viernes, 7 de octubre de 2016

fragmento

(escrito de 2005, era más chico, y era más impulsivo, pero hay partes que dejaría igual. es la tercer parte del 4 capítulo de un escrito que hice por aquellos tiempos y que otras partes ya las subí al blog. Esta última tiene que ver con los comentarios que hice ayer al escrito de Kohan)



3- El dragon le cede poder a la bestia del mar: el abismo se ablanda; el desierto se transforma en el mar.


Esta mezcla que describo, entre los códigos masculino y femenino que se esta dando en estos días, es a causa de que se están desmoronando socialmente ciertas verdades que justificaban el diferente comportamiento social del hombre y la mujer.
Pablo en su carta 2da a los tesalonicenses habla del “katejoos”:


“Ahora, hermanos, en cuanto al regreso de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con él, os rogamos  que no cambiéis fácilmente de manera de pensar ni os dejéis asustar por ningún mensaje espiritual, discurso o carta que recibáis, como si fuera nuestra, diciendo que el día del Señor ya ha llegado. No os dejéis engañar de ninguna manera. Primero tiene que venir la apostasía y manifestarse el Hombre impío, el Hijo de perdición. Este es el enemigo que se levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o merece ser adorado, y llega incluso a instalar su trono en el templo de Dios, haciéndose pasar por Dios.
¿No recordáis que ya os hablaba de esto mientras estaba aún entre vosotros? Y ahora sabéis qué es lo que le obstaculiza, para que no aparezca antes de su debido tiempo. Porque el ministerio de la impiedad ya está actuando. Tan sólo con que sea quitado de en medio el “obstaculizante”, entonces se manifestará el Impío, a quien el Señor destruirá con el soplo de su boca, y aniquilará con la Manifestación de su Venida.
La venida del Impío estará señalada por el influjo de Satanás, con toda clase de milagros, señales, prodigios, engañosos, y todo tipo de maldades que seducirán a los que se han de condenar por no haber aceptado el amor de la verdad que les hubiera salvado.
Por eso Dios les envía un poder seductor que les hace creer en la mentira,
para que sean condenados todos cuantos no creyeron en la verdad y prefirieron la iniquidad.
Siempre hemos de dar gracias a Dios por vosotros, hermanos amados por el Señor, porque Dios os escogió para que fuerais los primeros en alcanzar la salvación por medio del Espíritu que os consagra y de la verdad en la que habéis creído. Para esto os llamó Dios por medio del evangelio que os anunciamos: para que lleguéis a tener parte en la gloria de nuestro Señor Jesucristo.” (2 tesalonicenses 2, 1-17).

Pablo da por sabido que sus compañeros de fe saben bien que era el “obstaculizante”. Nosotros hoy no lo sabemos. Podría ser el templo, destruido luego por los romanos, también otros dicen que es el imperio romano que duró en sus distintas variantes hasta hace dos siglos. Para mi tiene que ver con el miedo a la guerra civil, lo que mantiene un orden interno más a allá de la Fe y la confianza en el otro. En todo caso lo que nos dice pablo es que el katejoos, u “obstaculizante”, es el impedimento que no deja que el anticristo, el hombre sin ley, el que “no ha sido desde el principio”, se manifieste plenamente.




Para que regrese Jesús, antes tiene que manifestarse el hombre sin ley, y hay algo que impide esto, Pablo lo llama “lo que obstaculiza”, katejoos en griego. Este katejoos es la tensión que genera el orden del imperio, de la ley mundana, tensión que se mantiene por el enfrentamiento entre los distintos dragones de las culturas (leviatans, como dije en el capítulo 2).
Esta tensión entre reino y reino, mejor dicho: esta tensión entre dragón y dragón justifica cierto orden externo entre los individuos de las sociedades, cierta “bondad” de unos con otros, porque estas se deben mantener fuertes para que otra cultura no los asimile, “otro dragón no se los trague”. Este estado tensión se mantiene por cierto estado de ley mundana, de idiosincrasia cultural que los hombres respetan para lograr mantener un orden donde pueden vivir, por lo menos por un tiempo. Pero este orden no viene de la paz de nuestro Señor, porque todavía El no es El que reina en el mundo. Esta paz, es una paz momentánea, una paz de muerte, “como la da el mundo” como le dice Jesús a sus apóstoles en el evangelio de Juan.
“Les dejo mi paz, les doy mi paz. La paz que yo les doy no es como la que da el mundo.”. (Juan 14,27).

Jesús también dice así cuando se refiere a como se deben dar las condiciones antes del tiempo de su segunda venida:

No se alarmen cuando oigan hablar de guerras y de rumores de guerras: es necesario que esto ocurra, pero todavía no será el fin.
Se levantará nación contra nación y reino contra reino
… (Marcos 13, 7-8)


Lo que dice Pablo en esa carta, es que luego de un periodo de enfrentamientos entre los dragones que mantienen el “katejoos”, por medio de engaños y supuestas señales milagrosas, como la tecnología de hoy día, esa tensión va a dejar de existir entre los hombres y es entonces cuando se va a crear el estado de cosas para que se muestre sin ninguna mascara el verdadero “hombre sin ley”, “el impío”, “el hijo de la perdición”, el que “no ha sido desde el principio”. La bestia del mar o anticristo como los llama san Juan.(sigue)




Cuando el hombre alcanza un estado de bienestar en el que no siente necesitar nada de Dios, en el que comienza a creer que solo por sus propios fuerzas y según sus propios planes puede hacer lo que él quiera ya no le interesa mantener nada fuera de si mismo, ni siquiera ese orden del imperio o de la necesidad porque gracias a los artificios de la “bestia de la tierra” los falsos profetas: la religión falsificada y facilitada por la comodidad en las creencias de los hombres que nos dan los avances tecnológicos, la famosa religión “hecha a nuestra medida” o hacer a Dios a nuestro gusto o adorar baales. Digo, gracias a los artificios de esta bestia los hombres ya no creemos necesitar de nada más que de nosotros mismos, necesitamos formar “nuestra personalidad”, “estar conformes con nosotros mismos”, “tener la autoestima alta” y esa sarta de sanatas autocomplacientes.


En el Apocalipsis dice que la bestia de la tierra se pone en servicio de la bestia del mar. Juan así dice en el Apocalipsis:

Vi luego otra Bestia que surgía de la tierra y tenía dos cuernos como de cordero, pero hablaba como un dragón.
 Ejerce todo el poder de la primera Bestia en servicio de ésta, haciendo que la tierra y sus habitantes adoren a la primera Bestia, cuya herida mortal había sido curada.
Realiza grandes señales, hasta hacer bajar ante la gente fuego del cielo a la tierra;
y seduce a los habitantes de la tierra con las señales que le ha sido concedido obrar al servicio de la Bestia, diciendo a los habitantes de la tierra que hagan una imagen en honor de la Bestia que, teniendo la herida de la espada, revivió.
Se le concedió infundir el aliento a la imagen de la Bestia, de suerte que pudiera incluso hablar la imagen de la Bestia y hacer que fueran exterminados cuantos no adoraran la imagen de la Bestia.
 Y hace que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se hagan una marca en la mano derecha o en la frente,
y que nadie pueda comprar nada ni vender, sino el que lleve la marca con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre.¡Aquí está la sabiduría!
Que el inteligente calcule la cifra de la Bestia; pues es la cifra de un hombre. Su cifra es 666. (Apoc 12, 11-18)

666 simboliza la inmanencia absoluta, las coordenadas del espacio: el alto, el  largo y la profundidad, el espacio de representación del hombre, su imaginación y vida espiritual, se vuelven acabadas y cerradas para el tiempo y el Espíritu Santo que fluye sobre el tiempo liberando a los hombres, representa la absoluta incapacidad para plenificarse, de realizarse en el espíritu, porque esta “cifra” vuelve al hombre incapaz de reconocer el Espíritu través del los signos de los tiempos y representa la imperfección pura, una desconexión total con la jerarquía temporal que nos deja sin poder alcanzar la vida eterna, la completa incapacidad de sentir piedad ante la jerarquía temporal, por indiferencia e incapacidad de sentir y reconocer la eternidad de nuestros actos. 
San Juan dice que es la cifra de un hombre pues es el hombre el único ser que puede elegir ser redimido, pero es el hombre también quien puede elegir negar constantemente esta redención, que esta condenado al igual que Edipo, sin saberlo y sin sufrirlo- mientras este vivo-.  666 es la “cifra” que maneja el ensimismamiento total de este tipo de hombre: del hijo de la perdición, del impío, del hombre sin ley, del “a-nomos” como dice en griego Pablo.
Los hombres que no generan esa imagen inmanente de sí mismos, los que no se dejan encapsular cómodamente atrás de una creencia armada a medida de uno, su “personalidad” (según la bestia),  los hombres que no aceptan esto quieren y quieren enfrentar “el mundo”, su movimiento y corrupción, porque no aceptan que “las cosas son así”, son vencidos por el espíritu de la bestia por un tiempo según san Juan, pero por un tiempo corto gracias a Dios. Pero a lo que voy es a ese “las cosas son así” del saber popular, esa especie de resignación frente al espíritu del mundo muestra bien como nos sentimos aprisionados por ese espíritu inmanente de cada época que obliga a tener que usarlo para poder intercambiar, “negociar” (como judas) con el mundo:
El Apocalipsis habla de una marca en la frente o en la mano porque esta manera de actuar o de pensar, formando imágenes artificiales de nosotros mismos, adorándolas para mantenernos dentro del sistema y sentirnos aceptados dentro él, o de la panza de un Leviatán o devorados por “la bestia”, hace que tengamos una manera de actuar, enfrentar la realidad con el pensamiento o con la acción que hace que no salgamos más de ese círculo egotista y vicioso de la adoración de si mismo, del hombre por el hombre. Queremos ser aceptados por este engendro del momento que gobierna y adormece los espíritus de los hombres, pero nos alejamos cada vez mas de nuestro santuario más íntimo, la sensación de nuestra alma.

El antiguo testamento es la revelación del Padre, los Evangelios son la revelación del Hijo del Hombre, el Apocalipsis es la revelación del Espíritu Santo.
Apocalipsis significa revelación y es la revelación dada por el ángel de Jesús, donde se describe el actuar de los ángeles de Dios, del Espíritu Santo, en la historia de los hombres. Describe sobre todo, desde la ascensión de Jesús a los cielos, hasta la segunda venida de nuestro Señor.

En la revelación del espíritu Santo, es la mirada del Espíritu Santo, mirada angelical, llena de inteligencia y se describen todas las cosas que los ángeles, inteligencias puras, hacen a los hombres, son cosas provocadas por los mismos hombres y por eso permitidas por Dios, el Padre de todo lo viviente. Los males son causados por la falta de reconocimiento de Cristo como rey del universo, que fue crucificado por los hombres en la tierra, falta de reconocimiento que va aumentando a lo largo del tiempo, y concluye con el espíritu de “la bestia del mar”. Esta falta de reconocimiento de los momentos de Dios, de la jerarquía dada por Dios, va desgastando la debida piedad de los hombres hacia las cosas de Dios, hasta llegar al espíritu del anticristo, que las llega a despreciar explícitamente, haciendose “el justo”.
Todo los males y  plagas espirituales van a cesar cuando por fin todos los hombres podamos reconocer la importancia radical que tiene el sacrifico de Jesús, la jerarquía dada por Dios, y de esta manera poder insertarnos nuevamente en el plan del Dios de todo lo viviente, no lo crucifiquemos mas a nuestro Señor, que la tentación del mundo en nosotros no lo crucifique , sino que venciéndola, lo hagamos reinar en el.
Lo que crucifica a nuestro Señor es el espíritu el fariseísmo, tergiversación de la ley de Dios, por esto es tan importante el Apocalipsis, y cuando los fariseos dejen de crucificar a Jesús y sea desenmascarado este espíritu, recién ahí es cuando Jesús va a reinar para bien de todos, y ganaremos la vida eterna para todos. Esto tiene que ver con la conversión del pueblo de Dios, Israel. San  Pablo lo muestra bien en su carta a los romanos capítulos 9, 10 y 11.
Una mirada de cómo sucedió, va sucediendo y tiene que suceder esto voy a dar en la parte quinta de este escrito.

Pero ahora este espíritu de la bestia del mar, que no respeta fronteras materiales, se mete en todos lados, hasta en la misma religión. Y es esa religión basada en el espíritu inmanente de los baales materiales, religión falsificada que confunde a todos y martiriza a los justos es eso que el danés Soren Kierkegaard se canso de denunciar de su propia iglesia. Este hombre, en un escrito que se encuentra en su diario personal (y también escribió en su periódico “el instante”), que fue publicado después de su muerte, acusa a los profesores y a los pastores luteranos de “antropófagos”, caníbales. Dice que ellos viven de contar historias de los santos y de los mártires pero que ellos no están dispuestos a seguirlos o a obedecerlos, los llama caníbales porque viven de la sangre de los mártires que construyeron la iglesia.
En otro pasaje del Apocalipsis de Juan dice así sobre la bestia:

Entonces vino uno de los siete Ángeles que llevaban las siete copas y me habló: "Ven, que te voy a mostrar el juicio de la célebre Ramera, que se sienta sobre grandes aguas,
con ella fornicaron los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de su prostitución."Me trasladó en espíritu al desierto. Y vi una mujer, sentada sobre una Bestia de color escarlata, cubierta de títulos blasfemos; la Bestia tenía siete cabezas y diez cuernos.
La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, resplandecía de oro, piedras preciosas y perlas; llevaba en su mano una copa de oro llena de abominaciones, y también las impurezas de su prostitución,
y en su frente un nombre escrito - un misterio -: "La Gran Babilonia, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra."
Y vi que la mujer se embriagaba con la sangre de los santos y con la sangre de los mártires de Jesús. Y me asombré grandemente al verla;
pero el Ángel me dijo: "¿Por qué te asombras? Voy a explicarte el misterio de la mujer y de la Bestia que la lleva, la que tiene siete cabezas y diez cuernos.
"La Bestia que has visto, era y ya no es; y va a subir del Abismo pero camina hacia su destrucción. Los habitantes de la tierra, cuyo nombre no fue inscrito desde la creación del mundo en el libro de la vida, se maravillarán al ver que la Bestia era y ya no es, pero que reaparecerá.
 Aquí es donde se requiere inteligencia, tener sabiduría. Las siete cabezas son siete colinas sobre las que se asienta la mujer. "Son también siete reyes:
 cinco han caído, uno es, y el otro no ha llegado aún. Y cuando llegue, habrá de durar poco tiempo.
 Y la Bestia, que era y ya no es, hace el octavo, pero es uno de los siete; y camina hacia su destrucción.
Los diez cuernos  que has visto son diez reyes que no han recibido aún el reino; pero recibirán con la Bestia la potestad real, sólo por una hora.
 Están todos de acuerdo en entregar a la Bestia el poder y la potestad que ellos tienen.
 Estos harán la guerra al Cordero, pero el Cordero, como es  Señor de Señores y Rey de Reyes, los vencerá en unión con los suyos, los llamados y elegidos y fieles."
 Me dijo además: "Las aguas que has visto, donde está sentada la Ramera, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas.
 Y los diez cuernos que has visto y la Bestia, van a aborrecer a la Ramera; la dejarán sola y desnuda, comerán sus carnes y la consumirán por el fuego;
porque Dios les ha inspirado la resolución de ejecutar su propio plan, y de ponerse de acuerdo en entregar la soberanía que tienen a la Bestia hasta que se cumplan las palabras de Dios.
Y la mujer que has visto es la Gran Ciudad, la que tiene la soberanía sobre los reyes de la tierra.
(Apoc 17, 1-18)

Juan es llevado en espíritu al desierto a una evolución de la tierra muy diferente del camino propuesto por Dios, por eso san Juan se asombra “grandemente al verla”. 
La mujer que se embriaga de la sangre de los mártires se puede representar como el sentimiento religioso falsificado o el instinto religioso adulterado, suavizado para dominar la contranaturaleza del poder mundano de la bestia, que solo considera una trascendencia terrenal. Entre estos falsos profetas están desde los grandes gurues de los negocios hasta los religiosos que mal utilizan su poder, desde los políticos y grandes estadistas que solo se acomodan y se arrodillan ante el movimiento financiero, hasta los empresarios y científicos que en su visión solo les interesa una seguridad “temporal” y corrompen toda la tierra y todo el lenguaje de los hombres.
Esta mujer vestida de “púrpura y escarlata”, en el desierto, jineteando la bestia, es la religión falsificada que al igual que una mujer corrompida, forma imágenes artificiales de si misma, “se engalana” pero no para el esposo sino para si misma según lo que dice la sociedad de si misma.

“estoy sentada como una reina, no soy viuda y jamás conoceré el duelo”(Apocalipsis 18, 1-18

Se engalana para dominar a la bestia, pero este engalanamiento tiene un costo altísimo, la sangre de los mártires y de los santos,
Esta sociedad religiosa corrompida, se asemeja a una mujer corrompida que formando imágenes de si misma solo para atraer y dominar. Es lo contrario a la otra mujer, a “la mujer vestida de sol, con la luna debajo de sus pies y una corona de doce estrellas”.

Este riesgo de “suavizar” la religión es lo que se advierte a los cristianos de la última iglesia que describe el libro del Apocalipsis, la iglesia de Loadicea.

Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojala fueses frío o caliente!
Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.
Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete”.
(APOCALIPSIS 3, 14-20)


Este riesgo de la tibieza sucede porque, como mas arriba escribíamos, los dos códigos, el masculino y el femenino comienzan a mezclarse, esa mezcla es lo que simboliza la prostituta sobre la bestia bebiendo la sangre de los mártires, mezcla contranatural de la cual el propio Juan se “asombra grandemente al verla”, es un muy gran misterio, como tiene escrito la prostituta en su frente. Esta otra evolución, en el desierto, es lo que es un misterio para Juan, ¿para que existe? En el final le explica el símbolo:

Y la mujer que has visto es la Gran Ciudad, la que tiene la soberanía sobre los reyes de la tierra.”(apoc 17, 1-18)

Esta mezcla, termina de simbolizar Juan, se da sobre todos en las grandes urbes alejadas de la verdad de la naturaleza pero, a través de artificios como las tecnologías y ciencias, dominadoras de esta. Dominadoras por “un tiempo”.

¿Habrá sido la caída de la unión soviética el último bastión del Katejoos? ¿Habrá empezado ya el dragón a cederle el poder a la “bestia del mar”?
Yo creo que si, personalmente creo que el Katejoos dejo de existir alrededor del año 1983.

En esta 4ta parte voy a tratar de mostrar como pueda cuales son los mecanismos “psicológicos” (psije significa alma en griego) que favorecen el código y el lenguaje que adora y le da fuerzas “a la bestia.”  Después, en la última parte de este escrito, voy a exponer un discernimiento de los signos de los tiempos y voy a tratar de discernir que fue lo que paso por la historia, cuales fueron los puntos críticos, en que momento histórico nos encontramos y hacia donde debemos apuntar para salir de donde hemos caído.

Y sigo con Nietzsche. Este hombre se confundió mucho. Culpa de esa confusión confundió mucho también a las demás personas y cuando creyó “despertarse” de estas cosas, era grande, vio las hipocresías y las confusiones terribles del código de contranaturaleza moral que, durante siglos, se fue creando entre los hombres por creer necesitar convivir dentro de un código social.
Creyó en un cambio, pero creyó también que, para que ese cambio se dé, además de su denuncia tenía que pasar “algo” que deje al descubierto ese abismo, esa mentira, esa contranaturaleza en la que quedo envuelta la sociedad europeo-occidental. Ese “algo” que el preveía que iba a pasar pasó, la primera y la segunda guerras mundiales.
Para Nietzsche esa falsa línea recta histórico-temporal basada en la confianza total en el progreso de la humanidad en un mas adelante, es producto de la secularización de la idea de un “mas allá”, del cielo cristiano.
Por eso Nietzsche se empeña tanto en combatir la ideología cristiana. Piensa que esta mal y que es un engaño que lo único que hace es hacer soportable la existencia pensando en un “más adelante” glorioso. Nietzsche piensa que esta facilidad para desviar la mirada del presente es la principal responsable de generar cada vez más esa hipocresía que aleja a los hombres de la naturaleza, generando un “abismo” entre el presente terrestre y un futuro “ideal”. Se equivoco mucho el pobre hombre.
Nietzsche combate “el cielo” con la idea del eterno retorno.
El eterno retorno es algo así como terminar de cerrar el círculo de una manera "científica", racional, la continuidad de la vida más allá de la muerte. Dice algo menos así: como nosotros estamos formados por una cantidad de partículas finitas, al ser el universo infinito, la posibilidad de que se conjuguen las partículas nuestras es infinita también, por lo tanto también todo lo que vivimos y lo que vamos a vivir se va a repetir eternamente, una infinidad de veces.
Pero Nietzsche lo que no entiende o parece no entender es que ese retorno no es algo macrocósmico, o sea que afecta al tiempo y a todo el universo. El eterno retorno, es la simple posibilidad de poder volver al instante de la vida nuevo, puro y limpio, sin ningún tipo de abstracción que obstaculice el desarrollo de los sentimientos más vitales y verdaderos. El eterno retorno es la repetición según Kierkegaard. Pero el problema de Nietzsche es que al no haber podido enfrentar el paradigma científico-matemático-naturalista no puede con ese conocimiento, no puede creer y entonces le sigue dando existencia real al tiempo. Nietzsche le estaba dando realidad al tiempo, cuando este es solo una posibilidad para el hombre. "científicamente" no se puede saber cuanto tiempo se va a vivir en esta realidad, el tiempo nunca deja de ser una posibilidad para el hombre. Al tiempo lo podemos considerar como una posibilidad, no como una realidad. Son cosas muy distintas. Es la posibilidad de relación material que solo el hombre puede admirar gracias al conocimiento que nos dio "el árbol del medio del jardin", la causalidad, la dualidad, acción-reacción, causa-efecto, bien y mal, ser o no ser… de donde sacamos ese “no ser absoluto”? si por cualquier lugar donde miremos vemos “algo”, vemos ser? donde esta el puro no-ser? La serpiente nos engaño feo. La serpiente nos da el conocimiento de esas relaciones materiales-temporales. La base de esas relaciones es la causalidad. Nietzsche con su eterno retorno y las cadenas de causalidad, termina por esclavizar, abstractamente-virtualmente a la tierra, al hombre. ¿De que sirve atrapar al hombre virtualmente, abstractamente a la tierra? Es una contradicción, una contradicción que si no nos esforzamos por superar, nos atrapa muy cómodamente, nos adormece.
Nietzsche, si se quiere decirlo de alguna manera, es el “teórico del abismo”, o “el ángel del abismo” como dice Juan en el Apocalipsis.
La posibilidad del eterno retorno mirada desde un punto de vista cristiano de la existencia, como el de Kierkegaard en la repetición, es el regalo del infinito amor del Padre que gracias al sacrificio de Jesús, que pudo cumplir con Su voluntad “perfectamente”, acabadamente, hasta el final como escrito estaba en las escrituras,  nos permite poder volver siempre a El. Dios como persona nos muestra el perdón y la infinita posibilidad de poder volver al Padre mientras estamos vivos.
Pero esa infinita posibilidad se vive a cada instante mientras “somos vivos”. Y “somos vivos” si aprendimos, como sea pero constantemente, que ser vivos es seguir, amar el testimonio del Dios vivo en este mundo.
La idea del eterno retorno no surge en el hombre porque vamos a vivir esta misma vida tal cual una infinidad de veces como Nietzsche creyó auto-engañado. Es exactamente lo contrario. La verdad de esa intuición radica en la fe que nos señala verdaderamente la posibilidad que a cada instante podemos cambiar y liberarnos de una sola perspectiva esclavizante. Dios es infinito y como lo esencial en Dios es su amor, su amor es el que nos libera sumergiéndonos, haciéndonos sentir esa infinitud. Ese es, creo, el significado del bautismo. Pero, para bautizarse hay que tener fe, o los padres y padrinos se deben encargar de que la persona trate de seguir el camino de fe.
Nietzsche estaba errado porque no creía, no quería creer, para tener algo de fe por lo menos hay que aceptarla. Si hubiese creído y no se hubiera cerrado en prejuicios medio aristocráticos, científicos y artísticos no comprometidos y “del buen gusto”, hubiese capaz visto la realidad de la Fe. Porque la Fe nos sirve mientras vivimos en este mundo, nos sirve para tener la suficiente fuerza espiritual, mental de evitar caer en errores y fijezas, “reacciones causales”, para poder limpiarnos de toda esa pesadez. Jesús venció la muerte, venció el mundo, no tenemos que “reaccionar” ante nadie ni ante nada más que Jesús.
Por eso insisto que el error simplemente le sucede porque desvaloriza la fe como algo vital. La filosofía de nietzsche es muy engañosa porque es casi perfecta, la segunda verdad es la menos verdad de todas, no hay segunda verdad, seguimos presa del pensamiento causal si aceptamos la verdad como algo cuantitativo y no como algo cualitativo.
Pero lo bueno es que Nietzsche hizo todo esto sinceramente, o sea reconoció esa falta de Fe, y la busco hasta el final en algo. Se quedó con eso de la voluntad de poder y el eterno retorno porque le cerraban las cuentas de su filosofía, pero sin darse cuenta le estaba dando existencia real a algo que solo se basa en posibilidades de relaciones materiales y en el momento que esas relaciones materiales acaban con la muerte, acaba también ese conocimiento basado en la temporalidad y en la causalidad. Lo único que puede vencer ese fin de todo, esa muerte, es la fuerza de mi creencia en la resurrección de Cristo. Eso Nietzsche no lo pude ver porque "las causas científicas" de su época todavía no le habían demostrado lo contrario. Quedo medio como enredado con eso. Nietzsche era resultadista, competitivo, quería “demostrar” al mundo quien creía que era el, y como creía solo en esa competencia, el espíritu de “agon” de los antiguos griegos, se quedo “agonizando” ahí porque veía que los resultados le demostraban la razón. Por eso se olvido un detalle. “Felices los que creen sin ver” dijo Jesús a tomas “el mellizo”
Nietzsche “se pone en la piel” de Zarathustra “un libro para todos y para nadie”, Zarathustra fue un iniciado persa que introdujo en el mundo la doctrina del bien y del mal, y del devenir. Zarathustra fue el que descubrió el origen de la dualidad en el mundo material, de que algo que es bueno hoy, sino evoluciona de acuerdo a lo que lo rodea, malo puede ser mañana. Por eso esa dualidad la toma como un principio absoluto y le da el tiempo absoluto el papel de generador de todo el cosmos porque desde el “tiempo absoluto” se origina la posibilidad de contemplar la verdad de esa dualidad.
Como escribí arriba, lo atado al tiempo, a la tradición, a la ley, se cerró con Juan el bautista.
Desde que “la palabra se hizo hombre y habito entre nosotros”, la tradición, la ley temporal que se origina de la palabra ya no es lo esencial, lo esencial es la palabra de Dios, porque se hizo hombre, lo esencial es comprender que significa y como hacer para “adorar” a el Dios-hombre. Ahora no hay que mirar para atrás sino ir para adelante, porque desde que Jesús nos puede dar vida eterna, el tiempo dejo de ser una categoría absoluta para el hombre, no tenemos mas la necesidad de ver lo viejo para no equivocarnos, debemos cumplir la ley pero no por temor a equivocarnos sino que debemos confiar que la esencia de esa ley es amor, como Jesús lo demostró en su sacrificio, tener fe y simplemente tratar vivir y contagiar la fe desde donde se genera esa vida. Lo no revelado por la fe, o sea, el conocimiento que se origina de la ley natural y el orden social, se genera por la experiencia, eso significa que el hombre necesita de tiempo para poder desarrollarlo y conocerlo, significa que para el conocimiento del hombre, el tiempo, es una categoría absoluta (eso es lo que el principio de incertidumbre y la teoría cuántica dicen a un hombre. “La probabilidad” es probabilidad en el tiempo). Hasta ahí Zarathustra perfecto. Pero desde que el hijo del Dios de la vida camino entre nosotros, desde que el “Yo soy” se hizo hombre ya no tenemos más necesidad de ese conocimiento para conservar la vida porque no necesitamos más conservarla, la vida del hombre, si el hombre cree en la palabra, se emancipó del tiempo y se hizo eterna. Por lo tanto, ahora, si conservamos la vida porque seguimos creyendo en la realidad del tiempo como algo absoluto para nosotros, la estamos perdiendo desgastándola en cosas que no son más esenciales. Ahora, Jesús, con su sacrificio y resurrección nos enseño que para superar esa tendencia a controlar nuestra vida a partir del conocimiento (ley) y  del tiempo (muerte), tenemos que sentir y querer dar nuestra vida, eso es lo que significa el verdadero amor, el amor que Jesús nos vino a mostrar.

Les digo: el que quiera salvarse a sí mismo se perderá, y el que pierda su vida por causa mía, se salvará.(Lucas 9, 24)

Y El lo pudo realizar porque El es el hijo del Dios de la vida, a El, Dios le dio el poder de dar la vida, solo El y a través de El se pueden hacer todas las cosas nuevas. Jesús es el alfa y el omega, en el cuerpo de El, la dualidad de lo eterno y lo mutable, la dualidad del Dios-hombre fue unificada, se creo la nueva alianza y el misterio Dios ya no es solo uno, sino trino. El venció a la muerte en la resurrección, El es el que puede hacer todas las cosas nuevas, el tiempo ya no tiene poder sobre el, El es el que nos da la verdadera vida a los hombres.

“y el que estaba sentado en el trono dijo: “Yo hago nuevas todas la cosas” y agrego “escribe que estas palabras son verdaderas y dignas de crédito. ¡Ya esta! Yo soy el alfa y el omega, el principio y el fin. Al que tiene sed yo le daré de beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida.”(Apocalipsis 21, 5-6)

Por eso repito lo que Jesús le dijo a Tomas “el mellizo”: debemos ELEGIR que queremos creer, no todo termina en buscar y “ver” el objeto o conocimiento que confirme nuestra teoría, porque lo único que conseguiríamos sería que la búsqueda y la conservación de esa conciencia del tiempo nos desparrame por lugares que no podemos abarcar con el sentimiento y eso nos quitaría toda nuestra fuerza y vitalidad.
Por eso yo creo que solo debemos conocer hasta poder elegir donde vamos a poner nuestro sentimiento vital. Y hay que dejar de especular, y arriesgar ese sentimiento vital, nuestro talento. Desde ahora se proclama el reino de los cielos. En la parábola de los talentos ya nos avisaron que les pasaba a los que lo enterraban, así que hay que arriesgar, hay que creer.
Nietzsche cree vencer la idea en un más allá glorioso que evita mirar la hipocresía del presente al acabar con la idea errónea, según el, de tiempo lineal (el eterno retorno hace del tiempo un círculo). Pero se equivoca porque el sigue mirando con los ojos de su propio paradigma, no puede creer sin ver, mira desde la ciencia, colectivamente al hombre, desde la causalidad busca dar explicación a algo que es una cuestión de fe, de fuerza espiritual personal, algo interior, y en esto no cabe en ninguna explicación colectiva, es algo que pertenece a la conciencia, al yo de cada hombre.
En verdad, seguramente, Nietzsche conocía algo de lo que hacia: “Así hablo Zarathustra”, como el mismo aclara bajo ese titulo, es “un libro para todos y para nadie”.
Esta irresponsabilidad casi inevitable le ocurrió porque como ahí arriba escribí, en la época en que Nietzsche vivió,  todavía se creía ciegamente en el avance descomunal de la ciencia y la razón (Nietzsche mismo se creía “un destino”). Por eso todos podían echar el fardo mas delante, “por una causa”, tipo para el mañana, “por que mañana estemos mejor”.
Cuando se puso en tela de juicio las bondades de ese mañana o directamente que ese mañana exista, esa falsa nobleza o sacrificio en pos de una idea empezó a desenmascararse. Luego de las guerras mundiales, la sociedad, sí perdió ese plus de confianza en la idea de un progreso colectivo e indefinido basado en las bondades de la ciencia y la técnica, ya que como quedo demostrado, esta ciencia potenciaba el poder autodestructivo de la sociedad (bomba atómica). También Freud, y la irracionalidad del inconsciente, arrancaron justo después de el.
De a poco esa idea esa creencia tan fuerte en el progreso, desapareció.
Pero el abismo no concluyo y el cristianismo al contrario de lo que Nietzsche creía, creció mucho, no creció en popularidad de personas, pero creció la iglesia como institución, avanzo muchísimo en cuestiones de fe. Lo que queda hoy en día es que se evangelice nuevamente a la sociedad a partir de esta nueva etapa. Por eso Nietzsche se equivoco, creo, no entendió muy bien la doctrina católica, o eso me da la impresión. El catolicismo verdadero poco tiene que ver con armarse fantasías o  leyes sociales para justificarse cómoda y miedosamente detrás de ellas, Jesús denuncio muy bien a los fariseos, lo que Jesús expreso lo hizo con su propia vida, El mismo.
Nietzsche trata de destruir las creencias colectivas porque considera que al quebrarse el abismo social de esa abstracción asfixiante y quedarse sin “verdades sociales”, los hombres iban a ir aumentando en conocimientos propios y que solos iban a llegar y se iban a esforzar por alcanzar sus propias verdades. Pero esto jamás ocurrió a nivel social. Las nuevas tecnologías (que Nietzsche, creo, jamás previo) se comieron la cabeza del hombre, lo alienaron (“abismaron”) de información. La televisión, la radio, el teléfono, las cantidad de revistas y diarios, y la velocidad y la facilidad en el tráfico de información hicieron que el hombre, en vez de esforzarse y luchar por alcanzar la verdad y así ver el costo de lo creado sentir y valorar cada centímetro de la creación. No. el hombre quedo cómodamente atrapado por el “sistema”, se hizo mas pequeño, se achancho, abismo cada vez mas presa de la comodidad y el miedo, que se generan en su cabeza frente al abismo gigantesco que genera esa cantidad de información y abstracción producto de las nuevas tecnologías y de la ciencia.
La naturaleza, como Juan describe en el Apocalipsis, se le hizo un desierto, un abismo lo separa de ella. El hombre, en lo que queda de naturaleza, solo le queda el rol de herramienta que solo busca información para actualizarse y “no quedar fuera” o “que no lo caguen” dentro de su propio mundo virtual para que su yo ( también virtual) duerma tranquilo.
Este solo “ir pa´ adelante” buscando cosas solo para satisfacer nuestra racionalización de la realidad, para dejar nuestra propia creencia en paz es lo que genera el cada vez más grande abismo y desierto entre hombre y hombre. Es esa paz como la da el mundo. Es esa bestia que Juan va a ver en el desierto. El hombre si sigue este camino queda como esclavo de lo que le circunda, antes por lo menos era una lucha contra la naturaleza, cosas creadas por Dios, visibles. Ahora parece dominar la naturaleza pero esta preso de los prejuicios que toda la política, esa conciencia aséptica y moralista falseadas y creadas por si mismo de las que muy pocos son conscientes. Y encima se siente obligado a cumplirlas para creer “que es alguien” porque esa sociedad mugrienta lo aprueba. Este tipo de sociedad es la mujer sentada y jineteando a la bestia. No entendemos que ya somos alguien, independientemente de lo que hagamos o seamos, Jesús nos dio ese derecho, El es el que nos puede dar esa gracia, lo tenemos que querer aceptar.

Lo de Nietzsche todo en teoría es muy lindo, pero para hablar de un yo, para hablar de un “Yo soy” solo e independiente, como el cree que lo es, para hacerlo sinceramente, tendríamos que hacernos capaces de saber darnos nuestra propia vida o estar en comunión con el yo de Cristo. Nietzsche se olvida de un punto fundamental. Con la muerte, el tiempo como lo conocemos hasta ahora se acaba, por lo tanto se acaba todo tipo de conocimiento que se halla basado en el para sacar sus conclusiones (conocimiento científico-experimental), entonces la muerte, teoría o no teoría, saber o no saber, es una incertidumbre para nosotros. Es una incertidumbre solo por el hecho de que no la experimentamos. La ciencia y todo lugar donde se apoyen los supuestos del saber y del conocimiento del hombre, incluido el “eterno retorno” de Nietzsche, se basan en modelos de experiencias de vida en el mundo material. No se puede saber que ocurre después de muertos, nadie sabe si las experiencias en dicho mundo son iguales y dependen de las mismas leyes que en este. Eso es un misterio. La muerte es el último de los enemigos al que Cristo venció y va a vencer, porque gracias a Su resurrección la vida continua y se ordena a través del el Espíritu Santo, y el orden y el misterio de la vida son mas grandes que el orden y el misterio de la muerte.
Ahora, y aunque no parezca, a raíz de esa confusión-destruccion de Nietzsche, en lugar de haber un abismo social, como en las épocas anteriores a Nietzsche, tenemos millones de abismos particulares que luchan entre si por agrandarse y gobernarse unos a otros. Millones de “yo soy” creen “ya ser”, cuando eso es lo último a lo que se llega. Y no llegamos ahí solo por voluntad propia, sino que en ultimo termino es gracia de Dios. “El espíritu del anillo” dicen en las películas o la “sensación del poder”. Que se yo. Creo que no sirve para nada.
Si uno no entiende muy bien lo que Nietzsche quiso hacer, y lo lee, para lo único que le va a servir es para todavía mas agrandar ese abismo del que hablo. Por eso digo que es delicado. Nietzsche lo va enriquecer de una gran estructura teórica de la verdad, pero no va a encontrar en ningún lugar el suficiente contenido como para llenar esa estructura. Se va a quedar cada vez mas vació y vació. La conciencia del tiempo desparrama y anonada, abisma. O si queremos ser mas mosaicos, el veneno, las palabras de serpiente matan. Cada uno, solo, puede llegar a descubrir cual es el defecto de su alma y que es lo que puede llenarnos verdaderamente, todo lo demás son solo entretenimientos que al final devienen en vicios y nos distraen de mirarnos arrastrándonos cada vez mas hacia el abismo.
El creo que se da cuenta de esto que acabo de decir, por eso su ultimo pecado: “su misericordia con el hombre superior”. Por eso el Zarathustra de Nietzsche es una obra artística, estética, que se encuentra 100mil km arriba de cualquier otra obra, de ese tipo, que yo allá mirado. Pero nunca deja de ser para mí una obra artística y estética, el mismo Nietzsche creo que no sabía que se podía aspirar a otra cosa. O si que sabía, creo más bien que prefería no querer creerlo, ese compromiso capaz que para el era de “mal gusto”, por eso, justamente, ese es su último pecado: “compasión por el hombre superior” peco de esteta, el último prejuicio aristocrático.
Por esta “esteticidad” de Nietzsche, que no es mas que un juicio estático, inmanente,  su obra, sirvió de base teórica para que ese abismo se atomizara, se adaptara, particularizara, ablandara y entibiecerá cada vez mas  a las personas. Nos hicimos y sentimos dioses, ángeles, superhéroes, famosos etc, etc. Pero de cartón. O de imaginación, o de cirugías o lo que sea, no importa, mientras no nos demos cuenta que es efímera esa sensación y podamos seguir creyéndola y creándola, hacemos lo que sea. Y así, cada vez mas, el abismo nos separa de nuestro santuario mas intimo, de nuestra sensación del alma, de nuestra verdadera naturaleza.
El espíritu de león del que habla Nietzsche se hizo aparentemente inservible, sobre todo, mucho más difícil de ser aceptado. Mejor dicho, depende de lo que cada uno entienda. Quien tiene oídos para oír que oiga.
El primer discurso de la cuarta y última parte del Zarathustra, que se llama “la ofrenda de la miel” dice así:

“Y por encima de todo, a el mundo de los hombres, al mar de los hombres. A el lanzo yo ahora mi caña de oro, y digo:¡ábrete abismo del hombre!...
…Así pues, que los hombres suban ahora hasta mi, pues yo espero aun signos que me digan que el momento de mi descenso ha llegado. Todavía no me he hundido en mi ocaso, como tengo que hacerlo, entre los hombres”…}

La última parte del Zarathustra es terrible, nunca leí nada parecido. Al final del libro es cuando el signo llega, el león, y Zarathustra sale de su caverna para hundirse en su ocaso. Nietzsche no estaba resentido como muchos creen, hoy muchas teoría dicen que tenia enfermedades, que quizás son ciertas, pero encasillarlo a nietzsche en una “enfermedad mental” creyéndonos que de esta manera nos sacamos su influencia de encima, si hacemos esto estamos muy equivocados. La influencia de nietzsche, en la cultura contemporánea es muy grande, los conceptos que el abrió en la historia, sus palabras, atravesaron muchas conciencias, muchas formas de pensar y que hoy este tan de moda pensar en “enfermedades psicológicas” es tan bien consecuencia de lo que nietzsche abrió en la cultura contemporánea. 
Nietzsche, cuando escribió lo que escribió,  no estaba ni resentido ni enfermo, si uno esta resentido no puede tener claridad, ni para pensar ni para expresarse, porque uno se “resiente” por eso, cuando no comprende lo que sucede, y Nietzsche comprendía bastante bien su época. Y si uno esta enfermo la incoherencia deja anulado el valor de lo escrito. Nietzsche no desacertó su diagnostico. Quizás hace sus puntos de vista “desde el abismo”, pero por eso hay que saberlo leer. Quizás sus contemporáneos, soportar ver y denunciar las enfermedades de sus contemporáneos, fue lo que lo termino debilitando a el, pero desde acá, desde hoy es muy difícil juzgar sus palabras, pues nosotros mismos estamos muy influidos por ellas. 
Jesús dice en el evangelio que por nuestras palabras seremos juzgados…  Nietzsche, no estaba resentido, pero si estaba muy enojado, son cosas muy diferentes, y nietzsche estaba muy, muy enojado.

Sansón-Dalila-filisteos. 
El poema de Nietzsche que se llama "entre las hijas del desierto" que transcribí paginas atrás me hace recordar mucho a la historia de ese juez de Israel.
Sansón, juez de la tribu de dan, era un pastor, y asaltaba a los filisteos, les robaba, los maltrataba.
Un día los filisteos le mandan a Dalila, una mujer llena de amaneramientos cortesanos que, gracias a ellos, consigue seducir a Sansón. Sansón, humillado dentro del templo de los filisteos, vaya saber uno el arrepentimiento que sentía, le pide a Dios una vez mas su poder, Dios se lo concede y Sansón decide destruir el templo, perder su vida pero a la vez, también, la de todos los filisteos en el. Nietzsche destruyo el templo de la modernidad, la fe de los ojos arrancados de Edipo, la sola fe inmanente en el progreso material de la humanidad.
En ese poema Nietzsche, “entre las hijas del desierto”, expresa bien que fue “lo que él recibió de la luna” y como se trato de levantar de la indignidad en la que había quedado adormecido. Se trato de levantar con el Zarathustra...
La manera de pensar de Nietzsche, esa sabiduría "evolutiva" de Zarathustra, era algo para lo que la conciencia de las personas no estaba preparada y tampoco lo está hoy. 
Por eso: 

“Para esos hombres de hoy no quiero ser luz, ni ser llamado luz. A esos lo que quiero es cegarles. ¡Rayo de mi sabiduría, arráncales los ojos!”



Porque el hombre todavía estaba evolucionando como grupo en el nivel cultural. Y la "evolución" del hombre es espiritual como Nietzsche descubre a medias (su superhombre), entonces si uno quiere generalizar el saber evolutivo espiritual, hacerlo ley general (como muchos de los intelectuales después de Nietzsche empezaron a hacer) está cayendo en el error de acelerar los tiempos porque aparentar conocer lo que en verdad no se vive mata en vida al hombre y eso parece ser, es lo único que el hombre aprendió de todo este "saber evolutivo". Aparentar "ser mas vivo" por que me anticipo, porque ya se, “la tengo clara”: disimuladamente estoy diciendo: las carencias en mis sentimientos no necesito remediarlas, sólo necesito aprender rápido a creerme y aparentar que soy superior así todo lo que me rodea me hacen decir y sentir que soy superior, ¿superior a que? ¿a la manga de pobres diablos que cayeron en la misma? ¿ superior al abismo, desierto, que estoy empezando a alimentar en mi alma? Es la levadura de fariseo sobre la que Jesús nos advierte. También es la mujer sobre la bestia, en el desierto, que sobrevive bebiendo la sangre de los santos pero cuya grandeza no comprende ni merece.
Nietzsche por lo menos se da cuenta de esto, deja testimonio sobre esto, y hasta dice que a los hombres así “ventajistas”,  a los hombres “del hoy”, a los hombres modernos lo que busca es cegarles...

Por eso, la primera persona que se encuentra a Zarathustra es “el santo metido en su bosque”. Nietzsche describe al final del encuentro como uno se aleja mutuamente del otro “riéndose como chiquillos”. Según el mismo Zarathustra le dice al santo, “el viene a dar algo a los hombres” (mas que a los hombres yo diría: al mar de los hombres); “no es lo demasiado pobre” como para lo contrario. Zarathustra viene a anunciar que Dios ha muerto y a sembrar al superhombre. 

Me gustaría mucho revivir a Nietzsche para que pueda ver lo que la posmodernidad, que fue la consecuencia de sus palabras, y las tecnologías hicieron con las mentes de sus “evolucionados superhombres”....(sigue)

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