba muy apegado a la tierra, a la materia y prefirió matar sus sentimientos más íntimos, su hermano, antes de cambiar su pensamiento vano generado por una comparación inútil.

Por que a Dios agrada mas el sacrificio de Abel? Porque Abel es pastor, es nomade, no esta agarrado a lo terreno, a lo material, Abel entonces esta más predispuesto a seguir la voz, el espíritu de Dios, no se agarra a nada fijo sino que sigue y busca el camino que la naturaleza generosa le va ofreciendo, no tiene que defender nada mas que a su rebaño y a el mismo, no se tiene que preocupar ni engañar por ninguna costumbre demasiado fija ni nada de eso. Siempre Dios tuvo predilección por el carácter desarraigado y humilde del pastor. Hebreo significa nomade, errante. David antes de ser rey era pastor, Jesús siempre evoca la imagen del pastor para dar entender como El se comporta con su pueblo.

Caín y Abel pueden representarse como dos pueblos, dos tribus, dos hombres, dos maneras de sentir la realidad. Lo esencial que quiere remarcar el relato con que eran hermanos hijos de Eva y a pesar de que habían salido de lo mismo sus puntos de vista sobre la vida eran distintos. ¿Por que si eran hermanos tenían puntos de vista diferentes? ¿Porque a Caín se le hace tan imposible intentar cambiar que prefiere matar a su hermano?
Todo esto esta directamente relacionado con el pecado original. Como escribí al principio, el pecado original, hace que los hombres tomemos conciencia individual de las cosas, hace que podamos conocer por nosotros mismos. Este conocer nos hace dar cuenta que estamos necesitados, “que estamos desnudos”, entonces el hombre empieza a llenar el vació para dar sentido a su existencia a partir de si mismo y a partir de su relación con lo que lo rodea, el hombre empieza a buscar creencias que le enseñen y le ayuden, de la mejor forma, a vivir y relacionarse con su medio. Esas creencias son la base que intercede entre el hombre y los demás hombres y el medio. Esas creencias se expresan mediante un lenguaje. Con el pecado original sucede que engañados por la serpiente, dejamos de ser conducidos directamente por Dios, porque ahora como conocemos gracias a nosotros mismos, nosotros mismos empezamos a conducirnos. Esto genera que, a partir de la relación del hombre con los demás hombres y con el medio, cada hombre forme su propia creencia, su propia manera de entenderse, su propio lenguaje. Al abandonar la voz de Dios, cada hombre comienza a conocer por su cuenta, porque cada hombre nace en lugares, posiciones diferentes, la vida de cada hombre se describe según su propio punto de vista y por eso su adaptación al medio va a ser distinta. Esta adaptación hace que cada hombre caiga a su realidad particular, porque no puede conocer mas que lo que vivió, entonces la verdad que el conoce, no será mas que su verdad, sus creencias no serán mas que sus creencias, entonces, además de particulares, son imperfectas, condenadas a desaparecer, porque esas verdades y creencias parciales dificultan y nos impiden entendernos con los otros hombres de creencias y experiencias distintas.

Hasta acá, aparentemente, no hay ningún drama y viene todo bien, por lo menos en lo externo. El pecado original como recién dije no se lo ve, no es un pecado del mundo externo, físico, sino que es una falta del mundo espiritual, es una desobediencia a Dios en la que el hombre elige conocer “por si mismo”.
Pero, como el mundo físico depende del espiritual, este pecado tiene consecuencias en la realidad física, y el primero es el homicidio que comete Caín. Es la guerra.

Ahora voy a seguir con Caín.

“el hombre se unió a Eva su mujer, y ella concibió y dio a luz a Caín. Entonces dijo: “he procreado un varón, con la ayuda del señor”. Mas tarde dio a luz a Abel, el hermano de Caín. Abel fue pastor de ovejas y Caín agricultor. Al cabo de un tiempo, Caín presento como ofrenda al señor algunos frutos del suelo, mientras que Abel le ofreció las primicias y lo mejor de su rebaño. El señor miro con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no miro a Caín ni a su ofrenda. Caín se mostró muy resentido y agacho la cabeza. El Señor le dijo: ¿Por qué estas resentido y tienes la cabeza baja? Si obras bien podrás mantenerla erguida; si obras mal, el pecado esta agazapado a la puerta y te acecha, pero tú debes dominarlo.

Caín dijo a su hermano Abel: vamos a afuera. Y cuando estuvieron en el campo se abalanzo sobre el y lo mato.

Entonces el señor pregunto a Caín:¿Dónde esta tu hermano Abel? No lo se, respondió Caín. ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano? Pero el señor le replico: ¿que has hecho? ¡Escucha! La sangre de tu hermano grita a mí desde el suelo. Por eso maldito seas lejos del suelo que abrió sus fauces para recibir la sangre de tu hermano derramada por ti. Cuando lo cultives, no te dará mas fruto, y andarás por la tierra errante y vagabundo…”(génesis 4, 1 -10)


¿Que pasa con Caín? Caín no respeta su humanidad ya que su manera de ser social, sus convenciones se le hicieron tan reales que no puede abrir sus conocimientos a otro hombre, ni a Dios. Esta tan fuertes son sus creencias, tan encerrado quedo en su propia realidad que ni puede entenderse con Dios, no puede cambiar de punto de vista, le da miedo el cambio, lo sabe y baja su cabeza, Dios lo ve cabizbajo y le habla, Caín sigue sin escuchar, siente que no puede cambiar, sigue teniendo miedo a cambiar y culpa de ese miedo comienza a engañarse porque en vez de reconocer su miedo y así tratar de vencerlo, el temor lo lleva a engañarse. Y tanto engañarse, tanto desgastarse en el error hace que se le enfrié su amor y comience a odiar todo lo que es diferente, porque lo diferente le sugiere que es posible un cambio para salir del error. Entonces ahora ya no quiere cambiar ni entenderse con nada ni nadie, y en su soberbia se grita a el oído “yo se” como son las cosas y decide “matar a su hermano”, quitarlo del camino, sus diferencias incomodan sus creencias y no lo soporta, lo mata entonces. Caín prefiere que su hermano, su sangre no exista más, esa comparación vanidosa le genera envidia y puede más que el sentimiento de amor a su hermano. Le gana la nada, lo engaña, la muerte vence al amor por su hermano, y lo mata.



La serpiente que le había sugerido que conozca algo por si mismo, que sepa algo distinto de lo que Dios le quería mostrar, termina en Cain, ocultándolo no solo de Dios, ahora también de su mismo hermano y sangre, se transforman en seres muy distintos, tan distintos que Caín ya ni siquiera puede cambiar su forma de pensar de ser, y decide actuar, la serpiente deja de ser pasiva, sugerente, “un acto neutral”, “los frutos del árbol que está en medio del jardín”. La serpiente ya tiene pleno poder sobre Caín, se transformo hasta algo externo para Caín, su cultura, su idiosincrasia no las puede cambiar no puede oír la voz de Dios, la serpiente se hizo algo mas duro y grande se transformo en el eje director de su cultura “cainita”, la serpiente se transformo en el dragón.


Caín es el primer hombre en caer en el abismo, el introduce el abismo. Este abismo, después de la muerte, es la segunda consecuencia del pecado original y aparece producto de la dificultad, confusión y miedo que genero este.


En el abismo el hombre se encuentra a plena disposición de las fuerzas de la muerte porque no puede cambiar, no puede “salir” del abismo porque siente que toda su supuesta “realidad” se “desmorona”, (porque este hombre ya “sabe como son las cosas”) aunque en la “realidad” lo único que se desmoronaría seria su soberbia. No puede “morir a lo viejo en el”, entonces por tanto temerle al cambio se lo representa como una muerte, esto hace que trate de olvidar la muerte y este olvido de la muerte hace que a la vida no la considere mas como un regalo y un don que le dieron. Tratando de olvidar la muerte empieza a tapar los puntos de la vida que le hacen recordar que puede cambiar y cuando empieza a “tapar la vida” por miedo a descubrir los errores, lo feo, la muerte, le empieza, inconscientemente, a ser indiferente a la vida también. Su conocimientos, su cultura y convencionalismos hacen todo tan “artificial” que toda esa abstracción en su cabeza, lo empieza a alejar cada vez mas de la creación, de lo natural, de la vida, entonces estando todavía vivo prefiere la muerte, lo quieto, lo fijo al cambio que significa dejar fluir el espíritu por nuestro pensamiento y así poder transformar nuestra realidad, nuestra vida y hacerla eterna. Pero este hombre prefiere la nada al cambio. Y aunque este vivo, inconcientemente, prefiere la muerte a la vida y le sirve de instrumento. La serpiente lo engaño tanto que ya no es ni siquiera conciente de la posibilidad de decidir por la vida. O como Juan da a entender: la serpiente primera se transforma en algo mas poderoso: el dragón.


“el gran dragón...., la serpiente primigenia que se llama Diablo y Satanás y que engaña a todo el mundo” (Apoc 12, 9)

Caín se encuentra bajo un sistema de creencias que lo engaña completamente, a Caín ya la serpiente no necesita tentarlo, vive tentado por el mundo, esta bajo el poder del dragón.


Esto que describí recién es lo que le pasa a gran parte de las personas que forman la sociedad. Es cainita la sociedad de hoy. A el “hermano” no necesitamos matarlo porque nuestras creencias dependen tanto de la convención que no lo podemos ver, directamente no existe, entonces no podemos considerar nuestros verdaderos sentimientos, la indiferencia es tan normal que es inconsciente y ya no nos damos ni cuenta que es algo antinatural, es mas, las personas que no son indiferentes empiezan a parecer “antinaturales”, tontas, ingenuas. El sistema esta diseñado para que las personas queden en ese estado de “semi-muerte” y no puedan salir. Pero todavía me falta bastante más que explicar. Sigo entonces. Después del pecado de Caín, en el génesis se relata como la generación de Caín fue la que invento las ciencias y las artes. Luego describe como fue aumentando su ferocidad a medida que iban pasando las generaciones.




La inteligencia de las escrituras como indicio e inicio de salvación para el hombre.



Todo el relato del génesis es el relato del hombre. Del hombre que cae y que luego de haber caído llega a hacer con Dios una alianza y como es una alianza con Dios, es eterna.

Adán como dije al principio es el primer hombre porque es el primer hombre que “se sabe” hombre. Dentro de nuestra realidad humana, mientras es histórica, no hay nada que quede fuera de lo que es el conocimiento. Todo lo que es relatado en el génesis es todo lo que el hombre de alguna forma debe vivir para llegar a esa alianza con Dios. Ese es para mi el sentido por el que esta escrito. No esta escrito para justificarnos históricamente, para escondernos detrás de la historia, y sentirnos de esa manera amparados por esa abstracción que es solo nuestra interpretación de la historia. Lo escrito en el libro del génesis me sirve para sentir, de alguna manera, la compañía y la guía necesaria para alcanzar, entender y desarrollar todo el sentimiento que ahora se expresan en mis propias experiencias. El libro del génesis describe como el hombre se empieza a desarrollar en el espíritu.

Voy a hacer una analogía para explicar mejor esto:

En el útero matriz de una madre, el bebe, antes de nacer, se implanta y desarrolla todo su ser material, este ser va pasando por los estadios materiales que pasaron los seres vivos hasta alcanzar el grado de desarrollo material que el hombre necesita para vivir en el mundo material. Todo este proceso no depende del bebe sino de la madre, el bebe no tiene contacto directo con el mundo real, todos sus procesos vitales, la vida del bebe, depende de la vida de la madre.
Este desarrollo, en el que existe interacción con el resto del mundo solo a través de la mama, continua muchas veces de manera inconsciente una vez nacido el individuo porque, aunque la madre deja de ser la “contenedora”, se pasa a otro objeto en el que se busca solo contención manteniendo el mismo mecanismo circular de “búsqueda de seguridades”.
En el génesis esta expresado en forma simbólica lo que a los hombres les sucede a medida que van desarrollándose pero no desde el punto de vista material del ojo físico, sino desde el alma, es un desarrollo interno del ser hombre. La diferencia ahora esta en que el crecimiento va a depender de nosotros, de que aceptemos la acción del espíritu en nosotros. Nuestra vida en el espíritu va a depender de Dios y de que seamos capaces de dejarlo pasar a través de nosotros y eso nada tiene que ver con buscar acomodarnos a algo.

Por lo explicado hasta ahora, alcanzar nuevamente esa armonía con el espíritu, por culpa del pecado original, ya no depende solo “de lo dado” por el medio y la naturaleza, sino que cada hombre se esfuerza por alcanzar y armonizar su vida en el espíritu. “Desde entonces se está proclamando el Reino de Dios, y cada cual se esfuerza por conquistarlo.”(Lucas 16,16).
La única persona que conocemos que le basto “con lo dado” para armonizar su vida con la de Dios es su misma madre, la virgen María. La virgen fue concebida sin pecado original, ella es la inmaculada concepción (fue concebida sin mancha). Ella fue preservada de esa desarmonia, “desobediencia” original. El ejemplo de María es su obediencia, la frase que pronuncio en el ángelus, “hágase en mi según tu palabra” junto con las palabras de Jesús en el huerto de getsemani: “aparta este cáliz de mi, Padre, pero que se haga tu voluntad, y no la mía” son los únicos ideales que todos los cristianos podemos tener presente solo como ideal.
En el génesis arranca la descripción, según la palabra de Dios, de la vida del hombre en el espíritu. Algunos hombres no despiertan al Espíritu, nunca llegan a sentir que significa llegar a ser hombre. Otros si pero quedan en Adán toda su vida, algunos caen todavía mas hasta Caín, otros renacen de nuevo y comienzan a seguir las huellas del espíritu de Dios. Unos se desbandan y quedan ahogados y arrastrados por las aguas del diluvio, a otros, Dios los elige para salvar la vida. Con algunos Dios tiene un trato preferencial y los elige para continuar y representar con un lenguaje, mediante sus leyes, lo que el quiere para nosotros, con esos que llegan hasta ahí, Dios establece su alianza personal. Lo bueno es que ahora todos los hombres estamos llamados a seguir este camino porque, ahora, aunque nos equivoquemos podemos volver y seguir recorriendo el camino. Dios mismo es ahora el que nos invita a esa alianza, porque a pesar que nos equivoquemos y fallemos, el perdón y la infinita misericordia que significa el sacrificio de Jesús para con nosotros, nos permiten entrar en el cuando nosotros lo deseemos, y además de invitarnos a el camino, nos pega una mano cuando lo necesitamos, nos da las fuerzas para que podamos recorrerlo. Y hay que recorrerlo. Por eso hay que tener cuidado, sino se lo recorre, se cae inevitablemente en el abismo del que tanto hablo.

Voy a transcribir este pasaje de la carta de Pablo a los hebreos.


“Procurad estar en paz con todos y llevar una vida santa, pues sin la santidad nadie podrá ver al Señor. Procurad que a nadie le falte la gracia de Dios, a fin de que ninguno sea como una planta de raíz amarga que hace daño y envenena a la gente.
Que ninguno de vosotros cometa inmoralidades sexuales ni desprecie lo sagrado. Esto hizo Esaú, que por una sola comida vendió sus derechos de primogenitura. Y ya sabéis que después, cuando quiso recibir la bendición de su padre, fue rechazado; y aunque lloró mucho, ya no hubo remedio para lo sucedido.
Vosotros no os habéis acercado, como los israelitas, a algo que se podía tocar y que ardía en llamas, y donde había oscuridad, tinieblas y tempestad; ni habéis oído el sonido de la trompeta ni la voz de Dios. Los que oyeron esa voz rogaron que no les siguiera hablando, porque no podían soportar la orden que decía: “Al que ponga el pie en el monte, aunque se trate de un animal, hay que matarlo a pedradas.” Tan espantoso era lo que se veía, que el mismo Moisés dijo: “Estoy temblando de miedo.”
Vosotros, por el contrario, os habéis acercado al monte Sión y a la ciudad del Dios viviente, la Jerusalén celestial, y a muchos miles de ángeles reunidos para alabar a Dios, y a la congregación de los primeros hijos de Dios inscritos en el cielo. Os habéis acercado a Dios, el Juez de todos, a los espíritus de los hombres buenos que Dios ha hecho perfectos, a Jesús, mediador de una nueva alianza, y a la sangre purificadora, la cual habla mas elocuentemente que la de Abel.
Por eso, tened cuidado de no rechazar al que nos habla, pues no escaparon los que rechazaron a Dios cuando él les llamó la atención aquí en la tierra. Y mucho menos podremos escapar nosotros, si volvemos la espalda al que nos llama la atención desde el cielo. En aquel tiempo, la voz de Dios hizo temblar la tierra; pero ahora hace esta promesa: “Una vez más haré temblar no solo la tierra, sino también el cielo.” Al decir “una vez más”, se entiende que desaparecerán las cosas creadas, esto es, lo inestable, para que permanezca lo inconmovible. El reino que Dios nos entrega es inconmovible. Demos gracias por esto y adoremos a Dios con la devoción y reverencia que le agradan. Porque nuestro Dios es como un fuego que todo lo consume.
(Hebreos 12,14-29)


Todo esto parece muy desesperanzador para el hombre de hoy, de estos tiempos.
Pero hay que recordar que esto es en apariencia, porque nosotros somos salvos en la esperanza.
Las palabras de Pablo en su epístola a los romanos dice:


“Yo considero que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros. En efecto, toda la creación espera ansiosamente esta revelación de los hijos de Dios.
Ella quedó sujeta a la vanidad, no voluntariamente, sino por causa de quien la sometió, pero conservando una esperanza.
Porque también la creación será liberada de la esclavitud de la corrupción para participar de la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Sabemos que la creación entera, hasta el presente, gime y sufre dolores de parto.
Y no sólo ella: también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente anhelando que se realice la plena filiación adoptiva, la redención de nuestro cuerpo.
Porque solamente en esperanza estamos salvados. Ahora bien, cuando se ve lo que se espera, ya no se espera mas.¿cómo es posible esperar una cosa que se ve?
En cambio, si esperamos lo que no vemos, lo esperamos con constancia.”(Romanos 8, 18-25)



Como Dios le dio al hombre el poder de nombrar todo lo viviente de la creación


“Entonces el Señor Dios modeló con arcilla del suelo a todos los animales del campo y a todos los pájaros del cielo, y los presentó al hombre para ver qué nombre les pondría. Porque cada ser viviente debía tener el nombre que le pusiera el hombre.”(gen 2, 19)



De esta manera, toda la creación, luego de caer el hombre, cayó también:


“Ella quedó sujeta a la vanidad, no voluntariamente, sino por causa de quien la sometió (el hombre), pero conservando una esperanza..”


Esto hace que, al no haber caído voluntariamente, la naturaleza, la creación, se vengue continuamente en el hombre. Esta aparente venganza es inevitable, porque al no tener conciencia de bien y mal simplemente sigue un mecanismo, una “ley”, la ley de la evolución, ley supeditada al tiempo. Esta venganza de la creación, no es venganza en verdad, es simple justicia aplicada por la ley del tiempo. La insensibilidad -inhumanidad que el hombre puede observar en el movimiento evolutivo de la creación y del tiempo, este “diente por diente” natural, es lo que al hombre lo asusta y lo termina confundiendo, insensibilizando, matando cuando comienza a tratar a los hombres según este mismo lenguaje “evolutivo”…(explíquenle a Hitler. una coincidencia que le hallan puesto “la caída” a la película esa que salió hace poco)
Pero es todita culpa nuestra, nosotros quisimos conocer como los dioses conocen…
Y ahora, a partir de la redención que Cristo propuso a favor de nosotros, la cuestión es que debemos aprender a hablar este nuevo lenguaje de la “gloriosa libertad”, como verdaderos “hijos de Dios”. Cristo debe volver a reinar entre nosotros. Con nuestro orar y obrar si “esperamos con constancia”, lo llamamos constantemente.


Mirando al hombre, desde el pecado original y desde la mayoría de las paginas que escribí hasta acá, desde el porque se da la esclavitud a la ley, desde el conocimiento analítico y descriptivo que los sometí en estas paginas, deberíamos estar muy asustados porque pareciera que nadie podría salvarse. Pero el juicio es personal, Dios lo va a realizar a cada uno, según lo que recibió y dio, es el juicio al final de los tiempos.
Hay un ejemplo muy claro para la esperanza, es el del joven rico, acá es donde quería llegar, lo voy a transcribir:

Uno de los jefes preguntó a Jesús:
–Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?
Jesús le contestó:
–¿Por qué me llamas bueno? Bueno solamente hay uno: Dios. Ya sabes los mandamientos: ‘No cometas adulterio, no mates, no robes, no mientas en perjuicio de nadie y honra a tu padre y a tu madre.’
El hombre le dijo:
–Todo eso lo he cumplido desde joven.
Al oírlo, Jesús le contestó:
–Todavía te falta una cosa: vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riquezas en el cielo. Luego ven y sígueme.
Pero cuando el hombre oyó esto se puso muy triste, porque era muy rico. Jesús, viéndole tan triste, dijo:
–¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios! Más fácil es para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el reino de Dios.
Los que lo oyeron preguntaron:
–Entonces, ¿quién podrá salvarse?
Jesús les contestó:
–Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios.
Pedro le dijo:
–Señor, nosotros hemos dejado todo lo nuestro y te hemos seguido.
Él les respondió:
–Os aseguro que todo el que por causa del reino de Dios haya dejado casa, esposa, hermanos, padres o hijos, recibirá mucho más en este mundo, y en el mundo venidero recibirá la vida eterna. (Lucas 18,18-30)




Leer el evangelio es impresionante, da piel de gallina. La claridad y las fuerzas de las palabras dejan en silencio.
El joven rico es sobre todo rico espiritualmente tiene muchos lazos espirituales que lo unen al mundo, lazos verdaderamente “buenos”, y por eso reconoce a Jesús como “bueno”.
Pero Jesús le rebate enseguida, le dice: “–¿Por qué me llamas bueno? Bueno solamente hay uno: Dios.”
Después de preguntarle si cumplía todos los mandamientos, Jesús al ver que era verdaderamente “bueno” en la ley, le dice: “Todavía te falta una cosa: vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riquezas en el cielo. Luego ven y sígueme.”
Ahí Jesús le esta diciendo: “si de verdad me “ves bueno”, si en la verdad ves a Dios en mi, despréndete de todo lo demás, arriésgate por Dios, te lo esta pidiendo, deja todos tus otros lazos y seguime, no temas, no los vas a perder, vas a ganar el ciento por uno...
Pero el joven rico no puede abandonarse a Dios. El siente que tiene “algo mas”, tiene otros lazos, otros afectos, otras relaciones, que le impiden ver lo que vale la pena de Jesús, toda la grandeza de Dios.
Ahora, ¿quien pude considerarse pobre hoy? ¿Quien puede desprenderse de todo lo que el mundo ofrece, y arrojarse a Dios, adorarlo? Es muy difícil.
Jesús nos interpela ante una responsabilidad propia y no “social”:
“Si me ves bueno, si verdaderamente crees que soy bueno, seguime, unite, camina conmigo en mi iglesia “peregrinante”.”

Pero el joven rico no puede tanto, no logra discernir tanto, para Jesús “esta muerto”. Aunque suenen duras estas palabras, en el evangelio mismo están. Cuando le responde “deja que los muertos entierren a sus muertos, tu en cambio sígueme”.
Pero lo bueno para nosotros, es lo que Jesús mismo sigue diciendo

“Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios”.

Y a esta frase es a la quería llegar.
Si Dios no hubiera dicho esto, todo lo que yo arriba escribí, si seria muy feo, solitario desesperanzado. Como Adán, cuando estaba solo frente a toda la creación, y “no encontraba la ayuda adecuada.”
Cada persona tiene sus tiempos, y a nosotros, Dios, nos dejo a su hija, esposa y madre, la virgen Maria. A través de ella es como llegamos a Jesús. A través de ella podemos “purgar” estas supuestas “riquezas”, nuestros fines medios desordenados por el mundo que nos impiden “ver” a Dios, o nos impiden ponerlo en el lugar donde tiene que estar, en nuestro corazón, y no como algo externo, como algo “lindo” o “bueno” externamente, sin llegar a sentirlo. Nosotros mientras no seguimos a Dios completamente, mientras no dejamos que Dios sea El único valor a través del cual se ordene nuestra vida, somos iglesia purgante, todavía no nos llego la hora de caminar junto a El. Esto es así y tenemos que reconocerlo y aceptarlo.

Si para nosotros todavía no llego “la hora” de Dios, todavía no lo vemos en las escrituras, todavía no somos dignos de adorar su misterio, tenemos a Maria, ella siempre que le pidamos con amor va interceder por nosotros. A través de la oración de su rosario es la mejor manera de adorar al misterio de Dios-hombre. En el rosario rezamos los misterios de la vida de Jesús, misterios gozosos, luminosos, gloriosos y dolorosos.
En el evangelio de Juan, cuando en las bodas de cana, Jesús le contesta a Maria “mujer: ¿que tenemos nosotros que ver? mi hora no ha llegado todavía”,
Esta “hora”, o esta cuestión de carencia, de los tiempos o los momentos, esta comprendida.
Pero esto no nos lo debemos tomar con superficialidad, tenemos que reconocernos así, carentes de Dios e ignorantes de su grandeza como Pedro, la piedra de Su iglesia, cuando dijo “apártate de mi que soy un hombre pecador”.
Pedro reconocía la grandeza de Jesús, sabia que no podía justificarse ante El, pero no comprendía que la grandeza de Dios radicaba exactamente ahí donde el no veía, que Dios perdonaba, que Dios era El que lo justificaba, El es el que lo esta llamando y no al revés.
Seguimos ignorantes de la plenitud de su perdón si como el joven “rico” nos consideramos “sanos”, “fuertes” y hablamos desde ahí. Si hacemos eso El no nos puede llenar porque sentimos todavía que hay cosas más allá de Dios.
Debemos aprender a orar y a obrar pidiendo lo que no vemos, lo que nos falta, siempre, con constancia, sino nos pasaría como lo que describe la carta de Pablo sobre Esaù.
Juan comprende a la perfección la importancia de “adorar” y obedecer, constantemente, la jerarquía con que el espíritu de Dios sucede, Espíritu Santo, para poder contemplar y discernir Su plan a través de la palabra y la escritura que surge y se desarrolla entre los hombres que nos interpelan y se suceden, a lo largo del tiempo.
Pero después voy a ser mas serio con Juan.
Entender y tener fuerzas para practicar esto es lo que nos va a llenar de esperanzas.
Ahora voy a ir a la antípoda de Juan.
Al hombre que, por su desafortunada posición, parece que no comprendió la radical importancia de los tiempos con que Dios se maneja. Es mas, por causa de ello, llego a pensar que los hombres podíamos ser mas grandes que Dios, y que lo podíamos llegar a matar (matar en el sentido de hacer desaparecer)... Hablo de Nietzsche. Ahora voy a comenzar la cuarta parte.