martes, 26 de octubre de 2010

FRAGMENTO SOBRE NIETZSCHE: del ultimo hombre y la misericordia mal entendida.

“…Nietzsche ataca el cristianismo porque cree que por culpa de los que se aprovechan de esa compasión, que el cree cristiana, se genera el código social del “ultimo hombre”. Nietzsche caracteriza a este tipo de hombre en el que llama el primer discurso del Zarathustra:
(Los últimos hombres son los que hablan)

“¡no haya pastores ni rebaños! Todos son iguales; y quien no se conforme al manicomio. “en otros tiempos todos parecían locos” dicen los mas sutiles de los últimos hombres entre gesticulaciones y guiños…
Son prudentes, y saben todo lo que ha ocurrido: por eso sus burlas no tienen fin. Todavía disputan, pero para reconciliarse pronto: lo contrario estropea la digestión.
Se tiene pequeños placeres para el día y para la noche; pero hay que respetar siempre la salud.
“hemos descubierto la felicidad” se repiten los últimos hombres, entre gesticulaciones y guiños.
Y así termino el primer discurso de Zarathustra, también llamado “el prologo”. Pues en aquel momento le interrumpió el griterío y el regocijo de la multitud…
“¡dadnos de esos últimos hombres, Zarathustra! –Gritaban a coro-¡haznos como ese ultimo hombre y quédate tu con tu superhombre”-
Y todo el pueblo reía a carcajadas, emitiendo extraños ruidos con la lengua.
Entonces Zarathustra, muy entristecido, dijo a su corazón:
“no me entienden. No soy boca para esos oídos. Sin duda he vivido demasiado tiempo en las montañas, y he escuchado demasiado tiempo a los arroyuelos y a los árboles ahora les hablo como si también fueran ellos cabreros.
Mi alma esta empapada de placidez, radiante y sosegada como los montes por la mañana. Pero ellos piensan que yo soy frió, un bufón que usa ironías siniestras.
Me miran y se ríen; y, mientras se ríen me odian. En esa risa hay hielo.


Esto lo leí hace muy poco y no lo puedo creer, casi siempre agarraba el final del Zarathustra y esto esta al principio. Eso que subraye al principio del discurso, “entre gesticulaciones y guiños”, es impresionante como Nietzsche ve eso, como se da cuenta, como caracteriza a ese modo de actuar cobarde que siempre necesita apoyarse en alguna mirada, en algún guiño condescendiente o con alguna gesticulación por el estilo. Hoy el código social esta mas que plagado de esos usos. Y al final como remarca esa necesidad de comicidad, pero de comicidad fariseica, cargada de odio.
Ese tipo de comicidad es más que necesaria para los últimos hombres porque su mediocridad y comodidad no les permite comprender, arriesgarse o querer seguir cuando se les muestra algo superior, y por eso, por su propia cobardía, se resienten de seguir toda cosa superior a ellos y odian y desprecian a todo aquel que les muestre ese camino.
Esta caracterización remarca bien la condena, la cruz del verdadero justo, del león que vuelve limpio del desierto, hecho un niño, y tiene que enfrentar toda esa hipocresía y falsedad social. A Jesús lo crucifico la masa al grito de “crucificadlo”. La ignorancia y la conveniencia de toda esa chusma social, manejadas y sustentadas gracias al resentimiento del poder moral-social de los fariseos, fueron los que crucificaron a Jesús. El resentimiento de los fariseos, escandalizados y desautorizados, ante la supuesta inmoderación de Jesús de proclamarse hijo de Dios fue lo que los llevo a movilizarse y seducir a toda esa masa. Por más obras que realizara Jesús, los fariseos no iban a aceptar que alguien que no conocían, que con sus enseñanzas los desautorizaba y que encima era un “carpintero de galilea” les viniera a poner las cosas en orden.
Nietzsche como le costaba reconocer la verdad del sacrificio de Jesús dice esto en un discurso que se llama “de la muerte voluntaria”:

“En verdad, murió prematuramente este hebreo a quien honran los predicadores de la muerte lenta! y para muchos fue una fatalidad que muriera demasia­do pronto. Jesús no conocía aún sino las lágrimas y la tristeza del hebreo, juntamente con el odio de los buenos y los justos. Y he aquí que de improviso lo acometió el deseo de la muerte. ¿Por qué no se quedó en el desierto, lejos de los buenos y de los justos? Tal vez hubiera aprendido a vivir y amar la tierra, ¡y tam­bién a reír! ¡Creedme, hermanos míos! Murió dema­siado pronto; si hubiera vivido hasta mi edad, él mismo se hubiera retractado de su doctrina. ¡Era muy noble para retractarse! no estaba toda­vía maduro.”
No cree en Jesús, más bien no cree en su resurrección. Pero lo nombra a Jesús, es la única persona que nombra o hace alusión directa y clara en todo el libro y lo llama “demasiado noble”? noble es la palabra, el adjetivo que Nietzsche parece valorar mas. Noble es lo que no se dobla, lo que no perece, lo que no deja de ser… Nietzsche creía que no se tenía que entregar tan pronto, que eso era en realidad inmadurez. Y vos Nietzsche, ¿como sabias eso?
Jesús se entrego, y como se entrego, venció, venció toda esa falsedad y nunca se dejo seducir ni engañar, Jesús nos marco el verdadero camino,

Nietzsche entiende muy bien que lo que genera el abismo en la sociedad es esa manera de ser del ultimo hombre, elástica y cómoda, que prefiere basarse en la indulgencia (ellos creen que es “misericordia”) con el prójimo en vez de preferir enfrentar lo que le dice su corazón y así en vez de tratar de seguir lo que el cree verdadero sigue lo que le conviene según el código social de moda. Esa falta de verdad individual genera un código social-masa que es “contranatural”, y eso es lo que genera poco a poco ese abismo.
Pero Nietzsche se equivoca en este punto para mí. La misericordia al prójimo del verdadero cristiano no es la “misericordia-indulgencia” al prójimo del último hombre. Porque el “ultimo hombre” considera como prójimo solo al que pertenece a la misma casta, al mismo código, y esto le da la comodidad de saber de antemano que el también va tener esa indulgencia y “misericordia”, entonces nunca se arriesga, o sea que a la larga no es un prójimo por amor sino por conveniencia y comodidad de tener un código en común. Pero pasa que ese código en común puede devenir en cualquier cosa, y a la larga se hace contranatural. Mas adelante voy a explicar como es que ese código se vuelve contranatural. El primer mandamiento nos ordena amar a Dios sobre todas las cosas, porque como el nos creo, el es el único que puede mantener en orden el código ese sin caer en ninguna falsedad ni ninguna contranaturalaza, por y para eso nos dio sus leyes.

Es entendible que Nietzsche caiga en este error de juicio sobre el cristianismo, porque el pertenece en sus raíces a una sociedad protestante donde hay muy poca diferencia entre laico y religioso. Esta falta de nocion positiva de las diferencias, falta de jerarquias, puede generar cierto desorden en la conciencia individual de las personas y esto, mas la ausencia del sacramento de la confesión y la importancia que los protestantes otorgaban a los sermones dominicales, conducen a que la conciencia moral sea más general, más “social” que individual. Esta conciencia general, social, si seculariza y se le quita lo sacro y religioso, la responsabilidad personal sobre lo divino, deviene rápidamente en chusma. Esto pasa porque al no haber un fuerte tejido de conciencias individuales, y por lo tanto una fuerte educación de la personalidad, la sociedad pierde de a poco la responsabilidad por la propia conciencia. (antes era mas notable la diferencia entre los dos cristianismos. Pero, esto, hoy, debido a la fuerza de los medios y la globalizacion, pasa lo mismo en el mundo catolico que protestante)
Esta falta de responsabilidad por la propia conciencia individual incapacitan al discernimiento y propician la entrada de códigos “fáciles” y cómodos basados en la apariencia social. Códigos sociales que al depender cada vez mas de apariencias y señales externas ( “entre gesticulaciones y guiños”), lenta y enmascaradamente, debilitan la conciencia e interioridad de las personas y las convierten en simples esclavos que por comodidad, por ignorancia o por miedo a “quedar excluidos”, siguen y agudizan cada vez mas todo ese código superficial, y generan a su vez, vacíos mas grandes en su interior.

<“¡no haya pastores ni rebaños! Todos son iguales; y quien no se conforme al manicomio. “en otros tiempos todos parecían locos” dicen los mas sutiles de los últimos hombres entre gesticulaciones y guiños. Son prudentes, y saben todo lo que ha ocurrido: por eso sus burlas no tiene fin. Todavía disputan, pero para reconciliarse pronto: lo contrario estropea la digestión. Se tiene pequeños placeres para el día y para la noche; pero hay que respetar siempre la salud.>
Estos códigos o abstracciones sociales que avanzan, ordenan e igualan todo y a todos, pisando cabezas, conciencias se justifican y sobreviven porque sirven aparentemente “al bien común”, y los hombres no se atreven a enfrentar ese supuesto “bien común” porque las personas morales, “políticas”, de buen gusto, les dicen que es “algo bueno”. Jesús, justamente, al joven rico le aclaro que solo Dios es bueno.

Ese vacío interno, que nadie se atreve a mirar, existe debajo de todas las superficialidades sociales que tenga cada persona. Nadie se atreve a mirar ese vacío, porque eso significa dejar de respetar la principal de esas verdades sociales-convencionales. La verdad social que dejan de respetar los que encaran ese vacío interno, es la de reconocer abiertamente para si mismos la verdadera existencia de ese vacío. Para la verdad social, esa conciencia personal no tiene que existir, “es egoísmo”, a esa conciencia vacía conviene taparla, somos adanes desnudos pero ni lo sabemos ni lo queremos saber porque, contra menos atención le prestemos a eso mejor, total nadie cree que sirva para algo. Y acá llegamos al nudo principal de la cuestión. Muy pocas personas se atreven a tener fe hoy, a tratar de entender e ir profundizando en lo que eso significa. La fe significa compromiso, verdadero compromiso, tratar de armonizar ese compromiso eterno con Dios y con el hombre y esa lucha nadie esta dispuesto a soportarla en su conciencia, capaz directamente no lo saben o creen que no lo pueden aguantar pero tampoco están dispuestos a hacer el intento… si total… ¿de que me sirve, me da algún beneficio? Y además ¿Alguien me obliga a hacer eso? Acá, con esa última pregunta, se denuncia la falta total de compromiso con uno mismo, con ser fiel a uno mismo, con poder amar verdaderamente algo de uno mismo, la falta absoluta de interioridad.
Pocos se atreven a reconocer que algo les falta, que se sienten vacíos, todos tienen que aparentar que están bien, que son felices, porque eso es sinónimo de que se es exitoso, de que se es un “ganador”, y eso se siente mas que necesario para vivir bien y ser “confiable”.“Hemos descubierto la felicidad” se repiten los últimos hombres, entre gesticulaciones y guiños. Como no se tiene fe individualmente, esa es la manera única de aparentar que se es confiable. Se es confiable a través de apariencias, se cree en las apariencias… es rarísimo. Estamos complicados y eso que Jesús ya estuvo entre nosotros.
No hay que hacer preguntas, no hay que desacomodar nada, todo tranquilo, todo se tiene que disfrazar, no hay que ver lo que hay debajo, eso jamás, eso queda en casa, no sea que llegue a oídos “de la chusma”. Es increíble, se tiene miedo de cosas que se generan a raíz de los mismos miedos, no podemos reconocer el miedo porque nos da miedo reconocer... esa falta de reconocimiento, ese miedo a ser alguien distinto que se cuestiona y se arriesga a verse diferente, ese miedo a ser consecuente con eso que descubre y salirse de lo que uno considera lo social, es lo que nos esta ahogando sin siquiera ser conscientes. Encima nos creemos que somos inteligentes, y estamos en una era moderna, “en otros tiempos todos parecían locos”, dicen los “últimos hombres”…

Este vacío, generado por la creencia en la necesidad de tener que mantenernos en la superficialidad, temiendo profundizar, es el famoso “abismo”.



2-La construcción del abismo social: como llegar al “desierto de lo Real”




Ese abismo social en cada persona significa algo distinto. La única diferencia que había en la época de Nietzsche, era que en esa época, todavía había algunas idealizaciones colectivas que se respetaban explícitamente en el código social, eso lo hacia mas difícil de descubrir y de denunciar, mas difícil de identificar sus causas. Entonces, eso provocaba que a nadie le importara, que nadie lo pudiera cambiar y que nadie supiera cual era la causa de ciertos problemas que comenzaban a surgir.
(unos años después Freud profundizo sobre la teoría del inconsciente. Freud se dio cuenta de las graves consecuencias de negar nuestra naturaleza y que esa naturaleza no era del todo racional. Las explicaciones teóricas de Freud no son buenas para mi, pero si rescato de Freud que haya tomado cartas en el asunto, que lo haya podido hacer).
Esos resabios de ideas colectivas, que constituyen la base del código social, Nietzsche lo atribuye a la secularización de las ideas cristianas. Ese abismo Nietzsche lo pudo ver muy bien, el se atrevió a mirarlo, lo enfrento, pero creo que no llego hasta el fondo porque diagnostico mal su causa, para mi, no vio su verdadero origen.
Nietzsche ataca esas todavía existentes idealizaciones colectivas, ataca sobre todo esa idea positivista de progreso colectivo e indefinido. Estas ideas se fundamentaban por un lado gracias a una fe ciega en los cada vez mas rápidos avances de la ciencia, y por el otro, en la conquista cultural del mundo por parte de occidente, ya que nosotros al estar educados “científicamente, libres de supersticiones” éramos los que teníamos que sacar al mundo de la barbarie, éramos los “civilizados”.
Esta fe en los ideales limpios y democráticos de la ciencia, y esta creencia en la responsabilidad de Europa de llevar su “la cultura” al mundo, solo servían para disfrazar y hacer propaganda a los nuevos valores híbridos de la imparable burguesía, la antigua “chusma”, que se basaba en el ideal económico, como el ideal primordial de vida (la palabra hibrido viene del griego “hybris”, que significa no respeto por los dioses, impiedad. Tambien existia una diosa que así se llamaba, que era la personificacion de esta caracteristica). Este solo fundamentarse en lo económico-material, creció como verdad en el código social gracias a el materialismo histórico de Marx, por un lado, que sirvió de base para las justificaciones de los ideales de las clases proletarias, por el otro, la teoría de la evolución de Darwin, ayudo a la justificación de los ideales de las clases altas. Esta hibrides y falta de nobleza de los valores de la nueva sociedad burguesa, genero una ignorante mezcla de las nuevas ideas filosóficas, pero esa mezcla de valores e ideas solo fue el reflejo de lo que se formo a partir de esa esencia “del ultimo hombre”.
Nietzsche denuncia, de manera excelente, este síntoma social en un discurso que se llama “del país de la civilización”, “del país de la cultura”, según la traducción. yo lo traduciría “del país de la convención”.
Lo voy a transcribir acá.

"Del país de la cultura
Demasiado me había adentrado yo volando en el futuro: un estremecimiento de horror se apoderó de mí. Y cuando miré en torno mío vi que el tiempo era mi único contemporáneo. Entonces huí hacia atrás, hacia el hogar -y cada vez más aprisa: así llegué a vosotros, hombres del presente, y al país de la cultura. Por vez primera llevaba yo conmigo unos ojos para veros, y grandes deseos: en verdad, con anhelo en el corazón llegué. Mas ¿qué me ocurrió? A pesar de mi angustia - ¡tuve que echarme a reír! ¡Nunca habían visto mis ojos algo tan abigarrado! Yo reía y reía mientras el pie aún me temblaba, así como el corazón: «¡Esta es sin duda la patria de todos los tarros de colores!» - dije. Con cincuenta chafarrinones teníais pintados el rostro y los miembros: ¡así estabais sentados, para mi asombro, hombres del presente!¡Y con cincuenta espejos a vuestro alrededor, que halagaban el juego de vuestros colores y lo reproducían! ¡En verdad, no podríais llevar mejor máscara, hombres del presente, que vuestro propio rostro! ¡Quién podría reconoceros! Emborronados con los signos del pasado, los cuales estaban a su vez embadurnados con otros signos: ¡así os habéis escondido bien de todos los intérpretes de signos. Y aún cuando se sea un escrutador de tripas; ¡quién creerá que vosotros tenéis tripas! De colores parecéis estar amasados, y de papeles encolados. Todas las épocas y todos los pueblos miran enredadamente desde vuestros velos; todas las costumbres y todas las creencias hablan confundidamente desde vuestros gestos. Quien os quitase velos y aderezos y colores y gestos: todavía tendría bastante para espantar a los pájaros con el resto. En verdad, yo mismo soy el pájaro espantado que una vez os vio desnudos y sin colores; y me escapé volando de allí cuando el esqueleto me hizo señas amorosas. ¡Preferiría ser jornalero en el submundo y entre las sombras del pasado! - ¡más gruesos y rellenos que vosotros son ciertamente los habitantes del submundo! ¡Esto, sí, esto es amargura para mis entrañas, el no soportaros ni desnudos ni vestidos a vosotros los hombres del presente! Todas las cosas siniestras del futuro, y todas las que alguna vez espantaron a pájaros extraviados, más confortables son, en verdad, y más familiares que vuestra «realidad». Pues habláis así: «Nosotros somos enteramente reales, y ajenos a la fe y a la superstición»: así hincháis el pecho ¡ay, aunque ni siquiera tenéis pechos! Sí, ¡cómo ibais a poder creer vosotros, gentes salpicadas de múltiples colores! - ¡si sois estampas de todo lo que alguna vez fue creído! Refutaciones ambulantes sois de la fe misma, y una torcedura de todos los pensamientos. Indignos de fe: ¡así os llamo yo a vosotros, hombres reales! Todas las épocas han parloteado unas contra otras en vuestros espíritus; ¡y los sueños y el parloteo de todas las épocas eran más reales incluso que vuestra vigilia! Estériles sois: por eso os falta a vosotros la fe. Pero el que tuvo que crear, ése tuvo siempre también sus sueños proféticos y sus signos estelares - ¡y creía en la fe! -
Puertas entreabiertas sois vosotros, junto a las cuales aguardan sepultureros. Y ésta es vuestra realidad: «Todo es digno de perecer». ¡Ay, cómo aparecéis ante mí, estériles, con qué costillas tan flacas! Y algunos de vosotros se han dado sin duda cuenta de ello. Y dijeron: «¿Es que un dios nos ha sustraído secretamente algo mientras dormíamos? ¡En verdad, bastante para formarse con ello una mujer! Asombrosa es la pobreza de nuestras costillas!», así han hablado ya algunos de los hombres del presente… Sí, risa me causáis, hombres del presente! , ¡Y especialmente cuando os asombráis de vosotros mismos! ¡Y ay de mí si no pudiera yo reírme de vuestro asombro y tuviera que tragarme todas las repugnantes cosas de vuestras escudillas! Pero quiero tomaros a la ligera, pues yo tengo que llevar cosas pesadas; ¡y qué me importa el que escarabajos y gusanos voladores se posen sobre mi carga! ¡En verdad, no por ello me ha de pesar más! Y no de vosotros, hombres del presente, debe llegarme a mí la gran fatiga. -¡Ay, a dónde debo ascender yo todavía con mi anhelo! Desde todas las altas montañas busco con la vista el país de mis padres y de mis madres.
Pero no he encontrado hogar en ningún sitio: un nómada soy yo en todas las ciudades, y una despedida junto a todas las puertas. Ajenos me son, y una burla, los hombres del presente, hacia quienes no hace mucho me empujaba el corazón; desterrado estoy del país de mis padres y de mis madres. Por ello amo yo ya tan sólo el país de mis hijos, el no descubierto, en el mar remoto: que lo busquen incesantemente ordeno yo a mis velas. En mis hijos quiero reparar el ser hijo de mis padres: ¡y en todo futuro - este presente!
Así habló Zaratustra.




Nunca nadie ni ninguna cosa que yo haya leído hasta ese momento describía tan bien la sensación que yo tenía cuando leí este discurso del Zarathustra, era como si cada palabra escrita por Nietzsche yo las hubiera sentido antes mil veces.
Nietzsche busca denunciar esa hipocresía que oculta esa falta de nobleza, ese vaciamiento de uno mismo solo para disfrazarse más cómodamente tras las verdades sociales de moda. Para eso tiene que borrar de los ojos de los hombres esa idea de progreso indefinido donde se apoya ese código social. Nietzsche busca arrancar esa base de la poderosa conciencia social.
Acá se pone divertido, Nietzsche es genial, nadie me hizo reír tanto con sus verdades, y no me río por subestimar, sino que me río porque imagino exactamente las situaciones descritas por Nietzsche, es muy grafico y muy intuitivo el hombre este. Leerlo a Nietzsche es tema delicado. Es muy difícil, pero a la vez, es también muy fácil entenderlo. Puede llegar a confundir mucho, y Nietzsche mismo lo sabe, lo hace a propósito y hasta nos advierte. Dice así en el discurso llamado “del hombre superior”:

“No me basta con que el rayo no dañe a nadie. No quiero desviarlo. Quiero enseñarle a trabajar para mí. Mi sabiduría se acumula, desde hace tiempo como una nube, cada vez más silenciosa y sombría. Así se comporta toda sabiduría que alguna vez ha de parir rayos.
Para esos hombres de hoy no quiero ser luz, ni ser llamado luz. A esos lo que quiero es cegarles. ¡Rayo de mi sabiduría, arráncales los ojos!

“Para esos “hombres de hoy” no quiero ser luz ni ser llamado luz”.
Pajarito, tamaño pajarito el Nietzsche este.
Los “hombres de hoy” son esos “hombres reales” del “país de la cultura”, del discurso que mas arriba, primero, transcribí.
Los hombres que solo piensan en el hoy, que solo piensan como mejor adaptarse al hoy, arrastrándose buscando engalanarse de disfraces lindos, solo pueden ver a Nietzsche como alguien “interesante”, por eso busca confundirlos. Dice:

“¡rayo de mi sabiduría, arráncales los ojos!


Nietzsche es alguien que ve la sociedad totalmente abismada. Y nietzsche quiere que los que sean “capaces” de transformarse en “superhombre”, lleguen al desierto y entiendan.
Nietzsche alcanza ver el abismo en el que esta el código de su sociedad porque se comprometió con su vida y sintió el peso del código social y de su abismo, y su propio abismo, “su sombra” como el la llama, la enfrento casi toda su vida y lo denuncio, en un discurso que se llama “entre las hijas del desierto”. En este discurso Nietzsche hace una mirada retrospectiva a su vida. Es terrible...(SIGUE)

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