lunes, 14 de septiembre de 2020

Esquema 1


 Mañana explico el esquema aquí o en los comentarios. Por ahora me limito a decir que cada concepto no está separado, sino que la separación conceptual que realizo es para mostrar como avanza el intelecto humano, ascendiendo o descendiendo. Un saludo.

Voy a explicar el esquema. Primero, lo que estos conceptos hacen referencia no se encuentra dividido en el ámbito humano y esta división que realicé la hice con fines pedagógicos. Segundo debo aclarar que el movimiento, el desplazamiento de nuestra conciencia sobre ellos es continuo y dinamico, nunca se detiene en esta vida. Dicho esto, lo tercero que debo señalar, y esto es medio obvio, es que los tres escalafones pueden identificarse sucesivamente de abajo para arriba con la consciencia animal, luego la humana y finalmente la consciencia más divina o eterna. 

Empiezo


La consciencia humana constantemente va de la multiplicidad que nos muestra la actualidad a la unidad que necesitamos en la verdad, para obtener conocimiento y así poder afirmar algo queriendo ser libres. Pero lo mismo para avanzar en el conocimiento, en el "exorcismo del mundo" - para "vencer al mundo" ("no teman yo he vencido al mundo") por decirlo de algún modo-, para su encadenamiento, para darle una dinamica continua a dicha unidad, se debe descender de esa Verdad a la actualidad. Obviamente para hacer este descenso uno primero tiene que ser libre, tiene que haber ascendido a la Verdad para decidir bajar o no bajar a actualidad que nos ha sido dada, para ver, atar o desatar en nosotros lo que consideremos de esa actualidad vale la pena. Tanto lo que motoriza el ascenso como el descenso es el amor.


En el escalafón de la carne, lo que nos asemeja al mundo animal, fenomenológicamente hablando, nos enfrentamos a la actualidad o el estar fuera de esa actualidad, la nada, el yerro sistemático, nos referimos a nuestros instintos o sistema de creencias o fe, este sistema a la vez es inmediato, se ve enraizado en nuestra necesidad material.


En el escalafón del alma, del yo, de lo humano, el apremio de está necesidad material disminuye pues tenemos conciencia de elección y si elegimos aceptar esta alma y este yo, decidimos aceptar que esta elección la hacemos nosotros y salimos de la contingencia , la necesidad material pasa a ser necesidad existencial, y el alma le da status real a lo que vivencia esperando que se haga realidad lo que vive. En este escalafón hacemos la realidad esperándola, le damos espacio en nuestro yo para que aquello que se nos mostraba contingente lo esperemos real.


En el escalafón del Espíritu todo cambia. Pues ya nada depende de nosotros y de nuestras fuerzas, ni de nuestro intelecto ni de nuestro instinto o intuiciones. Apenas podemos elegir: si eso que quisimos esperar real lo podemos ofrecer a la Verdad, al Espíritu, o a eso que esperamos real lo mantenemos como una mera posibilidad sólo para nosotros y no nos animamos a este arrojo, a esta entrega a este consagrar lo que somos y es nuestra realidad en el Espíritu. Solo aquí cotejamos si eso que creíamos y esperábamos era real, salimos verdaderamente de nosotros pues este movimiento se da gracias a la entrega y el arrojo que posibilita el Amor. Una vez aceptados y consagrados en este Espíritu diferenciamos que parte de esa realidad verdaderamente coincide con la verdad del amor del Espíritu y una vez consolidado esto decidimos bajar o no bajar y, en caso de bajar, elegimos como bajar a la actualidad que nos toca, para otra vez sumergirnos nuevamente en millones de realidades propias y ajenas que otra vez vamos a tener que elevar al altar del Espíritu.


A medida que pasa el tiempo y estamos presentes, materialmente presentes aquí, está dinámica de la vida, de los tres escalafones se vuelve cotidiana y constante aunque todavía no sepamos describirla ni pensarla. Y puede que estemos atascados en un punto, puede que estemos heridos, pero solamente nombrandolo, reconociendo el Espíritu de Dios, creyendo, esperando, Él solo nos lleva, nos arrastra lleno de amor a recorrer la vida a nuestro tiempo y a nuestra manera. Un saludo. 




4 comentarios:

  1. Los cristianos que lean esto ya lo deben haber relacionado, pero esta pequeña explicación está ligada a Juan 1, 43-51 y Juan 3,21-24.y Juan 17, 20-26. Un saludo.

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  2. Con respecto a Juan 1,51 es un pasaje que Jesús hace referencia a la escalera que Jacob ve en el desierto, Él mismo es la escala, el amor de Cristo y Cristo crucificado.

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  3. Último comentario.

    Este post surge de la explicación que el versículo 32 del capítulo 8 de san Juan sólo adquiere pleno significado con el versículo antecesor:


    "En aquel tiempo dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres»."


    Lo que quiero explicar, básicamente, es el que el mundo y su multiplicidad, regido por el poder material está lleno de intrigas y muchisimos imperativos de "de cómo son las cosas", pequeñas verdades que en lugar de liberarnos en la unidad de Dios nos esclavizan en la multiplicidad del mundo tras el cumplimiento de estas sus verdades. Estas verdades dependientes de poderes temporales terminan confundiendo a los hombres, confusión que llega a formular la pregunta de Pilatos a Jesús ¿que es la verdad?

    Esas verdades con minúscula no tienen que ver con la Verdad encarnada en Cristo que a través de la Fe nos libera de la esclavitud a la Ley. Por eso cuando aprendemos a esperar la realidad, además de aprehender a esperar, a creer en la realidad, lo que aprendemos de esta realidad también, es que la verdad de este mundo es, además de múltiple, fugaz, perecedera, corruptible; pero el mensaje de Cristo no: su enseñanza y sus mandamientos, si los cumplimos, nos enseñan que tras el laberinto de las verdades mundanas se encuentra la Verdad y que esta responde al que Es, a Dios, y que él Espíritu de esta Verdad es Eterno pues la Promesa de Cristo encerrada en esos versículos corresponde a mostrarnos esa libertad de los hijos de Dios en Su Espíritu, y esto en último término no depende de poder material alguno pues todo es Don de Dios y este es el conocimiento, esta intuición sobre el poder de Dios, es el que nos libera, como Jesús le dice a la samaritana "pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en manantial que brotará hasta la vida eterna" Juan 4, 14.
    Un saludo.

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  4. Antes Jesús a la samaritana le dice "si conocieras el Don de Dios" Juan 4, 10.

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