domingo, 26 de febrero de 2017

Sobre la levadura de fariseo.

comentario que hice en un blog. Después por acá voy a tratar de explicar como se relaciona la paràbola del "administrador deshonesto" y cuando Jesús nos dice que ningún servidor puede servir a dos señores, escribir eso en el blog ajeno me parecía un exceso.
Ahí va:

Voy a tratar de indicar que quise decir cuando digo que alguien se puede equivocar en sus elecciones "formales o nominales", Me voy tratar de explicar citando un pasaje de las escrituras que resultó ser bastante difícil durante mucho tiempo y todavía hoy es de difícil comprensión, o contradictorio por decirlo de algún modo. Me refiero al capitulo 16 del evangelio de san Lucas. El pasaje del "administrador deshonesto" y cuando Jesús nos dice que ningún servidor puede servir a dos señores porque a uno de los dos señores se terminará despreciando.
Esto tiene que ver con la confusión nominal-formal del lenguaje que se produce cuando por la utilización del lenguaje mismo -retórica u oratoria- o, los lenguajes, símbolos del poder material -dinero, fama- van confundiendo que significado tiene cada cosa al verse el lenguaje prostituido por la idolatría material(esto vale para las posturas de izquierdas o de derechas, solo que las de izquierdas siempre estuvieron más ciegas porque no se dieron cuenta que la fama y el poder de memoria burocrático siempre son capitalistas, o sea, el lenguaje marxista estaba corrompido desde el primer momento en que desconoció la naturaleza capitalista humana: capitalista= obligarse en situación de grupo a acumular para sobrevivir la época de sequías o el invierno). Recapitulando, esta confusión nominal-formal se da cuando confundimos valores.



Jesús no está condenando al dinero, ni trabajar para ganar dinero, está diciendo: "ojo, no confundan los caminos de Dios con los del dinero". Esto quiere decir que uno puede trabajar para ganar dinero para vivir en sociedad, pero servir a Dios. Esto también quiere decir que uno puede trabajar para ganar dinero y servir al dinero y en todo caso cuando descubra a Dios -y se convierta- ese alma puede empezar a servir a Dios -el caso del publicano de la parábola-. Pero el problema de la corrupción viene acá: La advertencia de Jesús también quiere decir que uno puede trabajar para servir a Dios (o a la "Justicia humana histórica" en caso de la izquierda) pero en el fondo, y ciegamente, la única motivación personal es tratar de saciar un resentimiento ganando poder, servirse a uno mismo, y en esa ideología a la que se adhiere se le cierra las cuentas para favorecer -materialmente- su situación personal; eso sí, siempre diciendo que se sirve a Dios o a "la causa", de esta forma se crean ideologias que se posicionan a favor o en contra del libre flujo del dinero-capital: la derecha o la izquierda en sus sinónimos,(lo que parecen no darse cuenta los de la izquierda ni los de la derecha es que siempre va a haber diferencias de fama, lugares burocráticos privilegiados, que tienen arrastre: en todo caso de esto germina en un privilegio de "hijodeismos" o redes de influencia, en un amplio y variado marco que van desde varias dictaduras de izquierda hasta lo que sucede en las "farándulas" más de derecha. Los privilegios por "herencia" sea herencia por un poder burocrático, de fama o hasta familiar son imposible eliminarlos ya que es una cosa natural, una fuente de confianza y por eso bajo cualquier sistema persisten en aparecer). 
Este es el problema del fariseismo (lo que denomino problema nominal/formal), confunde y vuelve sin "sal" a todos los conceptos de su propia trama al idealizar lo material - en el caso de los fariseos esta idealización correspondía a los impuestos del templo- y esta idealización muchas veces sucede de manera inconsciente, sin darse cuenta. De esta manera, dentro de grupos con códigos mezquinos y confundidos por esa mezquindad se subestima la capacidad creativa del hombre frente a la materia, la capacidad de libertad del hombre y lo cierra en círculos -relatos- donde todos se creen el mismo cuento -sea una ideología de izquierda o de derecha-. (Este problema tiene que ver con los determinados lenguajes de grupos cerrados como cuando dice Jesús respecto de los fariseos "si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el pozo", quiere decir que, a los grupos que ven la realidad a través de sus propias "leyes" nadie los puede sacar de su estructura anclada en un lenguaje, primero el lenguaje común y corriente el que usamos día a día y después el ecosistémico o burocrático sea académico, científico, político, artístico, si siempre lo que nos determina es un fin externo o resultadista - o el ansia subconsciente de ese fin-, siempre vamos a estar en carencia, en desesperación digamos, y en esa desesperación vamos a ser incapaces de dar con autenticidad, y así poder ver o mostrar luz.
El único lenguaje que no se anquilosa es el del Verbo Divino. En general, hoy, estamos en un mundo en el que al no haber superado la oscuridad de la idolatría materialista los espejos siempre crecen pues se los necesita, ya que la luz es cada vez mas escasa y, los laberintos, para los que no olfatean estos problemas, se vuelven infinitos y se entra en ellos, imperceptiblemente, segundo a segundo- estos laberintos ya no se los percibe como tales, ya casi no se puede ni percibir como los está afectando por eso es muy probable que se quede atrapado en ellos una vez entumecidas las piernas, perdemos la noción del tiempo (a eso me refiero cuando cito "un ciego guía a otro", en un laberinto de espejos, que reflejan siempre lo mismo, paradojicamente se está a ciegas). Hoy en día se llama luz, sabiduría, amor, a lo que solo le da un segundo conformidad o satisfacción a un ego exacerbado en un mundo de sombras, puras sombras, donde cada vez queda menos luz verdadera. No hay sensación de eternidad ni de verdaderos valores en casi ningún lado. Y esto es por esa confusión nominal formal a la que nos somete la vorágine materialista. En esta confusión sistémica, y entiendo lo que dice A.B.L. en esta confusión ideológica puede ser uno un ladrón creyendo estar llegando a la santidad, la famosa ceguera del "robo para la corona" - exactamente al contrario de lo que hizo san Francisco de Asís-.
Por eso vuelvo, de esta tentación fariseica -nominal/formal-, mientras estamos acá, no está librado nadie. Y el Papa..., criticarlo por eso no. Se lo puede resentir más todavía, ojo. Hay que convencerlo de que rompa esas viejas estructuras a las que parece se aferró en su juventud, que evidentemente no le dejan ver que la providencia y el querer de Dios son más grandes que cualquier querer humano, grupal o individual. En estas épocas hay que aprender de lo que dijo Gamaliel respecto de los apóstoles o del mismo Dios Jesús respecto de todas las realidades que se encontró (Juan 3, 16-17) , siempre dejar libres, no condenar lo que es distinto, siempre dar una chance en nuestra mirada a que Dios puede intervenir en las estructuras humanas siempre sujetas a la corrupción. Eso es lo que enseñó Jesús, el Amor de Dios.
Un saludo.

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