El Génesis y la evolución

Hay dos relatos del génesis uno que habla de la creación del hombre en general y otro que habla concretamente de la historia de unas personas, Adán y Eva y su descendencia...(SIGUE)

El relato yahvista del Génesis nos cuenta el relato de una simiente, de los hijos de Adán. Y el comienzo de ese relato puede simplemente puede significar esto: Cuando Adán probó lo que no tenía que probar, por una constitución que a su cuerpo le acarreo el acto que realizó,  con ese acto hizo “real“ algo que no podía abarcar -el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal- en ese mundo en el que se encontraba, entonces “su realidad” quedo dañada, confundida, ya no pudo participar del paraíso entonces sólo cayó, “fue expulsado”, por un efecto en su cuerpo “se dio cuenta que estaba desnudo” ya no tenía más lugar en aquel sitio, perdió la inmortalidad o, como dice el génesis, “quedaran sujetos a la muerte”. De esa manera instantáneamente cambio de realidad, fue a otro mundo posible, un mundo que fuera posible para esa nueva realidad en la que cayó: la tierra como la conocemos. Donde se alojó el Adán caído fue también creado y previsto por Dios gracias a Su providencia, la creación descripta por el primer relato del génesis, el relato elohista, donde existían otros hombres pero sin el germen que Adán trajo a esta tierra como la conocemos –donde sí cabe el concepto “evolución”-. El espíritu de Adán, el germen de haber sentido la posibilidad de la inmortalidad que tuvo en el paraíso, ese germen una vez caído aquí empezó a acelerar el proceso de “evolución” cultural. No es pequeña la coincidencia que nos dice que hace 6000 años el hombre creo el lenguaje, perdón  quiero decir, más bien tuvo una continuidad la historia de ese lenguaje, empezó a hacer monumentos funerarios para que lo trasciendan, comenzó a sentir la posibilidad de la inmortalidad. Según la biblia la historia del mundo comienza hace 5770 y pico de años.  Pero buen. Hoy hay teorías físicas como la del multiverso que tranquilamente pueden llegar a avalar esta interpretación del génesis, la caída, el pasaje del paraíso a esta tierra. Es una posible interpretación del génesis que quizás a varios pensadores cristianos que rechazaban la teoría de Darwin por sus implicancias religiosas,  como Tolstoi por ejemplo, hubiesen dejado contentos. Es que hasta el mismo Darwin se sentía responsable de las consecuencias que podría acarrear su descubrimiento –que tuvo sus consecuencias pero creo que para filtrar mejor la fe de quien entienda-. Es que la teoría de Darwin es perfectamente compatible con estos dos relatos. Yo creo que, muchas veces, la fe como dice esa cita de Daniel “muchos buscaran aquí y allí y aumentara el conocimiento”, digo, la fe también tiene que ver con dejar las posibilidades aparecer. El conocimiento del hombre es posible, no sale del ámbito de la posibilidad, pues nunca se estabiliza en la realidad, siempre está aumentando, siempre se está re-interpretando, re-conociendo (el verdadero conocimiento es reconocimiento). Cuando negamos las posibilidades sesgamos nuestra libertad y nuestro entendimiento. Y la negación de las posibilidades es algo que por necesidad ejercen todos los ser vivos –desde un alga hasta un colibrí- que deben existir en este mundo, deben sólo ver lo de su especie, deben reaccionar constantemente, deben sobrevivir. El ser humano, gracias a Dios, si quiere, no ejerce la negación, es más, en muchos momentos por más necio que sea, por más que quiera no la puede ejercer. En verdad en ese “no ejercer la negación” es lo que nos define, nos ensancha como hombres. Porque el hombre no sobrevive únicamente, si él quiere puede Vivir realmente eligiendo, manteniéndose abierto a lo que acontece, a lo que trae la Providencia.