miércoles, 28 de julio de 2021

Sobre lo uno y lo múltiple 2

 Sobre lo uno y lo múltiple 2.


El problema que existe hoy más allá de Internet, la inteligencia artificial, la simulación etc etc es el pensamiento sistemático. Me explico. Desde Hegel para acá, o desde la irrupción del mundo estadístico ahora mutado en big Data se tiende a pensar al humano como parte de un sistema y por eso este humano es pensado en función de las características con que se interrelaciona con este sistema, es decir: el cálculo económico-sistemático hace y desarrolla las características del humano que a ese sistema le conviene. Y esto provoca un gran error, un gran mal porque el sistema fue hecho para el hombre y no el hombre para el sistema (Marcos 2, 27-28). El juicio realizado desde el sistema lleva a la multiplicidad de puntos de vista pero sin comunión donde termina rigiendo el leviatan, dragón o “la bestia del mar”, que coerciona, aplasta y homogeneiza todo desde el poder material. En cambio el juicio realizado desde cada uno en la unidad y la Paz mantiene la unidad y hace florecer la multiplicidad auténtica. Y a esto me refiero cuando digo que la interpretación de los signos de los tiempos a partir de cualquier cosa que devenga coercitiva desde lo material -como ser un club, el academicismo, una logia etc etc- genera una burbuja de desinformación, un sesgo desde lo carnal donde todo, el movimiento del Espíritu Santo, queda paralizado por los mecanismos psicológicos de negación y proyección que tiende a homogeneizar todos los discursos personales para no desentonar, para no ser “tildado de” y los grupos o pequeños leviatanes solitos nomás auto regulan este funcionamiento coercitivo basados en el que dirán. 

Este problema que empieza a consolidarse hoy con el Big Data fue visto en el Apocalipsis, y es el nombre y el mensaje a la última iglesia, la iglesia de Loadicea, que significa el “juicio de los pueblos”, los hoi polloi, los muchos.

Kierkegaard ve este peligro sistemático en la interpretación de los signos de los tiempos y por eso escribió un libro como temor y temblor, donde trata de demostrar como el discernimiento es personal. Es también lo que descubre Elias en el Horeb, Dios, Su verdad no trabaja de manera sistemática y por coerción física -salvo en casos extremos tipo el diluvio o el episodio de sodoma-, y es lo que Jesús le dice a Nicodemo “el viento sopla donde quiere y tú oyes su voz pero no sabes de dónde viene ni a dónde va”. A lo que voy es que el discernimiento de los signos de los tiempos a través de las escrituras es siempre primero personal, Dios nos ama quiere que lo sigamos en Su propia función de salvar y juzgar, atar y desatar ( Mateo 18, 18. Juan 12, 46-48. Juan 8, 26 y 1ra corintios 6, 1-3 entre otros) y para esto hay que salirse de la inercia de juicio y la designación sistemática: Dios dice quienes somos, no el sistema, así lo enseño un galileo hace más de dos mil años al dejarse matar en una Cruz como un delincuente. Un saludo. 

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