viernes, 3 de marzo de 2017

Para pensar.

Escribí hace unos días un post sobre idolatrar lo material y las consecuencias del “fariseismo” en el lenguaje. El problema mas apremiante de la idolatría material hoy, se nos presenta como la desesperación frente al poder omnívoro de las tecnologías y las modas, se nos presenta como una necesidad urgente de pertenecer a través de fetiches dentro de ellas ( sea un celular de tal marca, una televisión con chirimbolos x, una campera de jean, un pantalón, o conocer tal lugar o comer en tal otro.). Pero voy a dar dos ejemplos de que esta idolatría no sirve para nada. Ejemplos bien históricos.
Con respecto las técnicas o tecnologías: en 1453 las murallas de constantinopla cayeron frente a cañones de creo que treinta metros de longitud, hay varias historias entrecruzadas, pero la única conclusión es que esos cañones por fin pudieron atravesar las murallas, para alegría de los otomanos.


Ahora bien, esta conquista, a la vez que terminó de cerrar el camino por las especias de los europeos a oriente, esta conquista focalizó el avance otomano a través del Bósforo, llegando hasta Austria. Esto le dio un respiro a los cristianos “ibericos” que aprovecharon hasta para financiar una probable nueva ruta para las especias. Y descubrieron America. Y se llenaron de metales y barrieron a los otomanos. El descubrimiento de America se dio en 1492, casi 40 años después de la caída de constantinopla. 40 años es un numero bíblico de prueba. Justo 40 años.
El tema de los metales. Esto tiene que ver con el otro ejemplo que voy a dar. El de los romanos. En otro post de este blog titulado UNA IDEA ya hablé de la sed de metal de los romanos para sostener su creciente burocracia, que los llevó a conquistar la Galia, y luego Dacia - esta última hasta el exterminio total-. Lo curioso es como se relaciona el fetiche -en este caso el metal- y como no deja crecer la inteligencia del hombre a través de las modas burocrático-suntuarias. 
Es que otro exterminio total por parte de los romanos se dio en el caso de los judíos por el templo de Jerusalem, exterminio para borrar por las dudas el resentimiento de una injusticia, exterminio por el oro y los metales preciosos del templo de Jerusalem, por el que los fariseos habían dado sangre sudor y lagrimas por enriquecer y cuidar, hasta llegar a saciar al pueblo con la sangre de Jesús. Lo curioso es que 40 años después de muerto Jesús los romanos destruyen el templo y con el oro de ese templo construyen el anfiteatro flavio, el coliseo, -pan y circo-, populismo, modas suntuarias, nada. 

Otro extraño y coincidente suceso. Con muchas partes del coliseo ya olvidado por la imposibilidad de solventar su grandiosidad -dioses de barro-, con la romanidad en creencias más humanas, más humildes y menos costosas construyeron el Vaticano. Y el Vaticano quien dirá. Estamos a casi 40 años de la muerte de Juan Pablo I. No quiero sugerir nada, pero es para pensar. 

1 comentario:

  1. El día que me convenzan que en Estados Unidos sólo había maíz, búfalos y sequoias, o sea, que en esa tierra no había indígenas -curiosa la existencia del maíz sin indígenas- como casi no los hay hoy, voy a creer que la iglesia católica en América cometió un genocidio. América latina es mestiza.

    Históricamente, cualquier otra sociedad con una religión x -hablo de tiempos modernos, donde no existían derechos humanos, tiempos en el que todo se va apretando cada vez más- al conquistar un territorio nuevo se determina para la población autóctona el exterminio sea activamente, matándolos, o pasivamente, echándolos excluyéndolos encerrándolos.
    Con esto que digo no quiero ni puedo justificar el actuar de la iglesia en América latina durante la conquista pero estoy seguro que a nivel humano los verdaderos católicos hicieron lo que pudieron, y estoy seguro que esa religión en la base de la conquista era lo mejor que había, por lejos. El contra ejemplo es lo que pasó en Estados Unidos.
    Un saludo.

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